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La Cambra revisa a la baja la previsión de crecimiento para 2025: de 2,7% a 2,6%

La revisión responde principalmente a la evolución de la economía durante el primer trimestre y la elevada incertidumbre política

Las exportaciones, uno de los pilares de la economía catalana | iStock
Las exportaciones, uno de los pilares de la economía catalana | iStock
Redacción VIA Empresa
23 de Julio de 2025 - 11:32

La Cambra de Comerç de Barcelona, en colaboración con el equipo de AQR-Lab de la Universidad de Barcelona, revisa ligeramente a la baja la previsión de crecimiento de la economía catalana para 2025, que se situará en un 2,6%, una décima menos que en las previsiones anteriores. Esta revisión responde principalmente a los datos referentes a la evolución de la economía durante el primer trimestre de 2025, que son más moderadas de lo que se había estimado, así como a la elevada incertidumbre geopolítica, altamente vinculada a la errática política arancelaria de los EUA.

 

En este sentido, el resultado de las negociaciones comerciales entre la UE y los EUA podría modificar estas previsiones, tanto por el impacto directo sobre el comercio exterior como por las repercusiones indirectas sobre la actividad económica europea. Además, los acuerdos finales que los EUA cierren con otros países podrían desencadenar una avalancha de exportaciones de excedentes comerciales —especialmente procedentes de China— hacia el mercado europeo, con posibles efectos desestabilizadores en varios sectores.

Otro factor que genera incertidumbre es la continua apreciación del euro respecto al dólar americano, una tendencia que podría intensificarse si la Reserva Federal reduce los tipos de interés, actualmente muy superiores a los del Banco Central Europeo. Esta apreciación perjudica la competitividad de las exportaciones europeas, aunque abarata el coste de importaciones clave como el petróleo, lo cual puede aliviar la presión inflacionista.

 

Debido al contexto internacional de incertidumbre, se prevé que el sector exterior mantenga un crecimiento moderado tanto en 2025 como en 2026. Por una parte, las exportaciones catalanas se han frenado a partir de marzo de 2025 (gráfico). Por otra, el turismo extranjero empieza a moderarse después de alcanzar récords en 2025, aunque se mantienen las perspectivas positivas.

Así, el sector exterior, así como el consumo público, perderán protagonismo los próximos años mientras que la demanda interna ganará tracción, favorecida por la reducción de los tipos de interés y el dinamismo del mercado laboral.

Según ha informado la Cambra de Comerç, el número de afiliados continuará aumentando a un ritmo elevado, si bien decreciente (del 2,0% en 2025 al 1,7% en 2026), y le acompañará una reducción de la tasa de paro, hasta el 8,4% en 2026. El sector público fue el principal generador de ocupación en 2024, pero se desacelera notablemente su contribución en 2025, en un contexto de mayor contención presupuestaria. En este sentido, también se moderará la contribución del consumo público al crecimiento económico, con un aumento previsto del 2,6% en 2025.

El sector público fue el principal generador de ocupación en 2024, pero se desacelera notablemente su contribución en 2025,

A pesar de las condiciones favorables para la renta de los hogares —más ocupación y tipos de interés más bajos—,  la mejora progresiva del mercado laboral y de las condiciones financieras no se ha traducido en una normalización completa del consumo, ya que las familias mantienen una tasa de ahorro históricamente elevada. Este comportamiento continúa frenando, en parte, la recuperación del consumo, aunque podría moderarse en los próximos trimestres si se consolida el aumento progresivo del peso del consumo de los hogares sobre el PIB observado desde 2024.

En cuanto a la inversión, se observa una tendencia de crecimiento sostenido a partir de 2024, especialmente en la inversión en bienes de equipamiento, después de unos años por debajo de los niveles prepandemia. Paralelamente, la inversión productiva por trabajador también muestra una evolución positiva en 2024, traduciéndose en un aumento de la productividad del trabajo, aunque esta todavía no ha recuperado los valores máximos de 2018.