La urgencia de un gobierno

Patronales y sindicatos piden responsabilidad y pactos a las formaciones políticas después de la repetición electoral

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sanónchez, vota durante las elecciones del 10 N | ACN El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sanónchez, vota durante las elecciones del 10 N | ACN

Las elecciones del 10 de noviembre han repartido todavía más el poder. Si las principales fuerzas políticas tuvieron tantas dificultades para pactar que no lo consiguieron, el escenario después de los resultados de estos segundos comicios es todavía más fragmentado. Las elecciones no han resuelto la incertidumbre de los últimos meses, sino que han añadido más. Pero la economía no se ha sorprendido. La bolsa ha abierto este lunes con leves descensos (del 0,47%) y los agentes económicos se han despertado pidiendo responsabilidad y pactos, a pesar de que ya estaban preparados para una fragmentación similar a la que habían dejado los anteriores comicios. La Cambra de Comerç de Barcelona, la Cecot, Foment del Treball, Pimec, la CEOE, CCOO y UGT piden formar un Gobierno estable de forma urgente.

Responsabilidad es la palabra que más repiten los agentes económicos el día posterior de las elecciones. "Hace falta responsabilidad por parte de los dirigentes políticos, que también quiere decir hablar a los ciudadanos desde la verdad, sin engaños, haciendo pedagogía y siendo constructivos que es de lo que han carecido la mayor parte de los debates electorales que hemos sufrido", indica Cecot. Pimec, por su parte, "pide responsabilidad y agilidad a todos los partidos para que se constituya un gobierno estable". La patronal de las pequeñas y medianas empresas pone especial énfasis en el "momento de desaceleración de la economía" en que nos encontramos y en la necesidad de conformar un gobierno "que haga reformas cuanto antes y que transmita confianza a los ciudadanos, a las empresas y a los inversores".

Foment del Treball ha pedido "responsabilidad y compromiso". La primera la han atribuido al "partido más votado", para que "busque las alianzas que permitan formar un Gobierno del Estado estable y moderado para impulsar también reformas concertadas entre el Ejecutivo y los agentes económicos y sociales para favorecer la competitividad empresarial y el crecimiento económico". Con un comunicado, destaca que los principales indicadores económicos en el Estado se han mantenido positivos pese a la situación de desaceleración en Europa gracias a empresarios y trabajadores, que "han sido capaces de tomar medidas para asegurar la continuidad de los proyectos empresariales".

Los agentes económicos piden responsabilidad y pactos, a pesar de que ya estaban preparados para una fragmentación similar a la que habían dejado los anteriores comicios

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha dicho que "ha llegado el momento de las grandes responsabilidades". Ha instado a las fuerzas políticas a alcanzar acuerdos que permitan formar un gobierno de aquí a un mes. La patronal española apunta que "en otros países europeos hay transversalidad y, probablemente, aquí también se tendrá que dar" una situación parecida. Garamendi ha pedido a los políticos que "se dejen de demagogia" y que "en España se ha producido un fracaso colectivo, de la política".

La única solución que ven los dos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, es una coalición de izquierdas. "Un acuerdo entre PP y PSOE seria nefasto para la gente trabajadora, por los recortes de derechos sociales y laborales que supondría, y para Catalunya", dice Camil Ros, secretario general de la UGT de Catalunya, en declaraciones a VIA Empresa. Considera que "no se pueden dar terceras oportunidades" y que la situación, ahora más tensa que en abril, no puede afectar a la formación de un gobierno progresista. La primera responsabilidad, según el secretario general de UGT, la tiene Pedro Sánchez, "que es quien ha ganado las elecciones y quien no quiso volver a intentar formar gobierno después de las pasadas elecciones". La responsabilidad pasa por Unidas-Podemos a la hora de crear un ejecutivo de izquierdas, pero también por el independentismo, por "si decide bloquear o no".

Para CCOO, "la repetición electoral ha reiterado la necesidad de un acuerdo de izquierdas y plurinacional". El sindicato destaca que en Catalunya la izquierda gana con creces, hecho que "obliga a los partidos de signo progresista a encontrar un marco de negociación que rompa el bloqueo institucional y político que se vive en Catalunya desde hace demasiados años".

Consecuencias económicas

El presidente de la Cecot, Antoni Abad, asegura que "desde nuestro punto de vista, la ciudadanía pide política en mayúsculas que se traduce en capacidad de dialogar, negociar y acordar para resolver problemas, y tenemos una larga lista de reformas estructurales en el país que hay que resolver y, en especial, la situación en Catalunya que ya se va viendo cómo afecta de manera directa a la política estatal". La patronal de Terrassa cree que es "inviable e insostenible que a fecha de hoy, tanto el Gobierno de la Generalitat como el Gobierno de España gestionen con presupuestos prorrogados y, más preocupante todavía, es el hecho de que empiece a ser una normalidad".

También ha hablado de presupuestos Joan Canadell, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, que defiende un gobierno que una a PSOE, Unidas-Podemos, Junts per Catalunya y ERC. A través de un tuit cuando el escrutinio se había completado en un 95%, ha escrito que es el momento de "hacer política en mayúsculas" y que es necesario que se pacten unos nuevos presupuestos.

 

Pimec también pone el foco sobre los efectos económicos de la incertidumbre política. "Más meses de incertidumbres, inseguridad e ingovernabilidad podrían tener consecuencias negativas para la economía y la sociedad". El gobierno que se constituya, según la patronal, "tiene que tener en cuenta las necesidades de las pymes y del colectivo de trabajadores autónomos y potenciar medidas económicas y empresariales en materia fiscal, laboral, de política energética, contratación pública, morosidad, emprendeduría, segunda oportunidad, igualdad, sostenibilidad, entre otras cuestiones".

Desde el País Valencià, la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV) opina que desbloquear la situación y formar gobierno "exigirá un mayor grado de responsabilidad por parte de todos los partidos políticos porque la actual parálisis en la cual está instalada el país no puede alargarse en el tiempo. La economía necesita estabilidad, previsibilidad, moderación y mayor rapidez en la toma de decisiones". La patronal valenciana considera que "es imprescindible empezar a negociar anteponiendo los intereses generales a los partidistas, con visión a largo plazo y sin perder de vista el escenario de ralentización del crecimiento económico". 

En opinión del presidente de la CEV, Salvador Navarro, “la Comunidad Valenciana sigue pendiente de un cambio del modelo de financiación que no puede demorarse más. Necesitamos que se aprueban unos presupuestos y unas inversiones acordes con el peso de nuestro territorio. Necesitamos una estrategia efectiva de atracción y retención de inversiones. Nada de esto será posible sin un gobierno estable, por eso pedimos responsabilidad para articular un Gobierno capaz de superar la parálisis y encarar las reformas pendientes”.

Los analistas financieros tienen opiniones diversas sobre cuál es la coalición más viable. Los de Barclays consideran que la situación más probable es un pacto entre el PSOE -que encabezaría el gobierno-, Unidas-Podemos y Más País, que necesitarían el apoyo de los partidos independentistas. Aún así, apuntan que la incertidumbre es muy alta y que no se tiene que descartar ningún escenario, incluso unas terceras elecciones.

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Por su parte, los analistas de Unicredit ven que los resultados forzarán a PSOE y PP a plantear una "gran coalición" para desbloquear la situación, un análisis con el que coinciden los de Berenberg, a pesar de que indican que ambas partes lo han descartado. Finalmente, ING cree que habrá un gobierno dirigido por el PSOE, a pesar de que las elecciones aumentan la presión.

La extrema derecha

"No taparemos el desastre de la extrema derecha, pero continúa habiendo una mayoría de izquierdas", ha dicho Camil Ros en referencia al ascenso exponencial de Vox. En las pasadas elecciones, ha añadido, "el discurso más duro fue el de Ciudadanos" y esto le sirvió para ganar 25 diputados; "ahora, lo ha hecho Vox" y ha sumado 33. La caída de Cs, según Ros, significa que "el espacio de centro-derecha ha desaparecido; ahora hay la derecha y la extrema derecha". Los sindicatos mayoritarios son los únicos que se han pronunciado sobre el partido de extrema derecha.

CCOO "alerta de este resultado y destaca que no puede haber una normalización democrática de la participación de la xenofobia, la homofobia, el machismo y el neofascismo. Tampoco de la utilización del sentimiento anticatalán". En este sentido, ha hecho un llamamiento a "no blanquear el fascismo y a combatirlo".

"No taparemos el desastre de la extrema derecha, pero continúa habiendo una mayoría de izquierdas", dice Camil Ros en referencia al ascenso exponencial de Vox

Un error volver a votar

En septiembre ya eran diversas las voces económicas que criticaban la carencia de acuerdo y la repetición de las elecciones seis meses después de las del 28-A. Las patronales catalanas se mostraban entonces "preocupadas" por "la incapacidad de las fuerzas políticas de llegar a acuerdos desde la diversidad, que es lo que el empresariado esperamos de la política".

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La Cecot lo recuerda ahora: "Seguimos sin entender que nos hayan hecho perder el tiempo respondiendo dos veces seguidas la misma consulta, en un margen de tiempo tan corto como el que ha transcurrido desde las últimas elecciones". La patronal de Terrassa lamenta que los ciudadanos hayan tenido que volver a las urnas. "La repetición electoral es consecuencia de la falta de cultura de negociación política en España, la complejidad social se gobierna con acuerdos y coaliciones pero para ello los liderazgos tienen que cambiar", insiste Abad.

Ante una situación que todavía pone "más difícil la gobernabilidad", Pimec ha rechazado un escenario de terceras elecciones: "La entidad entiende que el país no se puede plantear unas terceras elecciones y por eso apela a los partidos con representación parlamentaria a buscar fórmulas de diálogo y compromiso que den estabilidad para gobernar".

Desafección de la ciudadanía con la política

La participación a los comicios de domingo ha caído casi seis puntos. El 75,75% del electorado que votó en abril; el 10-N, lo ha hecho un 69,96%, a pesar de que todavía se está a la espera de añadir los votos de los residentes en el extranjero. Las Illes Balears, Castilla-La Mancha y Extremadura han sido las comunidades autónomas en las que más descenso de la participación se ha registrado. Madrid y Catalunya han sido las zonas donde más parte del censo ha votado. De momento, el porcentaje no llega al 70%, y esto sólo ha pasado tres veces desde el 1975: en las elecciones de 1979, las de 1989 y las de 2016 -que hicieron presidente a Mariano Rajoy-.

Los sindicatos son los únicos que destacan la bajada de la participación y el reforzamiento de la extrema derecha

Camil Ros atribuye el descenso de la participación a la "desmotivación" de parte de la ciudadanía: "Es frustrante ir a votar para parar la extrema derecha y ver que los políticos no responden; ahora, estos no han vuelto a votar". Aún así, ha destacado que la participación en los comicios del 28-A fueron inusualmente altos por "las ganas de votar que había especialmente en Catalunya y para poner freno al trifachito".

A través de un comunicado, CCOO ha expresado que "el resultado ha mostrado la desafección de la ciudadanía con la política por el bloqueo institucional y político que se sufre desde hace demasiado tiempo y esto se ha traducido en menos participación y en el reforzamiento de la extrema derecha como tercera fuerza política a expensas de la caída libre de Ciudadanos".

Un escenario más fragmentado

Los resultados de las elecciones del 10-N han dejado un escenario más fragmentado que el que hubo después del 28-A. El ascenso de la extrema derecha de Vox y el batacazo de Albert Rivera con Ciudadanos -que ha provocado la dimisión del presidente del partido- han sido los protagonistas. Entre los posibles acuerdos, ni derechas ni izquierdas suman los diputados necesarios para lograr la mayoría absoluta. La victoria del PSOE con 120 escaños, tres menos que los que obtuvo en las últimas, y el aumento acusado del apoyo al PP -que ha pasado de los 66 a los 88 diputados- reducen la distancia entre primera y segunda fuerza.

El éxito del discurso de extrema derecha de Vox lo ha situado como tercer partido más votado (con 53 escaños, más del doble de los que tenían hasta ahora), por delante de Unidas-Podemos y, sobre todo, de Ciudadanos. Los de Pablo Iglesias han perdido siete representantes en el Congreso de los Diputados (de 42 a 35) y la formación naranja se hunde de los 57 asientos que tenía después del 28-A a los 10 actuales, perdiendo gran parte de la capacidad de negociación y decisión. Incluso ERC ha superado a Cs en número de escaños (13), a pesar de que no ha sido así en votos (los independentistas han obtenido casi 870.000 y los de Rivera, 1,6 millones.

Las negociaciones entre partidos empezarán esta semana sin ningún pacto claro sobre la mesa y con la incertidumbre de si se repetirá la situación vivida durante el verano. Entre abril y septiembre, los partidos no fueron capaces de llegar a un consenso para sumar mayoría y formar Gobierno. Ahora, la presión ha crecido pero los resultados no han mejorado el panorama.

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