
El Govern prevé un crecimiento de la economía catalana del 2,5% en 2025 y del 2,1% el año que viene, según el escenari macroeconòmic de Catalunya publicado por el Departament d'Economia i Finances. Este año estará marcado por el impulso de la demanda interna, con un consumo privado y de las administraciones públicas que moderan su crecimiento, pero aún se mantienen en un 3,3% y 2,5%, respectivamente, mientras que la formación bruta de capital subiría un 5,1%. Además, se prevé que las exportaciones aumenten un 2,1% y las importaciones un 4,2%, de manera que la aportación de la demanda externa tendría un signo negativo (-0,5 puntos). En cuanto a 2026, presenta una pauta de crecimiento "más equilibrada", según la Generalitat.
Concretamente, la demanda interna se mantendrá "sólida", con incrementos más moderados de todos sus componentes, mientras que la demanda externa presenta un crecimiento más proporcionado entre exportaciones, que situarán su aumento en un 2,2%, y las importaciones, del 3,3%.
De este modo, el aumento del PIB registrará tasas cercanas al 2% después de años "inusualmente intensos". Con todo, Catalunya continuará creciendo por encima de la media europea, que este año será de alrededor del 1,2%, de acuerdo con las perspectivas de la OCDE. La economía catalana acumula, por lo tanto, más de cuatro años con un diferencial de crecimiento positivo en comparación con el conjunto de la zona euro.
La economía catalana acumula más de cuatro años con un diferencial de crecimiento positivo en comparación con el conjunto de la zona euro
Las nuevas previsiones apuntan a que la complejidad del comercio global, la atonía de la zona euro y el incremento de las importaciones impactarán negativamente este año, mientras que el año que viene los efectos se atenuarán. Por este motivo, las estimaciones para el crecimiento de la economía catalana para este 2025 se han reducido una décima en comparación con el escenario previsto la primavera pasada, mientras que de cara a 2026 se ha revisado una décima al alza.
Por otro lado, la demanda interna seguirá impulsando la economía catalana a corto plazo. El consumo privado se mantendrá fuerte gracias al buen comportamiento del mercado de trabajo, la renta disponible y el crecimiento de la población. La inversión será el componente de la demanda interna que experimentará un avance más significativo y ganará protagonismo como motor de crecimiento, según el Departament d'Economia i Finances. Influirán positivamente la mejora de las condiciones de financiación, el bajo nivel de endeudamiento empresarial o el apoyo de los fondos Next Generation.
A pesar de que en general las perspectivas económicas para estos dos años son favorables, el Govern avisa de que persisten riesgos como la guerra arancelaria, la debilidad de la zona euro, las tensiones geopolíticas en Ucrania o Oriente Medio, el endurecimiento de las condiciones financieras o la inestabilidad política y presupuestaria en países cercanos como Francia.
En cuanto a la evolución del mercado laboral, las previsiones apuntan a que se seguirá generando empleo, pero a un ritmo más moderado que en años anteriores. Concretamente, prevé unos 110.000 nuevos puestos de trabajo entre este año y el que viene y una tasa de paro del 8,4% en 2025 y del 8,2% en 2026.