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Desde Londres: los catalanes judíos, una mirada al futuro (II)

La última vez que nos entendimos y trabajamos juntos, Catalunya y el judaísmo salieron ganando

La ciudad de Girona siempre ha estado muy cerca de Israel | iStock
La ciudad de Girona siempre ha estado muy cerca de Israel | iStock
Xavier Solano | VIA Empresa
Politólogo
Barcelona
27 de Agosto de 2023
Act. 27 de Agosto de 2023

En el anterior artículo analizamos el papel de los catalanes judíos durante la edad media, cuando fueron un elemento clave en el desarrollo de Catalunya y también en el devenir del judaísmo. La aportación de esta comunidad fue fundamental para completar nuestro pasado como país y entender la construcción de la religión monoteísta mayoritaria más antigua, así como la codificación de la lengua hebrea. Por tanto, hay que intentar recuperar el legado de los catalanes judíos y estrechar lazos entre judíos y los no judíos.

 

Sin embargo, antes de emprender este objetivo, en mi opinión, es necesario resolver dos retos. El primero nos lo describió muy bien la señora Carme Vinyes, presidenta de la Associació Amics dels Calls de Catalunya, cuando en una entrevista nos aseguró que disponemos "de un bagaje de judíos catalanes muy importante, que han asentado cátedra y que se les estudia en todo el mundo, pero que, desgraciadamente, son muy desconocidos en nuestro país". Por tanto, esta es una asignatura que tenemos pendiente: los catalanes de hoy tenemos que impulsar, aún más, la recuperación y la proyección de este legado de nuestros antepasados judíos y de su patrimonio histórico.

Hay que mirar de recuperar el legado de los catalanes judíos y estrechar lazos entre judíos y no judíos

El segundo reto tiene que ver con que una parte relevante de los 6.000 judíos que hay hoy en Catalunya han venido de fuera o catalanes de primera generación. Seguramente, en algunos casos, este hecho ocasiona que todavía tengan poco en cuenta la historia, la realidad y la perspectiva de lo que han sido y de lo que representan los judíos en Catalunya. En este sentido, también habría que continuar fortaleciendo la conexión de los catalanes judíos recién llegados con Catalunya y su historia, de tal modo que se puedan volver a crear las condiciones y complicidades necesarias para replicar la relación social, económica y cultural que logramos establecer siglos atrás y que aportó beneficios tanto para Catalunya como para el judaísmo y su cultura.

 

Estados como Reino Unido llevan tiempo trabajando para fortalecer estos vínculos. Los británicos han sido capaces de establecer un entorno que permite florecer a los judíos en muchos ámbitos. En el artículo anterior mencionamos algunas de las empresas globales establecidas por los judíos en Reino Unido, como ShellMarks & SpencerRiver Island o Tesco. En cambio, ahora quiero comentar un informe del Parlamento Británico de 2019, que deja entrever otros aspectos interesantes al respecto. Por ejemplo, los estudios realizados constatan que los judíos poseen los ingresos medios por horas más altos de toda la población británica. Por otro lado, el 60% de su colectivo tiene cargos altamente remunerados y respecto a sus estudios, un 48% han finalizado, como mínimo, una licenciatura. Este último dato, por ejemplo, es suficientemente superior a la media británica, con un 31% de licenciados. Además, los judíos del Reino Unido también son más activos en el mundo del voluntariado, con un 84% frente a la media británica, del 63%.

Habría que continuar fortaleciendo la conexión de los catalanes judíos recién llegados con Catalunya y su historia

Pero no olvidemos que una de las contribuciones esenciales de los catalanes judíos a nuestro país, durante la edad media, fueron sus conexiones internacionales, que ayudaron a establecer los Consolats de Mar ya consolidar la expansión comercial catalana en el Mediterráneo. Hoy, los catalanes judíos podrían ayudar de nuevo a fortalecer los lazos más allá de nuestras fronteras y, muy especialmente, con Israel.

En este aspecto, debe tenerse en cuenta que Israel tiene muchas similitudes con Catalunya. Por ejemplo, por su dimensión de población, dado que es un país pequeño, pero también porque prima el potencial humano caracterizado por una especialización laboral altamente innovadora. Todos estos son rasgos que han acabado por constituir sus principales ventajas competitivas. Israel, hasta ahora ha sabido aprovecharlo mejor que Catalunya. También tiene más herramientas y destacan en ámbitos en los que nosotros no nos decidimos a entrar. Por ejemplo, fijémonos en que, después de Estados Unidos, Israel es el país con más empresas listadas en NASDAQ, el mayor mercado bursátil tecnológico del mundo. Así, a pesar de que la realidad de la Catalunya actual es muy diferente, podría cambiar rápidamente si se logran establecer alianzas estratégicas y nos ponemos a entender los mercados internacionales. Tal y como explico en este otro artículo, en Catalunya tenemos lo necesario para lograrlo: unas empresas excelentes.

En cuanto al tema de la lengua, ya advertimos que el tortosino Menahem bien Saruq ayudó a codificar el hebreo, ya en el siglo X. Y, en este ámbito, es interesante observar que Israel vuelve a constituir un referente para nosotros. La comunidad judía en Israel ha hecho posible algo muy difícil, como recuperar una lengua prácticamente desaparecida y consolidarla como lengua principal dentro de su territorio. En un artículo recogido en sus Obres Completes, titulado Les escales de Llevant, Josep Pla se deshace en elogios a Israel por haber sabido recuperar la lengua hebrea, por haber conseguido que su pueblo la hable y por el trabajo sus lingüistas para adaptarla a los retos actuales. Sin embargo, hay que reconocer que sin tener un estado propio, éste es un hito considerablemente más complicado; sin embargo, siempre hay lecciones que se pueden aprender.

Después de los Estados Unidos, Israel es el país con más empresas listadas en NASDAQ, el mercado bursátil tecnológico más importante del mundo

La conclusión que yo saco de todo es que los catalanes judíos y no judíos tenemos una oportunidad excelente para fomentar un mejor entendimiento mutuo, recuperando y proyectando nuestro patrimonio histórico común y también identificando sinergias que nos pueden ayudar a lograr un futuro mejor para todos. La última vez que nos entendimos y trabajamos juntos, Catalunya y el judaísmo salieron ganando.