Desde Niza, los límites de Occitania

La realidad es que la Niza actual vive mucho más de la industria y el comercio que del turismo, aunque sea el segundo lugar más turístico de Francia

Panorama de la costa de Niza | iStock
Panorama de la costa de Niza | iStock
Xavier Roig VIA Empresa
Ingeniero y escritor
Niza
17 de Agosto de 2025 - 05:30

En la ciudad de Niza y sus alrededores mueren dos límites. Uno geológico y uno geográfico. Como en muchas otras situaciones, un hecho marca el otro. En la zona mueren, en el mar, los Alpes. Y también se acaba lo que conocemos como Occitania. El nizardo, que es una variante del occitano, todavía se habla un poco en la zona. No demasiado. Sin embargo, todavía figuran algunos monumentos e inscripciones que contienen versos de Frederic Mistral. Y es que la historia de Niza ha venido caracterizada por su situación: un lugar fronterizo.

 

El enclave es antiquísimo y tiene sus orígenes en los griegos, que fundaron una colonia 500 años antes de Cristo. Probablemente le dieron el nombre de Nikaia. A partir de ese momento, el territorio ha ido pasando de manos, acelerándose las transmisiones de dominio de manera muy viva, especialmente al final de la era romana. Porque de los griegos pasó a los romanos -hecho perfectamente normal y al que estamos acostumbrados los catalanes, también-. Todo tranquilo como parte de la provincia romana de Liguria.

A la caída del Imperio Romano de Occidente -hacia el siglo V-, el territorio vivió unos cambios de propietario tan frecuentes que la hicieron, en la práctica, un área independiente, donde perro sin collar: ostrogodos, carolingios, lombardos, Sacro Imperio Romano, etc. Un desorden. Esta especie de orfandad se acabó cuando en el siglo XII entró a formar parte de los dominios del rey de Aragón, incorporándose al condado de Provenza en 1176. A partir de ese momento el territorio entró en una cierta calma. De los catalanes pasó a la Saboya (1388), a Francia durante Napoleón, al reino de Cerdeña en 1815 para acabar incorporada a Francia en 1860 -el momento en que los italianos decidieron que la unificación italiana era su trabajo principal y no tenían ganas de distracciones marginales-.

 

La estabilización del territorio, una vez estandarizadas las formas de administración marcadas por el régimen republicano francés, ayudó a establecer un turismo caracterizado por sus orígenes: el norte de Europa. La zona, ya desde los inicios de este turismo a principios del siglo XIX, se vio favorecida por los únicos individuos que, en aquella época, podían practicar este tipo de vacaciones: la gente potentada.

La inmensa riqueza del Imperio Británico -no solo en territorios, sino también proveniente de la revolución industrial- hizo que muchos ricos se instalaran en verano en lo que pasó a conocerse como "French Rivera". El hecho es fundamental, ya que hace que -a pesar de que el visitante actual de la zona se ha notoriamente vulgarizado- se puedan observar hoy Rolls-Royce y otros coches de lujo circulando en un entorno que, en nuestra casa, resulta inimaginable. La denominación de "French Rivera" se fue cambiando por el de Côte d'Azur gracias a los escritos de Stéphen Liégeard en 1887.

Muchas otras poblaciones de los alrededores de Niza han desarrollado una industria del perfume (Grasse) y del lujo muy notables

La realidad es que la Niza actual vive mucho más de la industria y el comercio que del turismo. Aunque Niza es el segundo lugar más turístico de Francia después de París. También su aeropuerto es el segundo en vuelos internacionales. Pero ha sabido combinarlo con una cierta gracia. Toda la zona ha aprovechado el renombre de Niza para hacer negocio. Cannes (Cannes) ha sido una de las poblaciones favorecidas, también Mónaco y muchas otras poblaciones de los alrededores que han desarrollado una industria del perfume (Grasse) y del lujo muy notables.

Las ferias de muestras y congresos de empresas del lujo son numerosas. Niza se encuentra a 200 kilómetros de Marsella, la capital regional. Pero también de Turín, la capital del Piamonte, y de Génova, la capital de la Liguria.

¿Qué interés puede tener la zona para un ciudadano de nuestra casa? Los intercambios profesionales son pocos. La conexión por autopista es buena. No tanto por ferrocarril -el viaje puede durar entre siete y ocho horas-. A mi entender, los atractivos que se dan por la zona merecen nuestra atención en tres puntos. El primero consistiría en aprender una lección: y es que hablar de turismo de calidad significa hablar de precios altos. Cuando uno pasea por la Promenade des Anglais y observa los hoteles y restaurantes que hay a lo largo de la avenida marítima, uno llega a la conclusión de que aquel paseo únicamente puede existir si alguien lo paga. Y el hecho solo tiene un sostenedor: el turista rico.

Cuando uno pasea por la Promenade des Anglais y observa los hoteles y restaurantes, uno llega a la conclusión de que aquel paseo solo puede existir si alguien lo paga

Los amantes de la historia europea encontrarán cerca de Cannes -en Antibes (Antibol, en occitano)- el inicio de lo que ha pasado a denominarse Ruta de Napoleón. Cuando el emperador fue recluido en Elba en 1814, le dieron en propiedad esta isla de la Toscana que, en teoría, pasaba a ser un estado del cual Napoleón era el rey. Evidentemente, se cansó del montaje pronto, y en febrero de 1815 huyó llegando a Antibes. Allí desembarcó y comenzó la marcha que lo llevó hasta París donde constituyó el gobierno de los cien días que, como todos saben, terminó en Waterloo como el rosaire de l’Aurore.

Y para los amantes de cosas más nuestras deben saber que en el antiguo cementerio de Niza (cementerio de Caucade) se encuentra enterrado el general carlista Francesc Savalls, marqués de Alpens, líder de la última Guerra Carlista. Al terminarse, y perdida, la guerra en 1875, se exilió en Niza, donde se casó con una señora de allí. Hizo de marchante de vinos los últimos años de su vida hasta que murió en 1885.