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La moda rápida y su crecimiento incontrolado, en el punto de mira de la UE

La Unión Europea genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles cada año, esto equivale a unos 12 kg de residuos por persona

La Unión Europea genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles cada año  | iStock
La Unión Europea genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles cada año | iStock
Esther Herrera | VIA Empresa
Periodista
27 de Julio de 2025 - 05:30

A partir de principios de julio es cuando es habitual que las rebajas estén en todas partes. Es la época cuando, sintiendo las vacaciones más cerca, se compra más. ¿Cómo resistirse a comprarse aquel vestido blanco que tenemos tantas ganas de ponernos para nuestro viaje a las islas griegas? Poco importa que ya tengamos dos muy parecidos. A menudo la población no es consciente del gran impacto que tiene la industria textil en el medio ambiente. Ya no sólo lanzando aquello que no se pone, también el ritmo de producción acelerado de la industria de la moda rápida. Por esta razón, Francia ha aprobado recientemente una proposición de ley contra este consumo desmesurado con sanciones contra las empresas, prohibición de la publicidad y también sancionará a los influencers que incentiven la compra de este tipo de ropa. Mientras tanto, en el conjunto de la Unión Europea también hay una iniciativa similar.

 

Según datos del Ejecutivo comunitario, la Unión Europea genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles cada año, esto equivale a unos 12 kg de residuos por persona. Actualmente, sólo el 22% de la ropa que se dona acaba en puntos de reciclaje o para su reutilización. El resto se incinera o se deposita en vertederos, casi siempre en terceros países, provocando gases altamente contaminantes, como el del desierto de Atacama, en Chile.

Pero el problema ya no sólo es de qué forma nos deshacemos de la ropa, es el nivel de consumo que tiene la población. El 73% de la ropa y textil que se utilizan en Europa se importan de países que no forman parte de la Unión Europea; un ciudadano de los 27 compra al menos 26 kg de ropa al año. De hecho, la UE es uno de los mayores importadores mundiales de textiles, sobre todo provenientes de China, Bangladesh y Turquía, por un valor superior a los 80.000 millones de euros.

 

La Unión Europea genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles cada año, esto equivale a unos 12 kg de residuos por persona

Ante la situación, Francia ha aprobado una proposición de ley contra la “invasión” de la moda “ultraefímera”, como dice el texto de la ley, que sobre todo afectará a la marca china Shein. Otras, como H&M, Inditex o Kiabi se quedan fuera, porque forman parte del tejido económico del país, según defendió la senadora francesa Sylvie Valente Le Hir, con críticas de la izquierda que cree que se debería ser más estricto también con estas otras empresas.

Francia se ha adelantado con esta ambiciosa ley, aunque otros países han aplicado medidas, como Dinamarca o Suecia con tasas medioambientales. Por su parte, las instituciones de la UE llegaron a un acuerdo el pasado febrero (y que se espera que tenga la aprobación final en octubre) para reformar la directiva sobre residuos que afecta en concreto a los textiles. Así, con las normas los productores serán responsables de todo el ciclo de vida de estos productos, incentivando también la recogida y reciclaje de los textiles, un proceso que las mismas compañías deberán financiar. 

Además, se vigilará el traslado de la ropa a terceros países sólo cuando haya garantías reales de que se hará de forma adecuada, siguiendo las normas medioambientales, y en estrictas circunstancias. No podrá ser como actualmente, donde los limbos legales permiten la exportación prácticamente sin control. También, en base al acuerdo, se incentivará a los países a que impongan tasas a los productores en función del tiempo de uso de los textiles y su durabilidad.

Los productores serán responsables de todo el ciclo de vida de estos productos, incentivando también la recogida y reciclaje de los textiles, un proceso que las mismas compañías deberán financiar

Cuando la Comisión Europea presentó la propuesta, defendió que era importante que los consumidores cambiaran de mentalidad, que apuesten más por la calidad, la durabilidad, la prolongación de los textiles y su reparación. Evitar el ciclo vicioso de comprar-usar-romper-comprar otro. Se trata, en definitiva, de cambiar un modelo donde se produzca menos y se pongan límites al crecimiento descontrolado actual, con algunas marcas lanzando colecciones diarias de 700 prendas de ropa cada día.

Quizás el enfoque puede estar en el cambio de mentalidad. Cuando ahora nos parece imposible estar en un restaurante y que todo el mundo fume en un interior, quizás es momento de pensar que el ritmo de compras es también insostenible. Cabe decir que, como en todas partes, nada es blanco o negro. Existen los matices. No todo el mundo puede tener un alto nivel adquisitivo, a todo el mundo le gusta vestir agradable y sentirse cómodo. Por eso, las nuevas normas europeas quieren centrarse también en el mercado de segunda mano, para que pueda todo el mundo tener acceso a una ropa que nos guste, limitando un nivel de producción desorbitado.