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Desde Oaxaca: la gentrificación echa raíces en la tierra del mezcal

En un año, el turismo internacional en el estado se ha disparado un 18% y el precio de un café iguala las cifras de Europa pese a no superar los 210 euros de salario mensual

Plantas de ágave en Oaxaca de Juárez, la capital del Estado de Oaxaca | iStock
Plantas de ágave en Oaxaca de Juárez, la capital del Estado de Oaxaca | iStock
Carlos Rojas | VIA Empresa
Periodista
Oaxaca, México
28 de Septiembre de 2025 - 05:30

Entre la inmensidad y diversidad que abarca México, Oaxaca de Juárez luce como un tesoro. El centro histórico de la capital del Estado de Oaxaca es considerado desde 1987 como patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco. También las sugerentes ruinas del Monte Albán, en la periferia. En dirección opuesta se encuentra un desvío hacia la cada vez más concurrida ruta del mezcal, un producto que ya ha alcanzado el estatus de bebida de lujo en países como Estados Unidos.

 

Este precioso envoltorio atrae a más turistas de todo el mundo cada año. En 2024, el repunte interanual fue del 18%. Sin embargo, el dato esconde un frío contraste: aunque un desayuno completo en una cafetería cualquiera supera los 10 euros -es decir, un precio similar al que encontramos en Europa-, el salario medio de los habitantes roza los 4.500 pesos mexicanos (210 euros mensuales, al cambio). Todo ello convierte a Oaxaca en el tercer estado más pobre de México.

"La ciudad se está vaciando de locales, todo lo están comprando los extranjeros", advierte Gerardo, un taxista que me recibe en el pequeñísimo aeropuerto de la capital. En Oaxaca de Juárez aún no han llegado los VTC, pero eso no quiere decir que el sector del taxi lo tenga fácil.

 

Por ejemplo, Gerardo no tiene una rutina establecida. Normalmente, en su jornada se dedica a trasladar a los turistas (mexicanos, mayoritariamente) al corazón de la ciudad por unos 11 euros. Es un trayecto breve, de unos 20 minutos. Sin embargo, también ofrece excursiones de un día entero por 115 euros, con entradas incluidas a los principales monumentos del área, incluso a Hierve El Agua, un paraje natural ubicado a unos 70 kilómetros de la ciudad.

Gerardo, sin embargo, no reside en la capital. "Es prácticamente imposible", lamenta. Mientras conduce por la rectísima ruta que atraviesa el valle central, señala los pueblecitos situados en la falda de las altísimas montañas de derecha e izquierda. "La gente de toda la vida está allí", explica. Gracias a su trabajo, el taxista se puede permitir vivir un poco más cerca,en lugar de en aquellas aldeas, donde la agricultura es el sector predominante.

La pasada década, la producción de mezcal en Oaxaca repuntó un 365% por su internacionalización

Si se recogen los datos de todo el estado, los servicios y el turismo representan más del 60% de la economía. Por su parte, el secundario concentra un 32% y el primario se anota un discreto 7,2%. Este desequilibrio se explica, en parte, porque Oaxaca tiene otra joya turística como Puerto Escondido, con playas muy bien valoradas, a unas tres horas en coche de la capital.

Históricamente, sin embargo, el punto fuerte del territorio es su industria textil y el mezcal. Este segundo producto ha vivido su propia revolución y merece una mención aparte. Durante la pasada década, la producción de este alcohol destilado de la planta de agave, endémica de Oaxaca, aumentó un 365% por su exposición internacional. Se trata de una denominación de origen que ya ha llegado a unos ochenta países. "Los polacos son los que más nos visitan últimamente", confirma una trabajadora de la firma artesanal El Rey De Matatlán a VIA Empresa.

Cuando hablamos de alcohol propio de México, el tequila parece el rey intocable. Pero en Estados Unidos, el principal mercado extranjero de este bien, el mezcal se ha ganado una mejor consideración, aunque aún no se acerque en popularidad. Tan preciado es que personalidades como los actores Aaron Paul y Bryan Cranston o el cantante Maluma ya han decidido crear su propia marca. En Oaxaca todo el mundo lo comprende. "Al fin y al cabo, el tequila es un alcohol más sencillo, con menos notas, sabores y profundidad que el mezcal", defienden Sergio y Raisa, dos jóvenes propietarios de una coctelería de la ciudad.

Hay unas 125.000 familias con negocio propio de mezcal en Oaxaca y la industria ocupa a 265.000 personas de los cuatro millones de habitantes del estado

Aparte de su local, la pareja también tiene un negocio de mezcal propio. Del clásico espadín (el más habitual) hasta los agaves silvestres, disponer de una plantación es muy habitual, independientemente de la renta de los vecinos. Desde los terrenos más próximos a la capital hasta poblaciones a 2.400 metros de altitud, a menudo es más fácil encontrar señales de fábricas de mezcal artesanal que de tráfico. En Oaxaca, producir mezcal es una religión: hay unas 125.000 familias que se dedican y la industria ocupa a 265.000 personas de los cuatro millones de habitantes del estado, de acuerdo con las últimas estadísticas del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam).

En este caso, la contrapartida de la popularidad del mezcal es favorable al territorio. También el turismo, según el gobernador del estado, Salomón Jara. "Estas acciones no solo impulsan el desarrollo; también contribuyen a la reducción histórica de la pobreza", presumió en sus redes sociales a finales de agosto. Sin embargo, Oaxaca continúa con una tasa de pobreza del 52% de su población (seis puntos menos que un año antes, todo sea dicho) y se encuentra muy lejos de los 11.300 euros anuales de salario medio del país. Dos datos que conviven aparte del eterno debate de los efectos de la gentrificación.