
Ni lo tenemos cerca, ni lo encontramos en Europa, ni, por supuesto, vivimos en él. El País de las sonrisas está a unas 15 horas de vuelo desde el aeropuerto del Prat, y a pesar de ser considerado un viaje de larga distancia son pocas las horas de avión que se necesitan para llegar a Tailandia, teniendo en cuenta el contraste, a todos los niveles, que se puede experimentar al aterrizar en cualquiera de los cinco aeropuertos internacionales de que dispone el país (Suvarnabhumi y Don Mueang en Bangkok, Phuket, Chiang Mai y Koh Samui). Los cinco se suman al centenar que forma la red aeroportuaria tailandesa, y que cada año se encuentra más saturada de viajeros.
Bangkok se ha situado como el destino más deseado entre los viajes de larga distancia
Este año, de hecho, Bangkok se ha situado como el destino más deseado entre los viajes de larga distancia, tal y como revela el estudio del comparador de vuelos Jetcost, y lo ha hecho a pesar de entrar en un conflicto armado con Camboya a finales de julio, y las tensiones entre Irán y Estados Unidos que, un mes antes, desembocaron en un ataque con misiles del primero contra la base militar ubicada en Qatar del segundo -recordemos que la gran mayoría de los vuelos a Tailandia hacen escala en Qatar o Abu Dhabi, en función de la aerolínea, Qatar Airways o Etihad Airways-.
Un territorio 16 veces más extenso que Catalunya

En Bangkok se pueden discernir los dos grandes tipos de turistas que visitan el país, entre aquellos que continúan su expedición hacia el norte, para explorar más profundamente la cultura tailandesa, y aquellos que viajan al sur para disfrutar de su patrimonio marino -y, seguramente, del ocio nocturno-. En conjunto, Tailandia cuenta con una superficie de 513.120 kilómetros cuadrados, una extensión casi 16 veces superior respecto al territorio catalán, por la que se distribuyen sus más de 70 millones de habitantes y los cerca de 17 millones de turistas que, según datos del Ministerio de Turismo y Deporte de Tailandia, han visitado el país durante la primera mitad de este 2025.
Tailandia proyecta un año récord en cuanto a llegada de turistas y, por este motivo, el pasado 1 de mayo estableció como condición obligatoria para todo ciudadano no tailandés que desee entrar en el país rellenar la Thailand Digital Arrival Card (TDAC), un formulario en línea diseñado para facilitar el proceso de ingreso de los turistas, independientemente de si vienen por tierra, aire o mar. La medida se ha adoptado justo antes del verano, cuando se prevé una concentración mayor de viajeros internacionales, a pesar de coincidir plenamente con la época de lluvias en el territorio, que se extiende hasta noviembre, y que explica por qué los tailandeses no detienen su actividad laboral y escolar durante estos meses, y esperan a hacer vacaciones hacia los meses de marzo y abril.
7-Eleven y Grab: el gran descubrimiento de los viajeros en el sudeste asiático

Los esfuerzos que año tras año hace Bangkok para asimilar los crecientes datos de turismo la convierten en la ciudad más avanzada del país, lo que permite a los recién llegados no tener que correr a cualquier casa de cambio para intercambiar su divisa por el baht tailandés (THB) y poder hacer frente a cualquier gasto que pueda surgir al aterrizar en el país. El euro se paga a unos 37 bahts, y aunque el país empieza a establecer precios de turista, los virales y multitudinarios supermercados 7-Eleven, y los servicios de transporte de la singapurense Grab Holdings Inc., permiten subsistir de manera muy económica.
Con cerca de 46.000 establecimientos en 16 países, 7-Eleven es la cadena de tiendas de abastecimiento más grande del mundo, y se especializa en la venta minorista de artículos básicos de alimentación, droguería y prensa, con Asia y América del Norte como principales mercados. Tailandia cuenta con unas 13.800 tiendas, convirtiéndose en el tercer país que más tiene, por detrás de Japón (21.300) y Corea del Sur (14.100).
Con cerca de 46.000 establecimientos en 16 países, 7-Eleven es la cadena de tiendas de abastecimiento más grande del mundo
Por otra parte, Grab es la aplicación móvil que comparten tanto locales como viajeros -especialmente estos últimos- para desplazarse por todo el país, excepto en algunas islas donde los métodos de transporte se reducen al alquiler de motos, o a los famosos tuk-tuk. Sin embargo, Grab es sin duda la opción más económica -un trayecto de media hora con el aeropuerto como punto de partida no pasa de los cinco euros-, la más completa -también ofrece servicios de entrega a domicilio- y seguramente la de mejor calidad -ni las motos ni los tuk-tuks ofrecen aire acondicionado, ante un clima especialmente caluroso y húmedo-.
Wat Arun, Chinatown y Khaosan: una mezcla de culturas que esquiva el inglés

Sea cual sea el medio de transporte, lo que es inevitable es dejarse deslumbrar por los diversos templos que configuran la ciudad de Bangkok, con el Gran Palacio, Wat Pho, Wat Arun como principales iconos y polos de atracción turística. Si bien estos lugares se encuentran cada vez más predispuestos a recibir viajeros, el idioma sigue siendo una gran barrera para la gran mayoría: el 90,7% de los tailandeses habla sólo el tailandés, tal y como se desprende de la Nota Económica de Tailandia publicada por Acció el pasado mes de febrero. Un 6,4% de la población combina el tailandés con otras lenguas, y la proporción de habitantes que no habla el tailandés es del 2,9%. Unas cifras que coinciden considerablemente con las religiones que conviven, la budista (92,5%), la musulmana (5,4%) y la cristiana (1,2%).
El 90,7% de los tailandeses habla sólo el tailandés
Los templos son el gran reclamo turístico de Bangkok, aunque generalmente cierran a primera hora de la tarde, justo antes de la puesta de sol. Pero esto no quiere decir que la actividad se detenga en Bangkok. El hecho de que se haga oscuro pronto en Tailandia -hacia las 18 horas- es un gran aliciente para disfrutar de la actividad nocturna, que en gran parte se concentra en la calle de Khaosan y en Chinatown: dos grandes escenarios para descubrir la gastronomía tailandesa a pie de calle -incluidos los escorpiones, grillos, tarántulas y la carne de cocodrilo-. Ahora bien, es recomendado asistir temprano, porque en estas calles, la gastronomía pasa rápidamente a un segundo plano.
Oportunidades catalanas en territorio tailandés
Ante un país rico culturalmente y cada vez más atractivo, no sólo en clave turística, también empresarial, Catalunya ha estrechado lazos con Tailandia y ha llevado a cabo varias misiones, como la que efectuó el Port de Barcelona el pasado 2022, o Acció y la Cambra de Comerç de Sabadell el pasado mes de mayo en el marco del Plan de Acción Internacional, impulsado por el Consell de Cambres de Catalunya. En conjunto, son 446 empresas catalanas las que exportan regularmente a Tailandia, con el aluminio (14,7%), la maquinaria (14,1%) y los farmacéuticos (9,9%) como principales productos.
Catalunya cuenta con siete filiales tailandesas establecidas de cuatro empresas matriz, mientras que en Tailandia hay hasta once filiales catalanas de nueve empresas matriz, entre las que destacan Grifols, Hipra y Werfen, todas ellas ubicadas en Bangkok. El territorio ofrece cada vez más posibilidades de negocio, al posicionarse como el hub del sudeste asiático en embalaje e impresión, un ámbito que en la región Asia-Pacífico ya supone más del 40% del consumo mundial. Otros grandes sectores son el sanitario, que goza de una buena salud, al contar con una fuerte inversión gubernamental en I+D sanitaria y la presencia de un tejido de empresas locales con capacidad de inversión. Por otra parte, el sector alimentario representa un gran generador de oportunidades, ya que reclama nuevas tecnologías para desarrollar los alimentos del futuro de manera sostenible y segura. Unos alimentos, que después de pasear por las calles mencionadas, serán más crujientes de lo que imaginamos.