El Port de Barcelona prepara el terreno para el H2Med

La terminal catalana es la única del Estado que acogerá, de forma permanente, un barco de abastecimiento de gas natural licuado

Imagen del buque de suministro de GNL | Port de Barcelona Imagen del buque de suministro de GNL | Port de Barcelona

El anuncio de la construcción del gasoducto de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella, que recibe la denominación de H2Med, refuerza la capital catalana como punto estratégico del sur de Europa. Hasta que esta instalación no esté operativa, a partir del año 2030, el Port de Barcelona trabaja en otros proyectos para aprovechar el impulso.

Desde esta semana, la terminal marítima de la capital catalana es la única de todo el Estado que acogerá, de forma permanente, un barco de abastecimiento de gas natural licuado. Esta iniciativa está impulsada por Enagás y el armador noruego Knutsen.

El grupo energético y el Port de Barcelona también han firmado un acuerdo para desarrollar acciones que consoliden Barcelona como un enclave estratégico en el futuro corredor europeo de hidrógeno verde. "El barco de GNL nos posiciona como un puerto de suministro de combustibles alternativos y nos permite lograr nuestros objetivos de descarbonización", apunta Lluís Salvadó, máximo dirigente del Port.

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Movimiento sostenible de los barcos

Los impulsores del proyecto vinculado al gas natural licuado aseguran que esta energía elimina el 100% de las emisiones de óxidos de azufre y el 25% de las de CO2. "La construcción del barco y el impulso del GNL es un ejemplo de combustible sostenible en el transporte marítimo", describe Arturo Gonzalo.

El consejero delegado de Enagás añade que todos los movimientos realizados en Barcelona van ligados "con la directiva europea de combustibles alternativos". Por su parte, Salvadó no se ha desmarcado del discurso sostenible y ha recalcado "el compromiso" del Port de Barcelona para llevar a cabo una actividad "respetable con el entorno y esto pasa, entre otras cosas, por garantizar la calidad del aire".

Bajo el nombre de Haugesund Knutsen, el barco de suministro tiene unos 90 metros de eslora. Su radio de acción será el Port de Barcelona y el mar Mediterráneo. En total, este medio de transporte tendrá capacidad para almacenar 5.000 metros cúbicos de gas natural licuado. En todo el mundo, según Enagás, existen 350 barcos similares.

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Imagen del acto en las oficinas de Enagás | Aleix Ramirez

Reducción de la dependencia del gas ruso

A pesar de que la economía española es una de las que ha sufrido, con menor medida, el impacto de la guerra de Ucrania, Arturo Gonzalo ha definido Barcelona como un referente del hub de abastecimiento de gas natural. Un hecho, que bajo el criterio del ejecutivo de Enagás, "contribuye a reducir la dependencia del gas ruso.

España tiene siete plantas de regasificación, donde ya se han llevado a cabo todas las actuaciones necesarias para adaptar las instalaciones al suministro de GNL para barcos. Más allá de esta energía, el Port de Barcelona espera que iniciativas de estas características "mejoren nuestra competitividad".

El tramo del gasoducto entre Barcelona y la ciudad francesa de Marsella tendrá un coste de 2.500 millones de euros y una extensión de 455 kilómetros. El equipamiento se instalará a una profundidad máxima de 2.600 metros. El objetivo de los países implicados (España, Francia y Portugal) es que la Unión Europea asuma el 50% de la financiación y el resto del gasto vaya a cargo de inversores privados.

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