Profundizar en las actividades y la obra de Francesc Cambó Batlle (1876-1947) es una tarea que ha llenado libros enteros y, en consecuencia, resulta imposible abordar el tema en profundidad desde un artículo periodístico. Lo que sí se puede hacer, sin embargo, es esbozar un mapa de sus vínculos con otros personajes relevantes del país que seguramente resultará bastante atractivo como para despertar el interés de los lectores a comenzar su propia investigación personal. También su papel determinante, y a menudo opaco, en negocios de gran volada tiene que ser un motivo para mirar de descubrir los intríngulis de la compleja madeja que lo rodea.
En el año 1947, en el momento de la muerte de Cambó, nos encontramos con un pool de albaceas y asesores, donde cada uno de los miembros resulta fascinando por sí mismo. Para empezar, descubrimos haciendo este rol a Narcís de Carreras Guiteras (1905-1991), gran prohombre del país que consiguió presidir tanto "la Caixa" como el FC Barcelona, además de ser un lobbista fundamental del influyente sector algodonero. Por supuesto, era militante de la Lliga Regionalista. El papel de albacea que interpretó en el momento de la muerte de Cambó tenía relación directa con su trabajo de secretario del político desde 1936, de la cual tenemos mucha información porque toda la documentación personal se encuentra depositada en el Arxiu de Catalunya. Además de todo esto, Carreras nos dejó en herencia a un hijo que, con los años, aconteció fundador de Ciudadanos, el partido político de corte lerrouxista-catalanófobo que tanta presencia en nuestras vidas ha tenido en los últimos años.
Otro de los albaceas fue Josep Trias de Bes Giró (1890-1965), miembro de una alcurnia medular de la Catalunya burguesa y el primero de la familia que lució este apellido compuesto. Abogado, catedrático, diputado y militante de la Lliga Regionalista; en pocas palabras, un currículum muy lleno. También encontramos a Josep Maria Casabò Torras (1898-1971), otro abogado y político vinculado a la Lliga, pero en este caso también con cierto perfil empresarial. Según mucha de la documentación consultable a primera vista sobre los prohombres incluidos en la lista de albaceas, uno de los escogidos era Evarist Arnús, de una conocida alcurnia de banqueros catalanes. Pero esto resulta del todo imposible, porque el único Evarist de la familia fue el iniciador de la alcurnia, muerto muchos años antes, en 1890.
Entre los albaceas de Cambó había nombres influyentes como Narcís de Carreras, Josep Trias de Bes, Josep Maria Casabò y Jesús Cambó
El error procede del artículo que publicó al poco de la muerte de Cambó la revista Destino, donde a la lista de albaceas incluía este Evarist Arnús. Lo que sí es cierto es que el político ampurdanés tenía una relación muy estrechada tanto a nivel profesional como personal con los Arnús, sobre todo con Gonçal Arnús y es posible que fuera este quien estaba en el grupo de albaceas del testamento. Realmente tampoco Gonçal Arnús pudo ejercer -caso que fuera cierta la hipótesis- porque traspasó dos años antes que Cambó. Finalmente, cerraba la nómina de albaceas el primo del finado, Jesús Cambó.
Los dos asesores designados son también personajes clave de la política catalana de aquel tiempo, Lluís Duran Ventosa (1870-1954) y Joan Ventosa Calvell (1879-1959), los dos muy amigos de Cambó. El primero de ellos fue diputado en el Parlament, consejero, alcalde de Barcelona y miembro del núcleo fundador de la Lliga Regionalista. El segundo, diputado en Madrid, ministro en varios gobiernos españoles, alto cargo de un puñado de sociedades relevantes y, como no, miembro del hueso de la Lliga. También tuvo vinculación profesional directa con el financiero mallorquín Joan March Ordinas (1880-1962).
A toda esta escuadra de individuos influyentes que orbitaban alrededor de Cambó en el momento de su muerte hay que añadir la figura de Joan Estelrich Artigues (1896-1958), incluido en el círculo más cercano al político. Su perfil es parecido al de los protagonistas que hemos visto hasta ahora: secretario de Cambó, miembro de la Lliga Regionalista, diputado en Madrid... aunque en este caso, con una tendencia a disfrutar de los placeres de la vida no presente de manera tan acentuada en los casos anteriores y sí en este.
Después de la muerte
Con la muerte de Cambó aparece un nuevo personaje a la narración, como es el agente de cambio y bolsa que heredó la cartera de clientes del político, Xavier Ribó Rius (1903-2000), padre de Rafael Ribó Massó (1945), este último vinculado a varios partidos de izquierda, profesor universitario y actualmente ejerciendo de Síndic de Greuges. En el despacho de Xavier Ribó se fogueó en los asuntos bursátiles un jovencísimo Joaquim Dorca Sureda, de la familia propietaria de la Banca Dorca, una entidad que la primavera de 1959 fue adquirida por Florenci Pujol Brugada (1906-1980) y su hijo Jordi Pujol Soley (1930) para transformarla en la emblemática Banca Catalana.
Una vez Xavier Ribó se jubiló, su cartera pasó a Maria Àngels Vallvé Ribera (1942) que, más allá de ser hija y sobrina de empresarios de referencia, pasa por ser la primera mujer del Estado que accedió a la plaza de agente de cambio y bolsa, todavía en pleno franquismo y con toda una serie de circunstancias en contra. Hoy en día la cartera perdura dentro de la sociedad GVC Gaesco, que ella misma controla, junto a su marido Joan Hortalà Arau (1940).
Si tensamos de los hilos de Ribó, todavía encontraremos más conexiones telarañescas, porque uno de los hermanos del Síndic, Xavier Ribó, está casado con Rosa Garicano Rojas, a quien muchos recordarán porque era la directora general del Palau de la Música cuando estalló el escándalo Millet. Su apellido tiene regusto franquista, dado que es la hija de Tomás Garicano Goñi (1910-1988), ministro del régimen y gobernador civil de Barcelona.
El abogado que contrató la mujer de Cambó al saber que no le dejaba nada de herencia se casó con su hija, Helena Cambó, la heredera universal
La misma muerte de Cambó no estuvo exenta de misterio y, aunque hoy persiste como teoría más aceptada la reacción adversa ante una vacuna, la realidad es que durante el mes largo que duró su deterioro físico, los médicos que lo trataban estuvieron dando palos de ciego sin encontrar ninguna solución. Las sombras sobre la causa real y respecto a la actuación de los facultativos no se han desvanecido nunca.
Pero hacemos avanzar la narración hasta los momentos posteriores a la apertura del testamento de Cambó, cuando se hizo público que la totalidad de sus bienes tenía que ir a la hija, Helena Cambó Mallol (1929) en calidad de heredera universal. En consecuencia, la esposa, Mercè Mallol Codina (1900-1996) quedaba excluida, salvo un muy modesto pago que no compensaba, ni mucho menos, la legítima. La batalla estaba servida.
La lucha de Mercè Mallol para defender lo que consideraba que eran sus derechos se inició con la contratación de un joven y prometedor abogado llamado Ramon Guardans Vallès (1919-2007). La disputa legal por la herencia tenía que ser encarnizada, pero bien pronto se produjo un repentino giro en la trama: cuando Guardans vio el patrimonio que había en juego, cambió de planes y decidió casarse con la hija, Helena, y seguidamente le hizo catorce hijos. No obstante este contratiempo, en 1953 la justicia dio la razón a Mercè Mallol, que pudo disponer de su legítima. De esta prolífica progenitura a menudo tenemos noticias, sobre todo por parte de Ignasi Guardans Cambó (1964), antiguo eurodiputado de Convergència y habitual protagonista de disputas en esta red social tan de moda llamada Twitter.
Pero, ¿cómo había conseguido Cambó levantar un patrimonio tant cuantioso? Esto merece otro relato porque es digno de una película.