El 'annus horribilis' de Holaluz: del éxito de tres compañeros de estudios a un desenlace incierto

La empresa, centrada en la comercialización de la electricidad y la instalación de placas fotovoltaicas de autoconsumo, se ha visto golpeada por la caída de precios de la energía

Los responsables Holaluz durante su salida a Bolsa el 2019 | EP Los responsables Holaluz durante su salida a Bolsa el 2019 | EP

Si Puig, Banc Sabadell y BBVA han sido los protagonistas de los últimos días, hay una compañía que también ha acaparado titulares, pero por otro motivo: pérdidas de 26 millones de euros en 2023, la búsqueda de un refinanciamiento de 21 millones y un ERTE que ha dejado sin trabajo a 200 trabajadores, el 30% de la plantilla. Se trata de la catalana Holaluz. ¿Las posibles soluciones? Rescate de la Generalitat a través del Institut Català de Finances (ICF), un preconcurso o la venta a una comercializadora. Una historia que comenzó de forma "idílica" en 2010, cuando Carlota Pi, Ferran Nogué y Oriol Vila, estudiantes del máster Business Management en IESE, tenían un objetivo común: conquistar al cliente que "odia a las compañías energéticas". Y, hasta hace poco, ha sido considerado uno de los casos de éxito made in Catalonia.

El objetivo de tres estudiantes de máster y posteriores fundadores de Holaluz: conquistar al cliente que "odia a las compañías energéticas"

El 12 de noviembre de 2010 nacía oficialmente Holaluz con el objetivo de "desafiar" a las grandes eléctricas españolas y, tal como apuntaban los medios de comunicación de la época, logró "arrebatar en poco tiempo 150 millones de euros de beneficios a las eléctricas". Poco después, la empresa logró la meta, nada desdeñable, de más de 200.000 clientes y durante 2019 salió a bolsa en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) con el apoyo de 200 inversores. ¿El objetivo? Un plan de expansión ambicioso trazado por la compañía para llegar a un millón de clientes y 50.000 instalaciones fotovoltaicas para finales de 2023, además de alcanzar una facturación de 1.000 millones de euros y un beneficio bruto de explotación (EBITDA) un 7% superior a los ingresos. Los fundadores confesaban que "estaban hartos de cómo funcionaban las empresas energéticas" y después de experiencias previas en el sector no les parecía lógico "cómo se trataba al cliente, desde cobrarle más, venderle servicios que no necesitaba y cuando había algún problema, había excusas y gestiones que se alargaban mucho".

Con el paso de los años y, antes de iniciarse en la bolsa, consiguieron tres rondas de financiamiento, la primera de ellas de 300.000 euros de Enisa en octubre de 2010, 4 millones de euros del fondo Axon Partners Group en mayo de 2016 y 8 millones en septiembre de 2019 de la entidad de previsión sectorial de empleo Geroa. En total, 12 millones de euros, una cantidad no excesivamente alta si se tiene en cuenta sus volúmenes de facturación y la frecuencia de rondas millonarias en muchas empresas emergentes catalanas que ni siquiera facturan.

El negocio de Holaluz: una empresa centrada en la comercialización de la electricidad y la instalación de placas fotovoltaicas de autoconsumo

Entre los grandes contratos que consiguió Holaluz en los últimos años, destaca que en junio de 2018 se convirtió en la primera y única comercializadora eléctrica que instalaba en España las baterías de Tesla. También ganaron muchos contratos, de cuantía elevada, con el suministro de electricidad 100% renovable para el Ayuntamiento de Madrid. Competían contra "gigantes" como Acciona, Naturgy o Iberdrola.

El 'annus horribilis' de Holaluz

Ferran Nogué, Oriol Vila i Carlota Pi són els impulsors d'Holaluz | EP
Ferran Nogué, Oriol Vila y Carlota Pi  son los impulsores de Holaluz | EP

Para entender exactamente el funcionamiento de Holaluz, es necesario destacar que se trata de una empresa centrada en la comercialización de la electricidad y la instalación de placas fotovoltaicas de autoconsumo. La misma Carlota Pi detallaba en febrero de 2022 que "dentro de unos años, tener una placa fotovoltaica en casa para el autoconsumo será tan común como llevar un teléfono inteligente encima". Desafortunadamente, las predicciones no se han cumplido y actualmente hay dudas sobre si seguir funcionando. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Víctor Ruíz Ezpeleta, profesor de EAE Business School, explica en VIA Empresa que hay dos motivos que han llevado a Holaluz a esta compleja situación: han efectuado inversiones elevadas en proyectos de instalación de parques fotovoltaicos (con poco retorno económico) y la bajada del precio de la luz durante los últimos meses ha sido letal (incluso alcanzando cifras negativas, según relataba hace poco en VIA Empresa el catedrático Oriol Amat). Aunque la bajada del precio de la luz es positiva (y agradecida) para los usuarios; para las empresas, distribuidoras y productoras, comporta un impacto negativo en las cuentas finales. Además, los precios negativos de la electricidad han generado sorpresa, ya que es un fenómeno muy puntual y, de hecho, no se había producido nunca.

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Hace pocos días se ha podido saber que Holaluz ha tenido pérdidas de 26 millones de euros en 2023 y de 5,1 millones en 2022. "Además, el auditor de las cuentas ha declarado que el fondo de maniobra, es decir, el dinero para seguir operando, es de 44 millones de euros", detalla Ruíz. Recientemente, no han presentado las cuentas anuales en el plazo que les corresponde y están suspendidos temporalmente del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), a falta de una redistribución de la deuda y que se aclaren todas las dudas financieras que se plantean.

Holaluz no ha presentado las cuentas anuales en el plazo que les corresponde y están suspendidos temporalmente del Mercado Alternativo Borsátil (MAB)

¿Cuáles son las soluciones posibles para evitar un trágico desenlace? En primer lugar, "que se confirmen todos los detalles de la auditoría y la transparencia de los datos". El experto de EAE Business School cree que es "muy posible" que haya una inyección de capital y que se esté negociando con la Generalitat a través del ICF y que se esté "planteando dejar 10 millones de euros con garantías de funcionamiento". También han solicitado otro de 3 millones a Avança -holding empresarial de la Generalitat-, un préstamo convertible con varias oficinas de gestión de patrimonios familiares (family offices) catalanes por otros 2 millones y una línea de crédito sobre el valor de la compañía (equity line) de hasta 6 millones de euros. Si no también están hablando los deudores para refinanciar la deuda y dar más tiempo para negociar los tipos de interés.

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Recientemente y, según ha avanzado Expansión, Holaluz abre la puerta a la entrada de un socio industrial. La comercializadora de energía tiene sobre la mesa una nueva alternativa de refinanciamiento que incluye un préstamo convertible en acciones de un "inversor/industrial del sector". La compañía no ha querido revelar el nombre del posible inversor. Cabe destacar que en el último trimestre del año, la firma también aplicó un ahorro operativo con la ejecución de un Expediente de Regulación de Empleo (ERO), sobre el 30% de la plantilla, es decir, unas 200 personas y que afectó principalmente a los equipos de instaladores, ventas y roles de apoyo a las operaciones de energía solar. La plantilla actual es de 463 personas.

La demanda de instalaciones fotovoltaicas ha caído por los elevados tipos de interés que han hecho costoso la financiación de las instalaciones y por el contexto de precios de la electricidad bajos

La demanda de instalaciones fotovoltaicas ha caído por los elevados tipos de interés que han hecho costoso el financiamiento de las instalaciones y por el contexto de precios de la electricidad bajos. La compañía argumenta que 2023 ha sido un ejercicio lleno de desafíos para la industria de la energía solar residencial, debido a una significativa desaceleración del mercado del 50%, según datos de la asociación Unión Española Fotovoltaica UNEF y de la patronal de renovables APPA. La demanda ha caído por los elevados tipos de interés que han hecho costoso el financiamiento de las instalaciones -vale decir que Holaluz financiaba el 50% de las infraestructuras que ponía en funcionamiento-, por la desincentivación de la demanda en un contexto de precios de la electricidad bajos. Como consecuencia, la firma ha pasado de hacer una media de entre 800 y 1.000 instalaciones solares al mes, a aproximadamente unas 600. Y, sobre todo, también les ha afectado la finalización de las subvenciones Nextgen.

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