
Cirsa es una empresa bastante conocida para todos, una multinacional del juego, líder en España, Panamá, Colombia, Costa Rica y la República Dominicana, y con una notable presencia en países como Italia, Marruecos, México, Puerto Rico y Perú. Con sede en Terrassa, fue fundada en 1978 por Manuel Lao, y vendida 40 años después, por el mismo fundador, a Blackstone, la conocida firma de capital privado o “private equity”, de Nueva York, quien adquirió el 100% de la empresa a la familia Lao. Se trata de un caso de una gigantesca creación de valor en una sola generación, y más teniendo en cuenta que dentro de la operación de venta no se incluyeron los activos argentinos de Cirsa, que, aún hoy son propiedad de los Lao.
Este pasado día 9 de julio, casi ocho años después de la adquisición, Blackstone ha sacado a Cirsa a cotizar en bolsa. Por eso ha puesto a la venta un total de 30,22 millones de acciones. 26,67 millones se corresponden a acciones de nueva emisión, lo que se llama una OPS, u oferta pública de suscripción. Los restantes 3,55 millones de acciones que se han puesto a la venta son acciones que ya existían, que estaban en manos de Blacsktone, lo que se denomina una OPV, u oferta pública de venta. En total, los inversores que han acudido han desembolsado unos 453,3 millones de euros, 400 de los cuales han ido a parar dentro de la compañía, y los 53,3 millones restantes al bolsillo de Blackstone.
El precio establecido para la salida fue el de 15 euros por acción. Después de tres días de cotización, la acción cerró el pasado viernes día 11 de julio al precio de 15 euros, es decir, al mismo precio al que salió. La valoración inicial de Cirsa fue de 2.520 millones de euros. Los ejecutivos de Cirsa, como premio por la salida, han recibido de Blackstone 6,07 millones de acciones de Cirsa, unos 91 millones de euros.
EnergyVision es una empresa belga, con sede en Gante, que salió a cotizar el mismo día que Cirsa, el 9 de julio. Ofreció un total de 4,75 millones de acciones a un precio que iba dentro de un rango de mínimo de 9,5 euros por acción, a un rango máximo de 11,5 euros por acción. Finalmente, el precio al que se hizo la operación fue el mínimo, el de 9,5 euros por acción, lo cual supuso que los inversores que han acudido han desembolsado un total de unos 45 millones de euros. Todo este dinero ha ido dentro de la empresa, 100% OPS, sin que sus accionistas hayan vendido nada. Es más, incluso algunos de ellos han comprado más acciones en esta salida a bolsa.
Al precio de la salida a bolsa, su valor bursátil es de unos 598 millones de euros. Se trata de una empresa, pues, cuyo tamaño era, de salida, menos de una cuarta parte del tamaño de Cirsa. Su actividad es muy diferente. Proporciona energía solar tanto a clientes empresariales como residenciales en Bélgica. Construye, es propietario y opera parques solares, así como infraestructura de carga para vehículos eléctricos. También instala placas solares tanto en casas particulares como en locales comerciales o industrias.
En tres días, la acción de EnergyVision ha pasado a costar 12,50 euros, es decir, con una subida del 31,6% respecto al precio de salida. Un escenario muy diferente al de Cirsa
Se ha hecho muy popular en Bélgica, ya que ofrece unas tarifas eléctricas que en un porcentaje, el que proviene de la energía solar, son fijas durante unos 10 años, y en cuanto al resto son variables en función del precio de mercado de la energía. En conjunto, los consumidores eléctricos obtienen una reducción sustancial de su actual tarifa eléctrica. Con fuerte implantación en Bruselas y notable en la parte flamenca, quiere expandirse también por la parte valona, así como por Holanda. La empresa quiere el nuevo capital para soportar su expansión. Después de los mismos tres días de cotización, el viernes día 11 cerró a 12,50 euros, es decir, con una subida del 31,6% respecto al precio de salida. Un escenario muy diferente al de Cirsa.
La diferencia, en el accionista
¿Cuál es la diferencia entre ambas salidas a bolsa para que una haya sido tan exitosa y la otra tan poco? La cuestión primordial es el accionista que realiza la operación. En el caso de Cirsa es el private equity, mientras que en el de EnergyVision son los fundadores de la empresa. Hay inversores institucionales que nunca acuden a una salida a bolsa si quien vende acciones es un private equity. ¿Por qué lo hacen? Pues porque habitualmente los private equity tienden a endeudar mucho las empresas que adquieren y, además, dada su visión de corto plazo, ya que no pretenden ser inversores de una empresa durante muchos años, tienden a maximizar el precio de salida a bolsa y lo suelen poner dentro de la banda alta de la valoración.
Las empresas que salen de la mano de sus fundadores, en cambio, suelen pensar mucho más a largo plazo. Por eso eligen un precio de salida más bajo, para que la acción tenga recorrido a futuro, en lo que es una estrategia de retroalimentación positiva.
Hay inversores institucionales que nunca acuden a una salida a bolsa si quien vende acciones es un private equity, porque estos tienden a endeudar mucho las empresas que compran
Como responsable de gestión de inversiones, y como gestor directo de muchos fondos de inversión, fui a la salida a bolsa de EnergyVision, y nos dieron el 100% de lo que pedimos. No fui a la salida a bolsa de Cirsa. Sin duda es una muy buena empresa, pero hay que poner mucha atención sobre el precio al que se ofrecen las acciones. Esta vez las dos elecciones han salido bastante bien. No siempre es así.
En febrero de 2018 tuve la oportunidad de asistir a una obra de teatro organizada en el Centro Cultural de Terrassa por la Fundación Manuel Lao. “Aquí no paga ni Dios”, se decía. Incluso el mismo Manuel Lao hizo un pequeño papel. Bastaba con ver el entusiasmo del público, entregado totalmente, para darse cuenta del gran carisma de Manuel Lao. ¿Habría ido a la salida a bolsa, si quien hubiera vendido las acciones hubiera sido él? No lo sabremos nunca, pero muy probablemente sí.