
En mi último artículo analizaba por qué septiembre es el mes de los cambios profesionales y por qué tantos directivos y profesionales deciden emprender nuevos retos en este momento del año. Ahora quiero poner el foco en el siguiente paso: ¿qué pasa cuando ya tienes el nuevo trabajo? ¿Cómo encarar los primeros días y semanas para que este cambio sea realmente un éxito?
La realidad es que un cambio de trabajo no se acaba con la firma del contrato o con el anuncio en LinkedIn. El verdadero reto empieza el primer día que atraviesas la puerta (física o virtual) de la nueva organización.
Diversos estudios confirman que los primeros meses son determinantes. Harvard Business Review destaca que los primeros 90 días marcan la trayectoria de un directivo: si no consigue legitimidad y confianza en este tiempo, será muy difícil recuperarla.
Además, informes de InfoJobs y LinkedIn indican que casi un 30% de los nuevos empleados deciden si se quedarán o se marcharán en el primer semestre.
Es decir, la manera como afrontamos este período inicial puede marcar la diferencia entre consolidarnos o quedarnos a medio camino.
Harvard Business Review destaca que los primeros 90 días marcan la trayectoria de un directivo: si no consigue legitimidad y confianza en este tiempo, será muy difícil recuperarla.
Por otro lado, sumamos nuestra propia experiencia tanto como profesionales cambiando de trabajo o asumiendo nuevas responsabilidades, como seguramente como muchos de vosotros de acompañar a muchas personas de nuestros equipos en nuevos roles, o de hacer onboradings de nuevas incorporaciones.
Fruto de todo ello, me atrevo a dar algunos consejos para empezar con buen pie:
- Escuchar antes de actuar
Antes de proponer cambios, hay que entender la cultura, las prioridades y las dinámicas internas. La credibilidad se construye con empatía y capacidad de aprendizaje.
- Construir relaciones
Invertir tiempo en conocer compañeros, colaboradores y responsables es clave. Además, un estudio de MIT Sloan Management Review apunta que los profesionales que construyen redes internas sólidas en los primeros meses tienen un 36% más de probabilidades de conseguir una promoción en los tres primeros años.
- Definir objetivos rápidos y visibles
Conseguir pequeñas victorias iniciales da legitimidad y genera confianza. No hace falta cambiarlo todo, pero sí demostrar que puedes aportar valor desde el principio.
- Buscar mentores internos
Encontrar personas de referencia dentro de la organización ayuda a acelerar la integración y a entender las reglas no escritas.
- Mantener la humildad
El liderazgo no es imponer sino sumar. Un exceso de seguridad puede generar resistencias; la humildad, en cambio, abre puertas.
Errores frecuentes a evitar:
- Querer transformarlo todo demasiado pronto.
- Menospreciar la importancia de la cultura corporativa.
- No gestionar bien las expectativas.
- Cerrarse sólo en la tarea técnica y operativa y olvidar el networking interno y de la mirada larga.
Según datos de LinkedIn Learning, los profesionales que tienen un buen onboarding tienen un 62% más de probabilidades de permanecer más de tres años en la empresa. Es una cifra que confirma aquello que la intuición ya nos dice: un buen inicio multiplica las opciones de éxito y estabilidad.
Según datos de LinkedIn Learning, los profesionales que tienen un buen onboarding tienen un 62% más de probabilidades de permanecer más de tres años en la empresa
Cambiar de trabajo es mucho más que un cambio de despacho o de firma en el correo electrónico. Es una oportunidad de construirte un nuevo futuro, pero esta sólo se materializa si sabemos gestionar bien los primeros pasos.
Porque, al fin y al cabo, lo que diferencia a los profesionales que aprovechan el cambio de los que no lo hacen no es haber conseguido el trabajo, sino empezarlo, desarrollarlo y consolidarlo.