Lanxess, el hijo de Bayer que ha hecho su camino

En 2004, Lanxess se separó del gigante alemán y, hoy en día, no solo factura más de 8.000 millones anuales: también da nombre a un conocido estadio de balonmano

El estadio Lanxess Arena | iStock El estadio Lanxess Arena | iStock

En unas pocas semanas, la sección de balonmano del Barça volverá a disputar, como ya es costumbre, la final a cuatro de la Copa de Europa de este deporte, una competición que ha ganado a menudo, hasta en once ocasiones (récord absoluto del continente). Este sistema de final a cuatro se implantó la temporada 2009/10 y desde entonces se ha jugado siempre en la misma sede, Colonia, y ya son catorce ediciones disputadas. El nombre del pabellón donde se celebra esta fase final seguro que sonará a la mayoría de aficionados al deporte -no solo a los del balonmano- y no es otro que Lanxess Arena. Pero, ¿qué es Lanxess? Esto es lo que explicaremos a continuación.

En el año 2004, la empresa alemana Bayer tomó la decisión de reestructurar sus negocios y, fruto de ello, vio que la división de estirénicos y polímeros en general no tenía cabida en sus planes de futuro, de modo que hicieron un spin-off con el segmento referido. La operación consistió en crear una sociedad que agrupara estas actividades para, entonces, sacarla del perímetro del grupo Bayer. La sociedad creada se llamó Lanxess, que según ellos mismos es una composición del término francés lancer (avanzar) con el inglés success (éxito). Sea como sea, aquel 2004 la nueva firma se separó del gigante Bayer a partir de la creación de nuevas acciones que fueron proporcionadas a los accionistas de la casa matriz a razón de una acción de Lanxess por cada diez de Bayer.

Lanxess es una composición del término francés 'lancer' (avanzar) con el inglés 'success' (éxito)

Este mecanismo se empleó para evitar lo que consideraban un salto al vacío demasiado arriesgado, como hubiera sido salir a cotizar en bolsa directamente. Si el intercambio se hizo en el verano de 2004, la salida a bolsa no se hizo hasta 2005, cuando ya existía una base sólida de accionistas gracias al intercambio. En los años posteriores a la entrada en bolsa, esta firma de especialidades químicas ha visto cómo el precio de sus acciones se elevaba con cierta facilidad, hasta casi triplicar su valor solo dos años después del inicio de la cotización; o también multiplicar por cuatro en abril de 2011, es decir, seis años y medio después de entrar al mercado. En los años anteriores a la pandemia estuvo cotizando a menudo en máximos (entre 60 y 65 euros, cuando el precio inicial de 2005 había sido de unos 15 euros), pero desde 2021 entró en una dinámica bajista que aún perdura, aunque hoy cotiza a precios que son más o menos el doble de los iniciales. En todo caso, Lanxess ha sido una buena opción para ganar dinero.

En la actualidad, la compañía considera que el 95% de su capital es free-float, o sea, que cotiza libremente en bolsa sin formar parte de ningún paquete estable de control. Si damos un vistazo a los máximos accionistas, comprobaremos que el principal es una compañía aseguradora, que tiene un 5% del capital como inversión financiera, seguida por el fondo de pensiones de los trabajadores (3%) y por varios fondos de inversión con participaciones alrededor también del 3%, entre los cuales está precisamente Dimensional, aquel que figura entre los máximos accionistas del Banc Sabadell y que próximamente se tendrán que mojar respecto de la aceptación o no de la opa hostil presentada por el BBVA.

Més info: Banco Sabadell - BBVA: ¿tendrán los arbitrajistas la llave maestra?

El presidente de Lanxess es Matthias L. Wolfgruber (doctor en química, con toda la carrera hecha dentro de este sector), mientras que el cargo de primer ejecutivo recae en la persona de Matthias Zachert (financiero, con pasado en Mercedes-Benz, Aventis Pharma, Hoechst y Rhône-Poulenc; también vinculado a Merck y Siemens). La facturación de la empresa se eleva por encima de los 8.000 millones de euros anuales y en 2023 los beneficios saltaron a los 440 millones respecto de los 250 del ejercicio anterior, todo ello gracias a la treintena de marcas propias de los ámbitos en los que operan, es decir, aromas, bioseguridad, control microbiano, pinturas, aditivos basados en polímeros y productos industriales intermedios destinados a ser incorporados en productos finales de otros fabricantes.

Como ya comentamos en su día, esta operación de Bayer consistente en venderse la parte del negocio no estratégica puede recordar a la que llevó a cabo la petrolera British Petroleum cuando se desprendió del negocio químico. El comprador fue precisamente Sir Jim Ratcliffe, que abonó los 37 millones de libras que costaban los activos que BP ponía en venta. Esta adquisición fue la primera piedra del imperio de Ratcliffe, ahora valorado en más de 20.000 millones de dólares.

La facturación de Lanxess asciende por encima de los 8.000 millones de euros anuales

Visto esto, ahora hay que esperar que cuando los culés sintonicen la televisión el próximo día 8 de junio para ver al Barça de balonmano intentar conquistar una nueva copa de Europa y los narradores hagan mención al Lanxess Arena todos ellos sabrán qué quiere decir Lanxess y cuál es su historia.

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