¡Oh, Europa!

El éxito de este club no se explica sin este calor tan especial que ha sabido generar el Europa; lo saben todos los equipos con los que compiten

    Interior del Nou Sardenya, el estadio del CE Europa | Europa Press
    Interior del Nou Sardenya, el estadio del CE Europa | Europa Press
    Albert Roura | VIA Empresa
    Consultor de comunicación
    28 de Julio de 2025 - 05:30

    Este es el último artículo de la temporada antes de las vacaciones de verano. No lo publicamos el sábado, como es habitual, porque se trata de un regalo que les quiere hacer VIA Empresa este verano. Esperamos que les guste.

     

    Lo dedicaremos a hablar de la gobernanza de un club de fútbol, pero esta vez no será la del FC Barcelona, sino la del Club Esportiu Europa. Es un club catalán, concretamente del barrio de Gràcia, en Barcelona, que también es propiedad de sus socios, que nació en 1907 y que fue uno de los 10 fundadores de la liga española, en la temporada 1928-29.

    Hablamos hoy del Europa porque está viviendo un momento singular de su historia, que vale la pena conocer, analizar y tomar nota de su manera de hacer las cosas, por mucha distancia que haya entre un club de la élite futbolística mundial y un club que lucha por sobrevivir en el mundo del fútbol semi profesional.

     

    En las tres últimas temporadas, el Europa ha conseguido dos ascensos hasta plantarse en Primera RFEF, el tercer escalón del fútbol en el estado español, solamente por debajo de LaLiga EA Sports (primera división) y LaLiga Hypermotion (segunda división). Explicar cómo un equipo modesto, con menos de 3.000 socios, con un presupuesto de unos 2,5 millones de euros la temporada pasada y sin un campo en propiedad (el Nou Sardenya es municipal), ha podido llegar hasta aquí no es fácil, pero lo intentaremos. En el Europa de los últimos años se han reunido un conjunto de factores que han permitido el éxito que se está viviendo. Analicemos los principales, no necesariamente por orden de importancia.

    Los precios disuasorios que ha impuesto el fútbol profesional español a las entradas que vende, sobre todo después de la pandemia, hacen que muchos aficionados hayan cambiado sus hábitos y hayan optado por fórmulas mucho más baratas y asequibles (solo ser socio del Barça, vale más de 220 euros por temporada). Ser socio del Europa vale 125. Una entrada media para ver un partido del Barça no baja de los 100 euros. Si eres socio del Europa, en la mayoría de partidos entras gratis (y en algunos casos hay un suplemento de 5 euros). Además, si vives en Gràcia es un momento ir al Nou Sardenya. No es un momento ir a Montjuïc, a Girona o a Cornellà.

    El club ha conectado con la afición de manera magistral. Ha sabido captar el interés de los más jóvenes con una grada de animación que ya le gustaría tenerla a más de un club profesional. Cada vez que hay partido, centenares de aficionados se encuentran al fondo de la portería que da a la calle de Pau Alsina y no paran de animar al equipo en ningún momento con cánticos y pancartas que ya justifican la asistencia al campo por el espectáculo y el ambiente que ofrecen. Nadie les dice lo que tienen que hacer, ni qué tienen que gritar o cantar, y no generan ningún conflicto remarcable. Con diálogo constante con la directiva del club y con una complicidad absoluta con la plantilla, es suficiente para convertir cada partido en una fiesta, sea cual sea el resultado.

    El club ha conectado con la afición de manera magistral. Ha sabido captar el interés de los más jóvenes con una grada de animación que ya le gustaría tenerla a más de un club profesional

    No se sienten nada excluidos de este ambiente los socios y aficionados de más edad, que acostumbran a sentarse en tribuna y que prefieren ver los partidos con la misma pasión, pero con más tranquilidad.

    También se han apuntado a la fiesta muchos de los extranjeros que han venido a vivir a Gràcia y que quieren integrarse en el barrio a través del fútbol modesto, a su entender, mucho más auténtico y amable que el de la élite.

    Redondean el éxito de asistencia y de implicación, toda la pandilla de niños y niñas que juegan en los equipos inferiores del club. Hay 55 equipos, que agrupan a más de 600 niños y niñas, la mayoría de Gràcia, pero también de otros barrios de Barcelona. Se deben añadir los 750 niños y niñas que aprenden a jugar a fútbol en la escuela del Europa. Ellos y sus familias son un movimiento imparable de europeísmo y toda una garantía de futuro.

    De todo este carácter y filosofía de club se injertan los primeros equipos, tanto masculino como femenino del Europa. Los jugadores, cuerpos técnicos, auxiliares y el resto de trabajadores del club, superan el 100 por 100 de compromiso con su trabajo. El liderazgo de los capitanes Àlex Cano y Pili Porta son un ejemplo y una inspiración para todos sus compañeros.

    El éxito de este club no se explica sin este calor tan especial que ha sabido generar el Europa. Lo saben todos los equipos con los que compiten. También el Sant Andreu, su gran rival en la ciudad, con quien se van encontrando en las diferentes categorías. Se necesitan para reafirmarse, para crecer y para escribir su leyenda.

    Futuro delicado

    El futuro que viene ahora es incierto y muy peligroso. Muchos de ustedes habrán oído hablar de que el Europa no podrá seguir jugando en su estadio del Nou Sardenya porque en Primera RFEF se tiene que jugar con césped natural, y el del campo del Europa es césped artificial. Este obstáculo se ha convertido en insalvable para el Europa y el Arenas de Getxo, vasco, otro equipo que acaba de llegar a la categoría y se encuentra con el mismo problema. Ni los diferentes equipos de Primera RFEF ni las autoridades de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han querido saber nada del caso y les han aplicado la norma sí o sí.

    Tienen tiempo hasta enero de 2026 para seguir jugando en sus estadios, pero a partir de aquella fecha, solo un milagro los salvará de tener que cambiar de escenario. Como que los directivos del Europa creen en los milagros, siguen trabajando obstinadamente para revocar legalmente esta imposición y aseguran que lo seguirán haciendo hasta el último minuto. Veremos si se salen con la suya.

    EuropaPress 6870424 campo cesped pistas atletismo complejo polideportivo can drago 23 julio
    Can Dragó, el estadio propuesto por el Ayuntamiento de Barcelona como alternativa al Nou Sardenya | Europa Press

    Por si acaso, y gracias al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, especialmente de su concejal de Deportes, David Escudé, el Europa podrá jugar sus partidos en Can Dragó, en Nou Barris, después de tener que hacer unas adaptaciones que no bajarán del millón de euros de coste. También se tendrá que encontrar una solución para el club de atletismo que hasta ahora era el principal usuario de la instalación. Este despropósito responde a la poca flexibilidad de los rivales del Europa en la nueva categoría y la poca audacia y liderazgo de los actuales directivos de las federaciones catalana y española de fútbol, que han preferido que los territorios se adapten a sus normas, por injustas y caducadas que estén, en lugar de hacerlo al revés. Menos trabajo y menos dolores de cabeza para ellos, deben pensar.

    Este hecho, que puede parecer anecdótico, veremos cómo marcará la relación de la gente de Gràcia con su equipo y qué repercusión tendrá en los resultados deportivos. Poca broma.

    El 30 de junio, el Europa convocó a los socios, ahora mismo rozando ya los 3.000, en plena campaña de renovación, para explicarles la situación con total transparencia

    Otro de los elementos que explican el éxito del Europa es el buen trabajo que está haciendo la Junta Directiva, que encabeza su presidente Héctor Ibar. Muchos equipos profesionales podrían tomar nota de cómo gestionan ellos un club de fútbol. Aparte de trabajar muy duro y con mucha dedicación, de ir de la mano con la afición, con inteligencia y sensibilidad, tal como hemos explicado, de negociar duro con los órganos federativos y las autoridades con quien se tienen que relacionar, tienen la norma sagrada de tratar a los socios como personas adultas, ir de cara, y explicar por qué no quieren estirar más el brazo que la manga, con todo lo que esto supone.

    Conscientes de que el paso por Primera RFEF se tiene que enfocar con ilusión y optimismo, también se tiene que saber que algunas medidas populistas y hasta cierto punto infantiles, podrían ser pan para hoy, pero hambre para mañana, y llegar a hundir el club en la miseria. Por este motivo, el 30 de junio pasado convocaron a los socios, ahora mismo rozando ya los 3.000, en plena campaña de renovación, para explicarles la situación con total transparencia.

    “Somos la resistencia”

    En un Círculo de Gràcia, lleno hasta los topes, se presentó una campaña para recaudar fondos que permitieran enjugar el déficit previsto para esta temporada 2025-26. El presupuesto es de unos tres millones de euros y los ingresos previstos, teniendo en cuenta el incremento del importe de las subvenciones, el aumento de socios, más facturación de merchandising o las mejores recaudaciones de taquilla, no llegan a cubrir todo el importe necesario para la temporada.

    Se tiene que contar que en Segunda RFEF los desplazamientos son, básicamente, por la costa mediterránea. En Primera RFEF, en cambio, se tiene que ir por toda España. El Europa será el equipo del grupo que más kilómetros tendrá que hacer para disputar sus partidos fuera de casa. Con gran sentido del humor, las redes sociales del club proponían que una agencia de viajes patrocinara el Europa la temporada que viene. Pues ya han encontrado una, que muy pronto se presentará oficialmente. Pero, obviamente, el club trabaja para conseguir más patrocinadores que serán acogidos con los brazos abiertos.

    Hay que tener en cuenta también que la ley establece que el equipo tiene que tener un mínimo de 18 futbolistas profesionales con un salario no inferior a unos 20.000 euros por temporada y jugador.

    La categoría exige también más entrenamientos, que se tendrán que hacer por la mañana, y que habrá que ampliar el personal que trabaje para el primer equipo (encargados de material, fisios...), no solo masculino, sino también femenino, que jugará en Primera Federación, la segunda máxima categoría del fútbol español.

    Tampoco se puede olvidar el coste de los arbitrajes y los gastos derivados, que no son pocos.

    Por eso se puso en marcha una campaña que se llama “Somos la resistencia”. El lema se explica solo. En su grupo de Primera RFEF, únicamente el Europa y el Teruel son propiedad de sus socios. En el resto de la categoría, todos los equipos ya son sociedades anónimas deportivas, están en manos de fondos de inversión o son de particulares con muchos millones en el bolsillo. El objetivo es recaudar un mínimo de 150.000 euros antes del 8 de agosto, aunque sería ideal poder llegar a los 300.000. A mediados de esta semana ya se habían superado los 120.000 euros de recaudación, que han aportado más de 640 cofinanciadores. Cualquier cantidad es bienvenida.

    Las aportaciones tienen bonificaciones fiscales y algunas compensaciones simbólicas como insertar el nombre del donante en una camiseta que lucirán los primeros equipos

    Ha habido una donación anónima de 10.000 euros, donaciones generosas de muchos establecimientos comerciales del barrio (qué buenos que son los de la horchatería Sirvent, por ejemplo) y muchas pequeñas donaciones de gente que ama el Europa, de Gràcia, de Barcelona y de todo el Estado, que ama el fútbol y defiende el deporte popular. Las aportaciones tienen bonificaciones fiscales y algunas compensaciones simbólicas como insertar el nombre del donante en una camiseta que lucirán los primeros equipos, si la donación que se hace es de 200 euros, por ejemplo. En Somlaresistencia.cat hay toda la información.

    Este tipo de gestión y de iniciativas, salvando todas las distancias, nos permiten creer, con hechos, que otro fútbol es posible.

    Nos reencontramos después de vacaciones si ustedes lo quieren. ¡Que pasen un buen verano!