Gran euforia y celebraciones en Factorial a finales del 2022 porque cerraban una de las "megarondas" del año con 123 millones de euros y se convertían en unicornios, un hito poco común en el país, pero que conlleva una valoración de más de 1.000 millones de euros y que han alcanzado firmas como Glovo, Cabify, Idealista o Edreams. La startup especializada en la gestión de recursos humanos para pequeñas y medianas empresas venía de crecimientos del 200% anual y los clientes aumentaron hasta los 70.000. Unas cifras que poco hacían presagiar lo que sucedería este verano y que llenaría todos los medios de comunicación: "Directivos de la app de recursos humanos Factorial hablan entre risas del despido de una veintena de trabajadores".
En medio del éxtasis de finales de año, los cofundadores de Factorial, Jordi Romero y Bernat Farrero apuntaban textualmente que "a corto plazo, no tenemos un plan que nos lleve a la rentabilidad. Lo mejor es que desde hace un par de años siempre hemos podido elegir entre rentabilidad y crecimiento, y hemos elegido el segundo. Con ello, esperamos ser mucho más rentables en el futuro". Su modelo de negocio se basa en comercializar, entre otros, programas de suscripción mensuales que automatizan tareas y trámites para las empresas como la gestión de nóminas y gastos, firmas electrónicas, registro horario o informes con datos analíticos para medir la productividad o la eficiencia de procesos.
A consecuencia de esta estrategia, Factorial pasó a tener más de 70.000 clientes en los países en los que tenían presencia y aumentaron la plantilla de 300 a 1.000 trabajadores. Unos objetivos ambiciosos que buscaban pasar de los 30 millones de euros facturados el pasado año a los 90 millones de euros en el 2023.
Cambio de rumbo durante el verano
Todo empieza a torcerse en junio de este año en la compañía con sede en Barcelona. Según avanzó con primicia Business Insider "no habían crecido a un ritmo que les permitiera triplicar los números del 2023". Muchas fuentes internas de la empresa apuntaban que "solo se habían desviado dos décimas respecto al planteamiento inicial", pero para Factorial era indispensable lograrlo. Era una "obsesión". Y vino una respuesta inmediata con el despido del Chief Product Officer (CPO) Carlos Jiménez. A esto se sumó el despido de más de 20 trabajadores a mediados de julio. Los directivos quisieron "dar la cara virtualmente por Zoom" ante 900 trabajadores y explicaron la decisión, mientras culpaban a los ex trabajadores del bajón en productividad. En esos momentos se quedaron al límite de la cifra legal para presentar un ERE (30 personas, por ser una empresa de más de 300 trabajadores).
Yesterday was a tough day for many people at Factorial. We let go a dozen people from our product organization. The changes started three weeks ago with the departure of our Chief Product Officer.
— Jordi Romero (@jordiromero) July 13, 2023
Romero rápidamente publicó un tuit al ver que salía a la luz las decisiones tomadas: "Ayer fue un día duro para mucha gente en Factorial. Los cambios empezaron hace 3 semanas con la marcha de nuestro responsable de Producto. Son profesionales con muchísimo talento, y estoy seguro de que ayudarán a crecer otras empresas. Lo que pasó es que nos dimos cuenta de que estábamos cambiando la manera de construir producto, y no se alineaba con nuestro ADN. No estamos frenando ni reduciendo nuestra ambición".
Las risas en un podcast
Finalmente, la última polémica ha tenido que ver en el podcast Charlas con Managers en el que han participado tres directivos de Factorial para hablar de su día a día, de cómo fichaban a nuevos trabajadores, de la gestión de equipo y de la financiación. Allí abordaron los despidos y para muchos oyentes lo hicieron "entre risas". Consideraron que era muy "injusto" cómo la prensa les había tratado, que "en una startup los cambios eran normales", "que estaban supercontentos y que lo necesitaba la empresa" y que "muchos trabajadores no se habían enterado de los cambios". También utilizaron expresiones como “ha habido que dejar de contar con gente que tiene un talento brutal, pero sí es verdad que parece que ha sido el apocalipsis en Factorial, cuando realmente no”.
Las reacciones no se han hecho esperar y distintos trabajadores de la plantilla aseguran que "las risas de los directivos han hecho daño a la plantilla, es una falta de empatía total".