
Los recuerdos del apagón generalizado de finales de abril aún vienen a la mente cuando pensamos en cualquier cuestión vinculada a la red eléctrica. Más allá de los sentimientos que despierte, lo que dejó claro aquel episodio es la importancia de mantener un control firme sobre la energía que circula por el sistema. Sin embargo, este monitoreo no es fácil: solo Red Eléctrica tiene más de 45.000 kilómetros de líneas de alta tensión y más de 700 subestaciones distribuidas por España. Se necesita algún método que sea lo suficientemente modular, de fácil instalación y económicamente accesible para repartirse a gran escala, y que al mismo tiempo sea capaz de ofrecer datos precisos y protegerse de las condiciones climáticas adversas. Una miríada de condiciones que la catalana Energiot afronta con confianza a través de sus dispositivos IoT.
La historia de Energiot ejemplifica como pocas qué quiere decir sacar adelante un proyecto empresarial a partir de una idea científica transformadora. En su caso, hay que viajar casi dos décadas atrás para encontrar su génesis: hasta 2007, año en que el ingeniero electrónico Gonzalo Murillo iniciaba su doctorado en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Su investigación versaba sobre la recuperación de la energía producida por las vibraciones de los sistemas microelectromecánicos. Es decir: de la misma manera que los paneles solares recuperan la energía de nuestro entorno (en este caso, de la luz del sol) para producir energía limpia, hacer lo mismo con la energía mecánica producida por otros sistemas.
Después de terminar el doctorado en 2011, Murillo pasó varios años trabajando como investigador en varios países, hasta que en 2013 volvió a Barcelona para incorporarse al Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM) del CSIC, desde donde publicó su primera patente sobre esta tecnología. Con este concepto, el investigador participó y ganó varios concursos de emprendimiento, entre los que destaca el Premio Cleantech Camp, impulsado por InnoEnergy, Gas Natural Fenosa, Barcelona Activa y la Cámara Municipal de Lisboa. Gracias a los fondos recaudados en todos ellos, en 2017 consiguió constituir Energiot como empresa.
Sin embargo, aún pasaría mucho tiempo hasta conseguir ver las primeras versiones de los dispositivos de Energiot distribuidos en la red eléctrica. "Entonces solo teníamos una patente", recuerda Murillo, y no fue hasta 2019 que consiguieron cerrar la primera ronda de inversión para empezar a desarrollar el producto. "Para que fuera viable y financiado por otros, había que dirigirnos a un mercado. Y después de mucha formación, decidieron aplicar al mercado eléctrico", explica el fundador de Energiot.
La razón de esta elección se encuentra en la falta de monitoreo que sufría la red eléctrica en aquel momento: "El sector eléctrico era un sector donde existían muchísimas líneas aéreas, miles de millones de kilómetros, que no tienen sensores que te digan el estado actual de la línea o la capacidad máxima de electricidad que puede llevar". Además, añade Murillo, ya conocían algunos actores clave de la industria, como Naturgy o la ya mencionada Red Eléctrica, y consideraban que su sistema de autoalimentación patentado encajaba como anillo al dedo con las condiciones del sector.
De los primeros pilotos a la segunda ronda de inversión
Con la inyección de fondos que supuso la ronda de financiación, el equipo dedicó 2019 y 2020 a desarrollar las primeras versiones del producto, y los dos años siguientes a testearlo a través de pruebas piloto. Es en este proceso que se idea el concepto de diseñar un dispositivo operado por redes de internet de las cosas (IoT) equipado con sensores que monitorean indicadores como la iluminación, el campo magnético, la corriente, la aceleración, la humedad o la oscilación de los cables y del entorno. "Es un dispositivo con unos requisitos muy grandes, porque debe tener una fiabilidad máxima y en condiciones extremas: está instalado siempre en exteriores y sufre corrientes, tensiones y temperaturas altísimas", señala Murillo.
Murillo: "Es un dispositivo con unos requisitos muy grandes, porque debe tener una fiabilidad máxima y en condiciones extremas"
Gracias a los pilotos efectuados hasta la fecha, Energiot consiguió cerrar una segunda ronda de inversión semilla en 2023 liderada por Axon Partners Group, EIT InnoEnergy y COREangels Climate. "Con ellos pudimos ampliar el equipo y empezar a trabajar en pilotos pagados por clientes", relata Murillo, un momento en que la compañía empezó a recibir los primeros ingresos.
Ha sido ya en los dos últimos años que estos pilotos se han ido convirtiendo en contratos de servicio, todos ellos a través de licitaciones públicas en varios países. "Estamos en unas 10, en países como Francia, Bélgica, Alemania, Lituania...", especifica el fundador. Entre ellas, Murillo destaca con orgullo el éxito que ha supuesto ganar la licitación pública impulsada por DLR en España, la primera que presenta la compañía en el país. Esta competición para monitorear las redes eléctricas de varios países les ha permitido conocer con profundidad los requisitos técnicos que reclaman las diferentes administraciones, con las que están ultimando una segunda versión del dispositivo que tienen previsto terminar a finales de año y empezar a presentar a licitaciones en 2026.

La ingeniería después de ocho años de desarrollo
Pero, ¿en qué consiste exactamente el dispositivo de Energiot? Se trata, esencialmente, de una caja metálica "que debe estar muy bien diseñada para evitar el efecto corona", según explica Murillo. Dentro, el contenedor incorpora el sistema central —"el cerebro de toda la electrónica", compara el fundador—, que es el que se encarga de gestionar todos los sensores antes mencionados. También tiene dentro un módulo de comunicación inalámbrica para transmitir los datos, que puede funcionar tanto a través de la nube como a través de una pasarela externa conectada con cable, con la intención de que no pasen por ninguna red móvil (que es uno de los requisitos pedidos por algunos licitadores).
Una vez que el dispositivo recoge los datos del estado y capacidad de la red eléctrica, estos se presentan al cliente a través de un cuadro de mando digital, personalizado en función de cada caso de uso. Algunos de ellos, ejemplifica Murillo, informan sobre cómo cambia el tiempo de vida calculado de las infraestructuras en función del histórico de datos, con la voluntad de hacer un mantenimiento predictivo; mientras que otros pueden calcular la capacidad máxima en tiempo real de un tramo de la red en función de las condiciones atmosféricas, ya sea para los próximos 15 minutos o para el día siguiente. Otra de las posibles funciones es la detección de faltas de corriente, que pueden producirse cuando cae un árbol sobre el cableado o cuando se electrocuta un ave: "Ahora mismo son fallos difíciles de localizar, pero el dispositivo te puede decir en cinco minutos dónde se encuentra el error".
El monitoreo en tiempo real de Energiot permite hacer mantenimiento predictivo de redes o calcular la capacidad dinámica del sistema
Todo este funcionamiento está autoalimentado por el sistema de recuperación de energía mecánica ideado originalmente por Murillo, el cual ha evolucionado de una sola patente a una familia de tres. "El sistema ya no solo funciona a través de las vibraciones, sino también del campo magnético del mismo conductor, que convierte en electricidad", explica Murillo. Este es, de hecho, uno de los grandes factores diferenciadores de la solución de Energiot respecto a otras alternativas del mercado, que a menudo funcionan con un sistema de alimentación tradicional, a través de transformadores de energía. "El sistema es más flexible, ya que no hay que hacer unas pilas alrededor del conductor, y los dispositivos son menos pesados y voluminosos", subraya el fundador.
A esta flexibilidad de instalación se le suman una variedad muy completa de sensores instalados internamente y, a juicio de Murillo, haber acertado los timings del sector: "Estamos en un punto de madurez que nos permite entrar en licitaciones donde nuevos competidores no acceden por la alta barrera de entrada, pero tenemos suficiente flexibilidad para dar respuesta a las especificaciones que se están gestando ahora". A esto hay que sumarle también el hecho de ser una empresa ubicada en España, lo que reduce significativamente los costes respecto a competidores asentados en países como Noruega o Bélgica, uno de los factores más vitales a la hora de conseguir cerrar licitaciones.
La mirada puesta en la fabricación en serie
Con una posición en el mercado consolidada después de múltiples pilotos y el aparato funcionando ya en varias líneas eléctricas de Europa, Energiot tiene ahora la mirada puesta en seguir consiguiendo licitaciones públicas y en cerrar una tercera ronda de financiación que les permita ampliar el equipo para afrontar esta nueva carga de trabajo. "Ahora trabajamos en la última versión del equipo, hemos definido las especificaciones para finales de año, y trabajamos para poder fabricar en España los equipos en serie, para hacerlo con una empresa montadora muy cerca nuestro", desvela Murillo. Todas estas tareas las hacen desde el Parc de Recerca UAB (PRUAB), donde la compañía opera desde el año 2024.
Paralelamente, la compañía también ha estado trabajando en un segundo producto muy vinculado al dispositivo de monitoreo para redes eléctricas. Se trata de un sistema de protección de fauna aviar iniciado en 2019 con un proyecto conjunto con Iberdrola, que ya se ha testado con varios pilotos y próximamente se instalará en Barcelona y Lleida de la mano de la eléctrica italiana Enel. Esta solución, basada también en IoT, utiliza una cámara con visión por computación impulsada por IA para detectar los pájaros que busquen aterrizar o nidificar en las torres y cables de alta tensión y los espanta para evitar que se electrocuten. "Tiene dos versiones: en una, emite un sonido que cambia cada cierto tiempo y que repele a los pájaros, y en la otra, utiliza un campo magnético de baja intensidad que hace que no se sientan cómodos aterrizando", explica Murillo. Un sistema que tiene una gran química con el producto principal, ya que reduce el número de errores en las líneas y, en consecuencia, aumenta su eficiencia.