A menudo se ha usado el ideario de la torre de marfil para describir el modo de hacer del mundo académico: aquel lugar perfecto, de carácter exclusivamente intelectual, en el que los investigadores se encierran a hacer sus investigaciones, y al que no entra ni sale nadie. Pero la realidad es que dentro de las mismas universidades existe la pulsión de hacer que aquello a lo que dedican tantas horas pueda tener, de un modo u otro, un efecto positivo en la sociedad de la que forman parte. “Es muy importante no hacer investigación por hacer investigación, sino pensar que también puede ayudar a mejorar el mundo y la sociedad”, remarca la vicerrectora de Innovación, Transferencia y Emprendimiento de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y directora del Parc de Recerca UAB (PRUAB), Rosa María Sebastián Pérez.
Es bajo la creencia firme del valor que aporta la transferencia del conocimiento que la UAB organiza desde hace tres años la Feria de la Innovación. Este acto, columna vertebral de la anual Semana de la Innovación de la UAB, tiene como objetivo principal generar espacios de contacto entre los grupos de investigación del centro y empresas y administraciones públicas. “Lo que intentamos hacer con una actividad como esta es, sobre todo, visibilizarnos en el territorio y mostrar toda la potencia que tiene una universidad multidisciplinar como es la nuestra”, destaca Sebastián Pérez, quien tiene claro que una investigación con “fondos públicos” como la que hacen en la UAB “debe llegar a los retos de la sociedad”.
Este martes se ha celebrado la tercera edición de esta cita, inaugurada con una ponencia de la académica sénior en el Harvard’s Belfer Center Carme Artigas, y lo ha hecho con unas cifras destacadas: más de 70 grupos de investigación, diez startups y 120 empresas han excedido las 400 reuniones rápidas —siguiendo el formato del speed dating empresarial— en un recinto en el que las ideas sobrevolaban el ambiente. “Los años anteriores habíamos encontrado que costaba mucho encontrar a las empresas”, desvela la directora del PRUAB, así que la estrategia que han adoptado para este año ha sido “hacer que cada grupo identifique muy bien qué tecnologías y conocimientos podían ofrecer hacia fuera” y, con esta información, “buscar empresas e instituciones que hagan el match de manera más controlada”. “Nosotros, de momento, hacemos hervir la olla, y esperamos que después la carne salga bien”, compara.
Y la receta parece que funciona, o al menos, eso se desprende tras escuchar a los asistentes al encuentro. “Todas estas ferias las encontramos muy positivas, y esta especialmente, ya que es universitaria, el lugar donde empiezan a formarse los futuros investigadores e innovadores”, relata Constantí Sánchez, director de proyectos en Secpho, un clúster de ámbito estatal especializado en tecnologías profundas. A su parecer, un evento como la Feria de la Innovación es “necesario porque no es fácil” poner en contacto el mundo universitario con el mundo empresarial: “Tendemos a estar muy cada uno en su ámbito, y cuesta mucho salir de él, no encuentras las vías o no sabes cómo hacerlo”.
Según Sánchez, puntos de encuentro como este pueden aportar múltiples beneficios, tanto a los investigadores de la universidad como a las compañías que asisten: “Puedes tener colaboraciones de proyectos a futuro, que estén buscando un socio para proyectos europeos o nacionales, o puedes estar desarrollando una tecnología para la que te falte alguien que te complemente”. Estos actos son, además, una fuente “de estudiantes de doctorado, o a punto de acabar las carreras, que quieren incorporarse al mundo laboral”, y también una oportunidad para “conocer gente, establecer red y dar visibilidad de lo que haces”.
En la misma línea se posiciona el director de I+D de nuevos biológicos en Hipra, Jordi Montané Giralt, quien ha asistido a la feria con un compañero para “conocer equipos punteros y líderes de la zona” y ver si pueden “trasladar el conocimiento que se genera a escala académica a soluciones reales para la sociedad”. “Es muy enriquecedor poder conversar con gente que hace investigación básica, que a nosotros nos complementa mucho, porque hacemos investigación aplicada. Poder hablar con ellos nos permite encontrar ideas, buscar contactos e incluso encontrar talento para futuras incorporaciones a la empresa”, comparte Montané.
Jordi Montané (Hipra): “Es muy enriquecedor poder conversar con gente que hace investigación básica, que a nosotros nos complementa mucho, porque hacemos investigación aplicada”
Con un objetivo similar ha asistido a la feria Marta Sanchez, responsable de desarrollo en galénica y analítica en Kern Pharma. “La fabricación de genéricos es la actividad principal de la empresa, pero también buscamos innovar mucho en las fórmulas farmacéuticas, y por eso he venido aquí”, desvela a VIA Empresa. La compañía conoció la Feria de la Innovación a través de un correo electrónico y creyeron que sería una iniciativa lo suficientemente interesante para acercarse. De hecho, desde Kern Pharma ya colaboran con otros centros, como la Universitat de Barcelona (UB), que les aportan “mucho conocimiento en técnicas específicas” al cual a menudo no tienen la disponibilidad de acceder como empresa. “En las universidades hay muchos servicios con técnicas muy concretas que nos pueden ser útiles”, señala.

Y si las empresas buscan talento o nuevas metodologías a aplicar, los grupos de investigación también ven oportunidades en estos contactos improbables con otras entidades. Uno de ellos es el grupo de investigación en Tecnologies Digitals per a una Arqueologia Social (TEDAS), asociado a la Facultat de Filosofia i Lletres de la UAB. “Nos dedicamos a la investigación del pasado a través de la cultura material, lo que sería la arqueología, y también a cómo desarrollar tecnologías digitales tanto para la investigación como para la transferencia del conocimiento del pasado”, describe la técnica de apoyo a la investigación en TEDAS y profesora asociada del máster en Humanidades y Patrimonio Digital de la UAB, Clara Masriera Esquerra.
En su caso han asistido por segundo año consecutivo a la Feria, este año con una voluntad doble: darse a conocer como grupo y mostrar las aplicaciones que han desarrollado, como Prehistopirineu Immers VR, una “recreación con realidad virtual de cómo era el pasado en la zona del Prepirineo, en la Noguera”, desarrollada conjuntamente con la empresa Digit BCN y centrado en la vida de las personas Homo neanderthalensis del territorio. “Queremos encontrar, junto con empresas, soluciones innovadoras para transmitir este contenido en el mundo digital de hoy”, asegura Masriera.
Masriera (TEDAS-UAB): “Solo puedes salir de este núcleo si te enfrentas a otros mundos, otras miradas y otras perspectivas”
Para la técnica de apoyo a la investigación en el TEDAS, ferias como esta ayudan a hacer llegar al mercado los conocimientos muy profundos sobre temas o periodos concretos que se encuentran en la universidad: “Yo tengo estos conocimientos y contenidos, los he trabajado con profundidad, a través de congresos y publicaciones estoy al día de la actualidad de este conocimiento puntero, y a través de la empresa, los puedo transferir a la sociedad”. Masriera defiende la importancia de la transversalidad como un “motor del cambio y de la innovación”, ya que “si solo nos encerramos, como ha sido en el mundo académico hasta el momento, en nuestro ámbito o disciplina, no surgen nuevas preguntas, nuevas relaciones o nuevas soluciones a retos”. En definitiva: “Solo puedes salir de este núcleo si te enfrentas a otros mundos, otras miradas y otras perspectivas”.