
Décadas de hormigón, adoquines y asfalto han aislado las grandes y pequeñas ciudades de la naturaleza. De acuerdo con un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), entre 2012 y 2018 se cubrieron 1.467 km² de suelo natural en la UE y el Reino Unido con viviendas, carreteras y otras construcciones. Más allá del impacto paisajístico que esto conlleva, los efectos son notorios en ámbitos como la salud: según un estudio elaborado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) con datos de 93 ciudades europeas, más de un 4% de las muertes que se producen en las ciudades durante los meses de verano son consecuencia del efecto de las islas de calor urbanas.
La sociedad no es ajena a esto, y en los últimos años hemos visto un aumento en la promoción de zonas verdes en las ciudades: desde los ya asentados parques y jardines hasta la inclusión de árboles en grandes macetas para espacios más complicados de alterar. En toda esta tendencia también han vivido un resurgimiento los huertos urbanos, un ámbito que Tectum Garden lleva a una nueva escala (metafórica y espacial) gracias a un uso preciso y adaptado de la inteligencia artificial.
Tectum Garden nace en 2020 como una empresa derivada del grupo de investigación Sostenipra del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB). Instalada en el Parc de Recerca UAB (PRUAB), la empresa surge “como una manera de aterrizar los conceptos que se habían elaborado desde un punto de vista académico a escala comercial”, explica el CEO de la compañía, Pietro Tonini. “Hemos trabajado con la UAB para desarrollar un sistema de riego compacto e inteligente para regar pequeñas áreas verdes en zonas urbanas sin usar sensores, o bien con un número menor de lo que es habitual en el mercado”, relata el también cofundador de la spin-off y doctor en Ciencia y Tecnología Ambientales.
Tectum Garden nace en 2020 como una 'spin-off' del ICTA-UAB para trasladar las innovaciones en agricultura urbana del laboratorio al mercado
Tonini reivindica la agricultura urbana no solo como un método “tanto de producción como de conservación de la biodiversidad”, sino especialmente como un elemento que ayuda a impulsar la economía circular: “No debemos incluir materiales de fuera, podemos usar los mismos recursos de la ciudad para crear áreas verdes. Residuos urbanos, agua de lluvia, exceso de energía de los edificios… Nos permite cerrar círculos”.
Con todo, los beneficios de esta agricultura urbana —“que no debe ser una sustitución del modelo tradicional de cultivo en la zona rural”, alerta— solo se alcanzan si se promueve un uso consciente de los recursos hídricos: “Vivimos en un área mediterránea semiárida, en zonas con escasez de agua y donde hay un desconocimiento o mal uso del agua, y por eso hemos desarrollado este producto”.
La empresa define su producto como plug and play (enchufar y usar), ya que el usuario solo debe conectarlo a la fuente de donde extrae el agua para regar, como cualquier otro sistema de riego, e indicarle el tipo de planta cultivada, la zona geográfica y el suelo usado. A partir de esta información, el dispositivo hace uso de un modelo de IA propio que se encarga de regar de manera automatizada, quitando al usuario la preocupación de calcular la periodicidad y las cantidades que necesitan las plantas.
Modelos de IA entrenados a conciencia
Tectum Garden usa diferentes metodologías a la hora de instalar sus huertos urbanos en tejados, terrazas u otros espacios externos de las ciudades, normalmente asociados a empresas, entidades o centros educativos. La mayoría de los sistemas que usan son hidropónicos, es decir, que cultivan las plantas incorporando nutrientes minerales al agua, sin una base de tierra. “También usamos un sistema de recirculación de agua, con un sistema de drenaje que la capta, la hace llegar a un depósito y la redirige dentro de una misma área”, comenta Tonini.
Pero el elemento diferencial de la spin-off de la UAB no es otro que la inteligencia artificial. El artilugio de Tectum Garden se basa fundamentalmente en la ecuación elaborada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) para preparar planes de riego, a la cual le han añadido “otros factores que no se consideraban originalmente, como la sombra”.
El equipo ha dedicado el último lustro a recopilar datos de humedad de las plantas que han sido regadas siguiendo esta fórmula en varios pilotos, teniendo en cuenta la multitud de variables que intervienen: la especie, el suelo, la temperatura, las lluvias… “Si te digo que el tomate X debe estar a Y humedad, el sensor capta si no hay suficiente, y te dice ‘debes darle un poco más’”, ejemplifica Tonini.
Después de varios años testeando el modelo a base de prueba y error, “llega un momento en que se perfecciona de tal manera que puedes quitarle el sensor y puedes predecir con una seguridad del 95% el nivel de humedad de la planta”, asegura el CEO y cofundador de la empresa.
Los modelos inteligentes de Tectum Garden, entrenados de manera muy específica, pueden predecir la humedad de las plantas sin emplear sensores
Para asegurar un buen funcionamiento de esta automatización, cada modelo se especializa en un tipo de planta, sustrato y clima específicos, lo que requiere el entrenamiento de múltiples modelos para poder abarcar una variedad mayor de contextos. La ventaja de la metodología que usa Tectum Garden es que permite un reentrenamiento de los modelos cada vez más rápido: “Si tengo cuatro estudios hechos en Barcelona, en el quinto seré más rápido, porque el sistema hará diferentes previsiones y entenderá los errores que cometió al principio”.
De esta manera, a medida que se van incorporando nuevos modelos, la capacidad del sistema crece aditivamente: “Con Barcelona, para hacer lo mismo en Madrid necesito cuatro meses. Y listos Barcelona y Madrid, para hacer Italia necesitaré seis meses de prueba. Con estos tres, tendré mucha probabilidad de hacer fácilmente Grecia, Portugal y el sur de Francia”.
Del desarrollo tecnológico a la asesoría ambiental
En estos momentos, el modelo de IA de Tectum Garden está entrenado específicamente para cultivos de lechugas y tomates en sistemas hidropónicos con sustrato de perlita volcánica, tanto en invernaderos como al aire libre, en climas similares al de Barcelona. El equipo se encuentra ahora entrenando el sistema en otras plantas hortícolas, como la fresa, la berenjena o la col, que están previstas para 2025, y a partir de febrero de 2026 prevé empezar a entrenar el modelo en cultivos plantados en suelos de tierra. “Prevemos que el producto estará definitivamente en el mercado de aquí a un año”, comparte Tonini.

Así, a pesar de que el sistema no está aún comercializado oficialmente, son varios los establecimientos que ya lo han puesto a prueba en forma de pruebas piloto que han continuado operando. Una de las colaboraciones más importantes de Tectum Garden es con el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) de Barcelona, con el cual han trabajado en muchos huertos y jardines de la ciudad.
La compañía también ha testeado su sistema con empresas, como la barcelonesa Iberital, especializada en el diseño y producción de máquinas de café profesionales, o bien con Xiringuito Escribà Empuriabrava. “Nos gustaría profundizar en el tema de los restaurantes”, destaca Tonini, ya que creen que puede haber un nicho interesante con el surgimiento de nuevas certificaciones, de distinciones como la Estrella Verde Michelin o con el impulso de productos de kilómetro cero. Otros mercados que están estudiando son los hospitales o las grandes cadenas hoteleras. “También trabajamos con escuelas concertadas y privadas y con centros de personas mayores haciendo dinamización”, añade el cofundador de la empresa.
En paralelo al desarrollo y escalado del modelo inteligente, Tectum Gargen aprovecha todos los conocimientos especializados de que dispone el equipo humano de la empresa para ofrecer servicios de construcción de huertos y áreas verdes en el ámbito urbano, especialmente en las cubiertas de los edificios. “La parte innovadora es que ofrecemos un enfoque circular para la construcción y el mantenimiento”, destaca Tonini, una vía que se traduce en el reaprovechamiento de áreas vacías y el uso de sistemas de recolección de agua de lluvia, fertilizantes alternativos o sistemas de compostaje.
Esta asesoría está orientada principalmente a arquitectos e ingenieros, pero también se ofrecen a empresas que buscan conseguir certificaciones ambientales, como puede ser la B Corporation. Es gracias a estos servicios que Tectum Garden tiene una vía de financiación del producto nuclear de la empresa, que esperan que, una vez en el mercado, pueda convertirse en la clave para escalar la empresa a un nuevo nivel.