Experto en comunicación y presidente de la Associació de Senadors JCI Catalunya

¿Crisis en pleno verano? Comunicar bien también refresca la confianza

09 de Agosto de 2025
Carles Lombarte, experto en comunicación y presidente de la Associació de Senadors de JCI Catalunya | Cedida

¿Crisis en pleno verano? Todo parece más lento. Algunos están de vacaciones, otros simplemente bajan el ritmo. Pero el correo llega igual. Y de repente... una crisis. Un cliente que se va. Un cambio inesperado. Un conflicto interno que sale a la luz. Y entonces, ¿quién da la cara?

 

Las crisis no tienen vacaciones. Y los buenos líderes tampoco. No porque no descansen, sino porque asumen la responsabilidad de comunicar, incluso cuando la tormenta llega con chanclas y protector solar.

En un mundo donde todo se comunica en tiempo real, gestionar una crisis no es solo resolver el problema: es también gestionar el relato. Por eso, la comunicación no puede ir a remolque. Debe formar parte del plan de respuesta desde el primer momento. En momentos delicados, comunicar bien no es opcional: es liderar. Y hacerlo con claridad, empatía y oportunidad puede ser lo que marca la diferencia entre apagar el fuego o dejar que se extienda.

 

Cuando la palabra salva... o hunde

Todos hemos visto cómo una mala comunicación puede hacer crecer el problema. Cuando Glovo anunció sus ajustes de plantilla, el tono sonó frío y distante. En pleno agosto, y con la plantilla medio dispersa, el mensaje se vivió como una desconexión emocional. En cambio, otras empresas —como Wallbox o Factorial— han sabido salir a escena cuando tocaba, poner contexto y reconocer el impacto personal de las decisiones.

También conozco el caso de una pyme industrial que sufrió una crisis de reputación por un error técnico en un proyecto público. En lugar de esconderse, el director general convocó una rueda de prensa, explicó los hechos con transparencia y asumió responsabilidades. Aquella acción no solo desactivó la crisis, sino que reforzó la percepción de seriedad y compromiso por parte de la empresa. Y eso, en pleno mes de agosto.

"En un mundo donde todo se comunica en tiempo real, gestionar una crisis no es solo resolver el problema: es también gestionar el relato"

O el caso de una directora de un centro educativo que, en pleno 17 de agosto, decidió convocar una reunión extraordinaria para explicar un caso interno de conflicto mal gestionado. Salió delante de los equipos con un mensaje claro: “No estoy aquí para justificar errores, sino para asumirlos y explicar cómo lo corregiremos.” Aquel gesto hizo más por la confianza del claustro que cualquier correo o comunicado.

En el otro extremo, hay casos en que el silencio o el cinismo pueden ser letales. Hace pocos años, una cadena de restauración tuvo un brote alimentario en pleno verano. La falta de comunicación durante días hizo que la crisis escalara a los medios y a las redes, afectando gravemente la marca. Cuando finalmente hablaron, ya no lideraban el relato.

Cuatro claves para comunicar en tiempos difíciles (incluso en agosto)

  1. Muéstrate antes de tenerlo todo resuelto. Mejor un mensaje humano hoy que una nota perfecta de aquí a diez días.
  2. Explica el qué, el porqué y lo que harás. Si no puedes explicarlo en tres frases claras, no lo tienes aún lo suficientemente pensado.
  3. El liderazgo se comunica en primera persona. Delegar la comunicación puede sonar a miedo o desconexión. Y eso se paga caro.
  4. No dejes la comunicación en manos del ruido. El silencio institucional genera especulación, no confianza.

Cuando todo quema, comunica con cabeza fría

Podemos hacer ver que no pasa nada. Esperar que todo se calme solo. O podemos salir a hablar —con claridad, respeto y firmeza. No hace falta hacer un discurso épico. Basta con hablar como personas que lideran y escuchan. El silencio, en una crisis, puede parecer prudencia… pero a menudo es desconexión. Y en este mundo hiperconectado, lo que no explicas tú, lo explicarán otros.

El verano puede ser un buen momento para practicar una comunicación más directa, más empática y más honesta. No hay mejor temporada para recordar que liderar también es saber explicar. Hacerlo bien puede refrescar la confianza —incluso cuando el calor se intensifica. Porque cuando todo se tambalea, la palabra no es un detalle. Es tu mejor activo. Si no lideras el relato, alguien más lo hará por ti. Y quizás no te saldrá gratis.