Director general de Covestro en España

España ante el reto del relevo industrial

28 de Junio de 2025
Andrea Firenze, director general de Covestro en España

España se enfrenta a un desafío crítico para su desarrollo económico, social y sostenible: asegurar el relevo generacional en el sector industrial. En un momento en el que miles de jóvenes buscan oportunidades profesionales, muchas fábricas del país tienen dificultades para cubrir puestos técnicos cualificados. Esta paradoja revela una brecha preocupante entre la formación disponible, las aspiraciones de las nuevas generaciones y las necesidades de la economía productiva.

 

Cerca del 84% de las empresas productivas afirman tener dificultades para encontrar los perfiles cualificados que necesitan. Y no se trata solo de un problema de empleabilidad: está en juego nuestra capacidad para innovar, generar valor añadido y responder a los grandes retos del siglo XXI. Porque es precisamente en la industria donde nacen muchas de las soluciones que marcarán el futuro en áreas cómo la electrificación de la movilidad, la eficiencia energética, la economía circular o la descarbonización de procesos. La sostenibilidad no será una realidad sin una actividad industrial fuerte y dotada del mejor equipo humano.

Sin embargo, el ámbito industrial sigue siendo percibido por muchos jóvenes como un ámbito rutinario y poco estimulante. Nada más lejos de la realidad. Las plantas de hoy son espacios tecnológicos y colaborativos, donde la automatización, la inteligencia artificial, el análisis de datos o los nuevos materiales abren nuevos caminos para la creatividad, el impacto positivo y el aprendizaje constante. Es urgente lograr cambiar la narrativa que a veces acompaña a la industria y mostrar lo que realmente es: un motor de innovación, de estabilidad laboral y de contribución directa a la sociedad.

 

Uno de los mayores riesgos que afrontamos en este sentido es el envejecimiento de las plantillas. Más de la mitad de los trabajadores del sector industrial en España supera ya los 45 años, y muchos profesionales altamente cualificados se acercan a la jubilación sin que haya una cantera preparada para tomar el testigo. Este vacío generacional no solo amenaza con provocar una pérdida de conocimiento técnico acumulado durante décadas, sino que debilita la capacidad del país para sostener una base productiva competitiva a largo plazo.

En este contexto, es necesario un cambio de enfoque en la forma en que proyectamos el valor de la industria, no solo como motor económico, sino también como generadora de oportunidades reales. Se trata de uno de los ámbitos con mayor capacidad para ofrecer empleo de calidad, bien remunerado y con alta estabilidad. Además, la transformación sostenible y tecnológica que atraviesa el sector productivo abre nuevas oportunidades para perfiles técnicos que dominen nuevas herramientas digitales. Un ejemplo claro lo encontramos en el sector químico, del que formo parte, donde más del 90 % de los titulados en Formación Profesional accede a un empleo relacionado con su formación, y lo hace con salarios y otros beneficios muy competitivos comparados con las mismas titulaciones en otros sectores profesionales.

"Es necesario un cambio de enfoque en la forma en que proyectamos el valor de la industria, no sólo como motor económico, sino también como generadora de oportunidades reales"

En mi opinión, la Formación Profesional en el ámbito industrial, y especialmente la FP Dual, juega un papel decisivo en este proceso. Su enfoque práctico, alineado con las necesidades de las empresas, es clave para cerrar la brecha entre el aula y el centro productivo. No obstante, su implantación sigue siendo limitada en España, y todavía representa un porcentaje reducido del total de estudiantes. Aquí, el papel de las administraciones públicas es fundamental para activar incentivos, consolidar marcos de colaboración público-privada y promover una estrategia de pedagogía social que ponga en valor esta modalidad formativa como una opción atractiva de futuro.

Desde el ámbito empresarial también tenemos una responsabilidad clara: seguir abriendo nuestras puertas, reforzar los vínculos con el entorno educativo y generar más experiencias que permitan a los jóvenes descubrir el potencial de trabajar en la industria. Hacerlo es una inversión de presente que garantiza el futuro de nuestra actividad.

Porque la atracción de talento a la industria es una cuestión de país. No podemos permitirnos que cientos de miles de empleos de calidad queden sin cubrir por falta de perfiles adecuados. Se estima que, de aquí a 2030, se crearán más de 230.000 nuevos empleos ligados a la FP, muchos de ellos en sectores industriales. Pero si no actuamos ahora, esos puestos podrían perderse.

"Apostar por el talento joven en el ámbito industrial es mucho más que una medida económica. Es una declaración de intenciones sobre el modelo de país que queremos construir"

Si apostamos decididamente por atraer talento joven hacia el tejido productivo, no sólo contribuiremos a impulsar la empleabilidad de las nuevas generaciones, sino que también fortaleceremos la capacidad de España para avanzar y prosperar en un entorno global cada vez más competitivo. Porque ese talento joven no solo cubrirá vacantes: está llamado a liderar el mañana. El ecosistema productivo materializa muchas de las soluciones que imaginamos para construir un futuro más sostenible. En nuestras fábricas es donde la innovación toma forma y las ideas se convierten en realidad. Allí nacen los envases biodegradables, las palas de los aerogeneradores o los materiales que permiten desarrollar infraestructuras más eficientes. Y para que todo eso sea posible, necesitamos operadores de planta, técnicos de mantenimiento, analistas de laboratorio, o expertos en sostenibilidad.

Apostar por el talento joven en el ámbito industrial es mucho más que una medida económica. Es una declaración de intenciones sobre el modelo de país que queremos construir. Un país que innova, que genera oportunidades y que transforma los desafíos en soluciones concretas. Un país que no se conforma con imaginar el futuro, sino que lo fabrica con sus propias manos.