Presidente de la Unió Empresarial de l’Anoia

La Anoia tiene nombre de industria

17 de Noviembre de 2025
Joan Mateu, presidente de la Unió Empresarial de l’Anoia (UEA) | Cedida

La comarca de la Anoia es, desde hace siglos, un territorio con un ADN industrial indiscutible. Hablar de l'Anoia es hablar de papel, de piel, de textil, de metalurgia, de química, de innovación y de talento. Es hablar de un tejido empresarial resiliente que ha sabido reinventarse muchas veces y que continúa siendo, hoy, la columna vertebral de la economía y del bienestar del territorio.

 

No es una afirmación retórica: un tercio del volumen de negocio de toda la comarca proviene de la industria, y casi la mitad de la población activa trabaja en ella, directa o indirectamente. La Anoia es la decimotercera comarca más industrial de Catalunya y mantiene especializaciones únicas en sectores como las artes gráficas, la metalurgia, la piel o el papel. También es una de las comarcas más innovadoras, destacando en patentes, diseños y marcas.

Pero esta realidad no ha sido ni es fácil. La industria anoienca ha crecido, persistido y evolucionado a pesar de obstáculos históricos y actuales: falta de suelo industrial, déficits en infraestructuras, falta de talento especializado, burocracia lenta, incertidumbres energéticas, presión normativa, dificultades para crecer o para exportar.

 

"La industria anoiense ha crecido, persistido y evolucionado a pesar de obstáculos históricos y actuales"

A todo esto se suma otro reto que preocupa a la práctica totalidad de empresas: la dificultad para encontrar personal cualificado. Faltan perfiles técnicos, operarios especializados, ingenieros y profesionales que quieran desarrollar su trayectoria en la industria. Pese al trabajo que se realiza desde los centros formativos y universitarios, la demanda del sector es superior a la oferta. Y cuando no hay talento disponible, las empresas no solo no pueden crecer: también ponen en riesgo su continuidad.

La burocracia es otro factor que se repite en todas las conversaciones con empresarios. Permisos que se eternizan, normativas que cambian constantemente, procesos complejos que alargan inversiones que deberían ser ágiles. La administración, demasiado a menudo, se convierte en un actor que frena en lugar de acompañar. Y en un contexto de transición ecológica, digitalización y exigencias ambientales crecientes, las empresas necesitan certeza y apoyo, no obstáculos añadidos.

A pesar de todos estos obstáculos, la industria anoienca continúa mostrando una vitalidad admirable. Lo hace generando puestos de trabajo estables y de calidad; equilibrando las rentas y contribuyendo a la cohesión social; colaborando con el territorio e impulsando servicios auxiliares que también generan riqueza. Lo hace ofreciendo oportunidades a los jóvenes que no quieren marcharse, apostando por la sostenibilidad y mejorando procesos, productos y maneras de producir. Lo hace porque la industria, aquí, no es solo una actividad económica: es un elemento estructural que define el bienestar presente y futuro de la comarca.

Esta es la realidad que defiende la Unió Empresarial de l’Anoia y que ha puesto reiteradamente sobre la mesa: sin una industria fuerte, no hay economía resiliente. Sin políticas valientes que resuelvan los déficits acumulados, no habrá oportunidades para los próximos años. Y sin entender que la industria es progreso —y no un vestigio del pasado—, el país puede perder la capacidad de crear valor real.

"La Anoia no es una comarca que se resigne. Si algo ha demostrado a lo largo de ocho siglos, es su capacidad de perseverar, reinventarse y avanzar"

Pero la Anoia no es una comarca que se resigne. Si algo ha demostrado a lo largo de ocho siglos, es su capacidad de perseverar, reinventarse y avanzar. Desde los molinos hasta los polígonos, desde las primeras curtidurías hasta los laboratorios de innovación, desde los telares manuales hasta las empresas exportadoras que hoy llevan sus productos por todo el mundo, el territorio ha sabido mantener viva su esencia productiva. Y es precisamente esta esencia lo que hace necesario que las instituciones, la sociedad y el país se alineen con su tejido empresarial para garantizar que la industria no solo continúe siendo una columna vertebral, sino que se convierta en la plataforma del futuro.

Porque la Anoia es industria. Lo ha sido siempre. Lo es hoy. Y lo será, si sabemos acompañarla, también mañana.