Ingeniero y escritor

¿Correos Express? No, gracias

27 de Mayo de 2025
Xavier Roig VIA Empresa

Cuando participaba semanalmente en un programa radiofónico de Joan Barril que se llamaba La República, leía una pequeña “pastilla” dentro de mi sección que se titulaba “El viatjant”. Un día produje una que se llamaba “El cartero siempre llama dos veces... al mes”. El tema venía provocado por el hecho de que en Sant Cugat del Vallès el cartero pasaba esporádicamente y te dejaba un puñado de cartas de días acumulados. Ya hacía tiempo que el alcalde Recoder se trabajaba el tema con Correos, ya que la situación se había vuelto deplorable. La verdad es que se arregló y, ahora, Correos en Sant Cugat del Vallès funciona razonablemente bien, los horarios son muy convenientes y su personal es muy amable y eficiente. Esta, digamos, modernización no ha llegado a Correos Express que es, para decirlo suavemente y de forma educada, un desastre deplorable y ofensivo. 

 

La opinión es general, no hay con quien hable que no esté ofendido -viene a ser una especie de Rodalies en versión Miquel Strogoff. La realidad es que, cuando hago un pedido de cualquier producto, siempre rezo para que la empresa que utilicen para hacer el envío no sea Correos Express. Pero no hay manera. Están por todas partes, siempre atentos a mancharnos con sus actuaciones típicas de lo que son en origen: una empresa de funcionarios creada por el franquismo, y que no tiene necesidad ni de dar las gracias a los que les pagan los salarios ni, por lo tanto, pensar, aunque sea de forma remota, que existe una cosa que se llama cliente. 

Sus fechorías son de naturaleza diversa y, sólo en el último mes, he sufrido varias. Una, importante, consistió en perder el paquete que me tenía que llegar. El proveedor me pidió disculpas -le dije que la mejor manera de disculparse era dejar de utilizar Correos Express- y me devolvió el dinero. Tuve que pedirlo de nuevo y, claro, todo ello provocó un retraso de diez días en disfrutar del producto. Incidencias las que quieran. Practican un clásico que consiste en no pasar por el domicilio y decir que han pasado y no estabas. La última vez lo practicaron tres veces con el mismo producto. Estábamos cenando y recibimos un SMS diciendo que acababan de pasar por casa y que no estábamos. ¡Colosal! Otra: te envían un paquete que depositan en uno de estos buzones que intentan emular los de Amazon -en versión botijo, claro- pero, cuando vas, ¡el producto no está! Esta es muy buena, y algunos magos darían dinero por poder practicar una técnica de la desaparición tan depurada. Todo esto no son imaginaciones. Me ha pasado a mí. 

 

"Practican un clásico que consiste en no pasar por el domicilio y decir que han pasado y no estabas"

Sus fechorías no terminan aquí, y demuestran que el problema está arriba del todo, claro. Nada funciona. Por ejemplo, recibes un mensaje advirtiéndote que pasarán y, que si lo deseas, puedes modificar las condiciones de entrega. Pero resulta que, cuando accedes a la página correspondiente, de entrada te exige picar el código de seguimiento -que ya no sabes, ya que figuraba en la página web anterior y, por lo tanto, te lo tienes que apuntar- para decirte, a continuación, cuando lo has introducido, que aquel producto no permite modificaciones. ¡Hop! Sólo falta que aparezca una cara del Joker tildándote de idiota por haber picado otra vez. Y es que en Correos Express son muy de la broma. 

En esta vida, sin embargo, todo tiene explicaciones. Y si lo buscan, encontrarán que así como las empresas de mensajería -o de muchas otras cosas- tienen al frente un directivo con una cierta experiencia y que intenta dar un servicio razonable -de lo contrario lo despedirían-, aquí no. Porque, mira por dónde, el presidente de Correos tiene en su currículum ser del PSOE desde que, casi, nació. Y, lógicamente ha tenido siempre que luchar con el mercado: Asamblea de Murcia, Senado, Congreso de Diputados, Ministerio de Transportes y, ¡atención!, Paradores Nacionales, esta multinacional hotelera donde, en pleno verano, son capaces de servirte fabada asturiana en Palma de Mallorca. Bien, el de ahora es del PSOE, pero tranquilos, de aquí a un tiempo habrá cambios trascendentales en Correos: nombrarán a un nuevo presidente de otro partido si el gobierno español cambia de color. 

"Así como las empresas de mensajería tienen al frente un directivo con una cierta experiencia y que intenta dar un servicio razonable, aquí no"

Conclusión: Todos seríamos mucho más felices si cerraran Correos Express y dejaran a la gente vivir feliz haciendo su trabajo. En un mundo justo, no sólo pueden ser acusados de molestar y amargar la vida de la gente. También podrían ser denunciados por estafa -cobrar por un servicio que no dan-. Y, en el límite, incluso podrían ser acusados de delito de odio... al cliente.