El diccionario define la palabra oxímoron como “Figura retórica, variante de la antítesis, que consiste en poner al lado palabras o unidades sintácticas de sentido opuesto”. En la vida cotidiana, nuestros políticos y la prensa se han encargado de hacernos tragar oxímorones como “turismo de calidad” y “medios públicos independientes” -entre otros- como quien se come un melocotón.
Un amigo, gran economista él, me recuerda la noticia de la prensa reciente: sube el paro y sube la ocupación. Y yo pienso: y sube la inmigración. Es decir, el gobierno español ha conseguido que aquello que el diccionario define como una figura retórica (oxímoron), y que se limita al uso lingüístico, se haya convertido en una realidad física, palpable cuando, en un mismo entorno físico, económico y humano (España), tengan lugar, repito, tres hechos que ningún economista se hubiera imaginado a la hora de definir teorías económicas. Sube el paro, sube la ocupación y sube la inmigración. Increíble.
Miremos las cifras que nos pasa el INE de manera clara.
- El tercer trimestre de este año el paro ha subido en España en 60.100 personas llegando a los 2.613.200 desempleados. Tasa de paro actual: 10,45%. En Catalunya ha subido 3.800 personas, llegando al 8,18% con 352.100 parados.
- El tercer trimestre de este año la ocupación creció en 118.400 trabajadores, quedando el total de gente ocupada en España en 22.387.100 de personas. En Catalunya la ocupación ha subido en 5.900 y ahora hay 3.950.600 ocupados.
- El segundo trimestre de este año (aquí los del INE van un poco con retraso) la población extranjera residente aumentó en 95.277 personas. En Catalunya es difícil encontrar cifras del Idescat. Pero hemos superado de largo el 25% de la población.
Esta cuadratura del círculo parece inexplicable, y lo es. Lo es bajo los baremos de la racionalidad. Pero, claro, ya hace años que España está gobernada por una serie de gente que enerva el organismo de tal manera que dan ganas de marcharse. Sobre todo cuando oyes por todas partes aquella frase que el antiguo primer ministro español Aznar puso de moda: “¡España va bien!”. Y que nosotros hemos adoptado: “¡Catalunya va bien!”.
"En España han dejado de funcionar muchas cosas, y todo culpa de una clase política de bajísimo nivel"
En España han dejado de funcionar muchas cosas, y todo culpa de una clase política de bajísimo nivel. En Catalunya participamos con la cuota correspondiente. No funciona la alta magistratura de la justicia -menos mal de los juzgados del día a día que, a pesar de los pocos recursos, siguen funcionando-; la sanidad pública se degrada; los resultados del informe PISA son, como dicen simpáticamente en Madrid, para mear y no echar gota; el catalán va en retroceso; la seguridad ciudadana empeora -salimos a homicidio diario-; el PIB per cápita de los catalanes disminuye; el periodismo está comprado; los sindicatos ya no defienden el interés de los trabajadores; las patronales tampoco defienden las empresas... ¡Buf! Y nuestra prensa sigue criticando las cosas que van mal fuera. Como en las mejores épocas del franquismo.
Todo ello es fruto de la mala gobernanza, de una clase política con suficientes habilidades como para hundirlo todo. No importa lo que se les ponga delante. Su capacidad destructiva es de dimensiones bíblicas. Claro que, después, piden que no votes a según quién. Otra contradicción.