El mundo está cambiando, y la señal más clara ha llegado este 5 de diciembre de 2025: la Comisión Europea ha puesto una multa de 120 millones de euros a X, la red social de Elon Musk. Y, evidentemente, no le ha hecho ni pizca de gracia.
No le han puesto una multa por haber publicado un montón de barbaridades pseudoracistas, o antivacunas, sino por haber intentado la 13-14 con todo el mundo. Por haber vendido la “verificación” como si fuera un distintivo de credibilidad, cuando solo implica pasar por caja, y no tiene ningún control real. Por haber cerrado los datos a la investigación, y haber ocultado la trazabilidad de la publicidad como si fuera un secreto de estado.
Es la primera vez que la DSA (la ley europea para “domar” las grandes plataformas) impacta de verdad sobre una VLOP (una “Very Large Online Platform”). Y no es una multita de nada: es una multa que intenta avisar al resto. Una pequeña (para Musk) puñalada de 120 millones de euros que dice: “¡Eh! Hacer lo que quieres no es gratis, ni fácil”.
Puede parecer poca cosa: 120 millones para quien tiene decenas de miles de millones. Pero es el primer recordatorio de que las reglas las pone el regulador, no el algoritmo.
Ahora X tiene 60 días para proponer cambios en su sistema de verificación, y 90 para ajustar la transparencia y la publicidad. Si no lo hace… la multa podría crecer. La DSA permite sanciones de hasta un 6% de los ingresos globales.
Y esto se debe leer como una pequeña victoria para la responsabilidad digital. Porque demasiado tiempo hemos dejado que alguna gente decida cómo funciona internet.
"La multa no es solo para X. Es para todos los perfiles en la sombra, para todo aquel a quien se le ha vendido una mentira de “verificado = real”"
Puede que Musk se enfade, que grite a “abolir la UE” como ha hecho ya, que dé discursos sobre libertad y censura. Pero la multa no es solo para X. Es para todos los perfiles en la sombra, para todo aquel a quien se le ha vendido una mentira de “verificado = real”.
Todo esto sirve para hacer una cosa: exigir responsabilidad, claridad, verificaciones reales. Y que no nos sorprenda cuando nos amenacen con que no quieren abrir más funcionalidades o redes sociales en Europa, como pasa con algunas funcionalidades de la IA. Nos gusta tener acceso a muchas cosas, pero no a cualquier precio.