En la antigua Roma, antes de que un general decidiera entrar en batalla, un augur examinaba las entrañas de un cuervo o el vuelo de una bandada de pájaros. Si no pronosticaba buenos augurios, el general retiraba los ejércitos y esperaba a que el día siguiente le fuera más favorable.
Dos milenios después, a pesar de estar en plena era de la información —o por culpa de estarlo— seguimos haciendo lo mismo. Estos días, medio Internet está vigilando obsesivamente los pedidos de pizza a las pizzerías de los alrededores del Pentágono, convencido de que existe una relación causal entre el número de Pizzas Pepperoni despachadas y el de las bombas despachadas en Oriente Medio.
¡Viva el patrón!
La cuenta Pentagon Pizza Report —un perfil anónimo en X— se ha hecho viral por anunciar picos de pedidos a pizzerías de los alrededores del Pentágono en Washington. La lógica es sencilla: más pizzas significa que hay más reuniones urgentes fuera de horas y, en consecuencia, más decisiones de guerra. Y de X a medios serios de todo el mundo que han creado un fenómeno viral.
La información son datos en contexto. En el caso que nos ocupa, los datos serían el número de pizzas vendidas, que por sí solo no significa nada. En cambio, si este número está geolocalizado y resulta que esta geolocalización es cercana a la del Pentágono, entonces, con el contexto, los datos se han convertido mágicamente en información. ¿Seguro?
De tanto decir que vivimos en la era de la información nos lo hemos creído. Vivimos en la era de los datos —del exceso de datos—, que si se eligen adecuadamente, pueden dar la información que más nos convenga: es lo que los anglófonos conocen como cherrypicking (escoger cerezas).
"Vivimos en la era de los datos, que si se eligen adecuadamente, pueden dar la información que más nos convenga"
El teorema de la línea gruesa
El teorema de la línea gruesa dice que tres puntos cualesquiera siempre forman una recta siempre que sea lo suficientemente gruesa (el recíproco también es cierto: tres rectas siempre se cruzan en un punto si el punto es lo suficientemente grande). El Pizza Report es solo la última aplicación del teorema.
El Pentágono ya ha desmentido las conclusiones del Pizza Report. Resulta que en las mismas instalaciones hay comida las 24 horas; sushi, sándwiches y cafés de guardia. Y tampoco está claro que toda la afluencia a las pizzerías sea militar. Muchos picos de pizzas responden a turnos de trabajo nocturnos, guardias prolongadas o un aniversario improvisado en la oficina. Y sí, a favor del método de predicción pizzero hay que decir que ha predicho varias crisis a lo largo de los años. Lo que no sabemos es el número de falsos positivos debidos a picos descontextualizados de peticiones.
Los expertos en OSINT (inteligencia de fuentes abiertas) avisan de aquello que decía: sin tener el contexto, los datos son solo eso, datos, y por lo tanto no nos aportan nada. Cualquiera puede ir a ver los datos de afluencia a una pizzería en Google (aquellas barras que indican cuánta gente hay hora a hora y si hay más gente de lo habitual) y hacer un tuit buscando el clic fácil. Ponerle contexto ya es otra cosa; se necesita voluntad de informar y método, conceptos reñidos con el clic fácil.
Nuevos augures, el mismo mundo
De cuervos, bandadas de pájaros y lémures, a las pizzas de Pepperoni, Marinara o Cuatro Estaciones; no parece que hayamos evolucionado demasiado. Hoy, como hace 2000 años, nuestro cerebro necesita encontrar patrones en datos para transformarlos en información.
"Hoy, como hace 2000 años, nuestro cerebro necesita encontrar patrones en datos para transformarlos en información"
Antes lo hacíamos mirando entrañas de cordero, hígados de cuervo y presencia de lémures (animales mitológicos de los que el lémur toma el nombre). Ahora corremos a destripar resultados de Google, tuits, geolocalizaciones, metadatos y memes virales. Cambia la tecnología pero la necesidad de encontrar patrones en un mundo incomprensible es la misma.