Directora de Intueri Consulting

De las rebajas agotadas al agotamiento de las rebajas

16 de Agosto de 2025
Maria Segarra | VIA Empresa

Con la llegada de las vacaciones de verano, muchas tiendas despliegan carteles de descuentos que prometen segundas y terceras rebajas, con precios aún más tentadores. Aquella imagen de compradores esperando impacientes delante de los grandes almacenes para ser los primeros en conseguir un producto preciado a un precio irresistible ya forma parte del pasado.

 

Las rebajas, que antes eran casi un ritual sagrado en el calendario comercial, han ido perdiendo su fuerza colectiva como campañas. Actualmente, las tiendas tienen libertad para decidir si hacen o no rebajas, a partir de las fechas recomendadas por la Generalitat de Catalunya, y han dejado de ser un evento social compartido, perdiendo su simbolismo y atractivo masivo.

Las reglas del juego han cambiado, y el comportamiento de la clientela también.

 

Vivimos en un contexto en el que, como consecuencia de la estrategia agresiva de algunos grandes operadores, el público consumidor recibe una avalancha constante de ofertas y promociones durante todo el año. ¿El resultado? Una cierta saturación y agotamiento ante tantos mensajes que proclaman oportunidades únicas de conseguir productos a mejor precio.

El sentido original de las rebajas —dar salida a los stocks de temporada a precios reducidos— se ha ido desdibujando. Las marcas buscan mantener la atención permanente de los consumidores a base de ofertas en precio y promociones, y con una estrategia omnicanal. En estos tiempos del “always on” (estar permanentemente conectado), ya no hace falta esperar a julio, porque las ofertas son constantes, las colecciones cambian con rapidez y el concepto de temporada se ha ido desdibujando.

"El sentido original de las rebajas —dar salida a los 'stocks' de temporada a precios reducidos— se ha ido desdibujando"

Así, ahora, en un momento en que los stocks ya se han prácticamente vendido, nos encontramos con una cierta ralentización de la actividad. Muchos comercios ven estancadas las ventas y observan cómo el poder de atracción de las rebajas como evento promocional se diluye.

Recientemente, entidades como Acotex y La Distribución (Anged) han considerado clave la campaña para dar salida al exceso de inventario acumulado durante el primer semestre, especialmente en el sector del equipamiento de la persona. Las rebajas de verano son, pues, una oportunidad para vendedores y compradores, con descuentos récord y una recuperación del consumo impulsada por la estabilización económica, el turismo y la competencia digital.

A pesar de las previsiones optimistas, que apuntaban a un aumento del 8% de las ventas al inicio de la campaña respecto al verano de 2024, hay que tener en cuenta cómo han cambiado los hábitos de compra, especialmente entre el público joven. La compra y comunicación en línea y la presencia constante de descuentos hacen que sea fácil caer en la saturación.

El precio mantiene su papel clave, pero las empresas deben innovar. La clientela, cada vez más informada y exigente, espera el momento idóneo para comprar los productos de su lista de deseos y aprovechar la oportunidad cuando detecta una buena oferta.

"El precio mantiene su papel clave, pero las empresas deben innovar"

Por lo tanto, en este escenario, diferenciarse es todo un reto. Las promociones y descuentos continuos pueden modificar el comportamiento del público, haciéndolo más insensible y receptivo a las campañas.

Por eso, cada vez más empresas apuestan por fórmulas innovadoras de fidelización que van más allá del descuento puro y simple. Al final, en la era de las “rebajas permanentes”, solo sobrevivirán aquellas que saben conectar con la clientela y ofrecerle alguna cosa más que un simple precio bajo.

A pesar de todo, las rebajas no desaparecerán de un día para otro: aún son una oportunidad, tanto para los vendedores como para las personas compradoras, y muchas esperan estas fechas para adquirir lo necesario o darse un capricho. Ahora bien, es evidente que las rebajas actuales tienen poco que ver con las de una década atrás. Quizás ha llegado el momento de dejar de mirarlas con nostalgia y empezar a imaginar cómo podrían evolucionar dentro de un sistema más sostenible, más digital y más consciente.

"Quizás ha llegado el momento de dejar de mirarlas con nostalgia y empezar a imaginar cómo podrían evolucionar dentro de un sistema más sostenible, más digital y más consciente"

Al fin y al cabo, quizás no es que las rebajas estén agotadas, sino que nosotros, como sociedad, nos estamos agotando de un modelo que ya ha hecho su tiempo.