Barcelona ha finalizado el documento para presentar oficialmente su candidatura para ser la primera Capital Europea del Comercio de Proximidad en 2026. La teniente de alcaldía de Promoción Económica, Raquel Gil, ha recordado que se trata de una iniciativa impulsada por Barcelona Comerç y Vitrines d'Europe que cuenta con un amplio consenso. La propuesta, que se entregará a la Comisión Europea antes del 9 de octubre, quiere reafirmar la ciudad como modelo de comercio local sostenible, innovador y arraigado al territorio. La candidatura destaca las buenas prácticas de la ciudad en sostenibilidad, digitalización, emprendimiento y cohesión urbana. La Comisión valorará a todos los participantes antes de finales de año para que la capitalidad se inicie en febrero de 2026.
El acto, presidido por el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, ha reunido a representantes institucionales, entidades comerciales y organizaciones del sector comercio para reafirmar su apoyo a la iniciativa. El proyecto se enmarca dentro de una estrategia integral y transversal alineada con los objetivos de las European Capitals of Small Retail y se fundamenta en la colaboración público-privada y la corresponsabilidad.
Cuatro ejes de evaluación
La ciudad condal ha aportado una propuesta sólida basada en cuatro ejes de evaluación: sostenibilidad ambiental y social, apoyo al emprendimiento e implicación comunitaria, digitalización y vitalidad urbana. Así, la ciudad elegida deberá demostrar su fortaleza en estos cuatro ámbitos y la capacidad de convertirse en espejo de buenas prácticas en el comercio local para las ciudades europeas. En total, se presentan 40 experiencias y buenas prácticas con potencial de ser replicadas en otras ciudades europeas.
La teniente de alcalde de Promoción Económica, Restauración y Mercados, Empresa y Trabajo, Raquel Gil, ha celebrado el paso adelante que se ha llevado a cabo este lunes y ha asegurado que la candidatura se ha construido colectivamente y es la suma de "consensos políticos, de las administraciones y comerciales". Gil ha transmitido el deseo de que la ciudadanía también se sume a la experiencia: "Ya hemos empezado a trabajar con todos los proyectos que pondríamos en marcha a partir de febrero si es que nos convertimos en capital del comercio", ha apuntado. También ha asegurado que todo el trabajo previo que se ha llevado a cabo ha permitido construir una red que hará posible trabajar de forma más coordinada y efectiva.
En total, se presentan 40 experiencias y buenas prácticas con potencial de ser replicadas en otras ciudades europeas
"Barcelona es una ciudad de comercio, es una ciudad de puerto y su historia no se entendería sin su vinculación con el comercio, con diferentes momentos históricos y con diferentes tipos de comercio", ha señalado Gil, que ha considerado que la capital catalana tiene "un comercio muy definitorio" con una presencia estructural en los barrios que contribuye a la identidad local, la calidad de vida y la cohesión social.
"No hay un eje central, una parte central de la ciudad que existe, sino que va acompañada a la vez de diferentes centros en cada uno de los barrios donde hay ejes comerciales que ayudan a dinamizar la actividad de las calles, que ayudan también a crear seguridad, que son agentes también generadores de comunidad, también a través de los mercados que hay en las ciudades, que hacen de tractor de este comercio muchas veces", ha indicado.
Retos de futuro
La candidatura también pone el foco en los retos que afronta el sector: el relevo generacional, la digitalización, el impacto del turismo, la sostenibilidad y la presión inmobiliaria. Por eso, se alinea con planes estratégicos como el Plan Impulsa 2035, el Plan Clima o el Plan Endreça.
Gil: "Barcelona es una ciudad de comercio, es una ciudad de puerto y su historia no se entendería sin su vinculación con el comercio"
Con un comercio que representa el 13,2% del PIB local y más de 152.000 puestos de trabajo, la ciudad considera este sector como un pilar esencial de su desarrollo económico y social. Los 61.875 establecimientos en planta baja activos, con un 90,9% de ocupación, reflejan una gran resiliencia postpandemia y una fuerte implantación territorial que contribuye a la cohesión social y a la calidad de vida en los barrios.