“En Barcelona, las damas”

La UE no afloja a la hora de penalizar la actividad pesquera artesanal en el Mediterráneo; lo cual, de manera categórica, pone en riesgo el futuro del sector

Son numerosas las adversidades que ponen en peligro la continuidad de nuestras flotas pesqueras  | Cedida
Son numerosas las adversidades que ponen en peligro la continuidad de nuestras flotas pesqueras | Cedida
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Coordinador general de la Mancomunidad Penedès-Garraf
29 de Octubre de 2025 - 05:30

"Había sido costumbre extendida entre gente de mar de prometer casarse con la primera mujer fea que encontraran en cuanto saltaran en tierra si llegaban a salvarse de un peligro grave”.

 

“Según la voz popular, las solteras sin fortuna y poco favorecidas físicamente iban con preferencia a pasear por la orilla del mar con el fin de ver si eran escogidas por algún marinero que hubiese hecho la promesa de la que hablamos. Se dice que el nombre del callejón 'de las damas', inmediato al llano de Palau de Barcelona, debe su nombre a haber sido el lugar donde solían situarse las doncellas que deseaban marido, así como una especie de mercado femenino de mujeres feas y pobres. Un viejo dicho, tópico de gente de mar referente a Barcelona, dice: En Barcelona, las damas”.

Joan Amades, en su Folklore de Cataluña, nos apuntaba una leyenda que lleva por título Los dos patrones. Los dos párrafos anteriores son las notas literales que el mismo cuentista añadió al relato, que bien podrían ser la semilla de un cuento para adultos con final feliz.

 

Nos ha llamado la atención la campaña reciente promovida por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación con el eslogan I toda la pesca. Nos explican que la intención es “promover el consumo de los productos de la flota pesquera catalana para garantizar una proteína azul de proximidad, y que las villas marineras, la gastronomía y su cultura perduren”.

No es un cuento. En la web Gencat leemos que “el anuncio refleja el trabajo y las personas que hay detrás de la pesca. Para ello, el anuncio utiliza el recurso cinematográfico de rebobinar (rewind). Así, tirando hacia atrás las imágenes, el espectador puede seguir el camino que ha seguido un plato de pescado, como por ejemplo los boquerones, que antes de ser servidos en la mesa, han sido vendidos en la pescadería, comercializados en la cofradía y pescados en el mar".

"La campaña del Departamento tiene un pretexto terapéutico, pero no me parece oportuna si tengo presente lo que me explican las mujeres y los hombres del sector de la pesca"

La campaña del Departamento tiene un pretexto terapéutico, pero no me parece oportuna si tengo presente lo que me explican las mujeres y los hombres del sector haliéutico (qué palabra más bonita para definir una actividad en la que casi cada día se acostumbran a subastar paradojas y se aboca a la nada si nada lo impide).

La gente de la costa, como la que encontramos en el puerto de Vilanova i la Geltrú y seguramente la de Cambrils, l’Ametlla, la Ràpita y les Cases d’Alcanar, pero también la de Arenys, L’Escala, Blanes y tantas otras lonjas, ven cómo el sector de la pesca naufraga en el desorden de un sinfín de restricciones y penalidades.

No se puede decir que el Govern se ponga de perfil ante la situación. En clave política, se apoya a las cofradías y hace unos meses que el conseller no pierde la oportunidad de reiterar el apoyo al sector a la hora de abordar el nuevo reglamento de la Comisión Europea, con impacto acentuado en los segmentos del arrastre y el palangre. Del mismo modo que la campaña, el discurso de la Generalitat es balsámico, aunque pueda parecer pomposo. ¿Qué más se puede hacer desde la plaza de Sant Jaume si no lo bendice Sant Pere?

Son numerosas las adversidades que ponen en peligro la continuidad de nuestras flotas pesqueras. La cosa viene de lejos, pero se atizó, el pasado diciembre, con la aprobación de la reducción de días laborables tras una tanda de negociaciones condescendientes por parte de las cofradías. Sin embargo, se aceptó la imposición de la UE con respecto a nuevos modelos de redes a cambio de los 130 días de media; aquello que alguien bautizó como el pan de hoy y el hambre de mañana. ¿Qué otra cosa podían hacer, sin embargo? También tuvieron que transigir en la limitación de los kilos de gamba roja que puede pescar cada embarcación. Fruto de tantas y cuantas exigencias, a mediados de otoño ya se han alcanzado los topes y algunas embarcaciones ya no podrán hacerse a la mar hasta el año que viene.

Los dictámenes científicos no son unánimes con respecto a la situación. Desde el Instituto de Ciencias del Mar aseguran que muchas especies están en mínimos sostenibles y los pescadores nos dicen que, como ejemplo, en el caso de la gamba y el atún, están “en cantidades importantes”. Incluso, afirman que la población creciente de atunes ha desbordado el equilibrio de la fauna de nuestro litoral. Sin embargo, la UE no afloja a la hora de penalizar la actividad pesquera artesanal en el Mediterráneo; lo cual, de manera categórica, pone en riesgo el futuro del sector.

"La UE no afloja a la hora de penalizar la actividad pesquera artesanal en el Mediterráneo; lo cual y de manera categórica pone en riesgo el futuro del sector"

No es una frase hecha ni un tópico recurrente. Los trabajos de pesca están en una situación límite. Las artes castigadas por la intermitencia de las vedas y, en general, las medidas restrictivas provocan que los armadores no puedan garantizar la continuidad y el sostenimiento de los sueldos. Con estas condiciones podéis adivinar que cuesta mucho encontrar personal para embarcar y, aún más, es muy complicado asegurar el futuro de la diversidad de oficios que se juntan alrededor de las lonjas.

Si queréis más lodazal, la UE ha vuelto a poner sobre la mesa los acuerdos de pesca con Marruecos, lo cual supondrá la importación de nuevos contingentes de pescado procedente del norte de África, lo que contribuirá a determinados excedentes, con la consiguiente devaluación de los precios de lonja de la producción autóctona.

El alcance del tsunami es difícil de calcular, pero las consecuencias se extenderán en toda la cadena de valor y particularmente en las personas que dependen de ella. Basta con ver el declive de la flota pesquera: en este primer cuarto de siglo se ha reducido a la mitad el número de embarcaciones.

De rebote, todo desemboca en un detrimento de la calidad y, tanto o más, en el descenso del producto de proximidad. En todo caso, tendremos que ampliar el concepto de “kilómetro cero” e incluir las piscifactorías que proliferarán en los próximos años por todo el litoral catalán, cosa que, si no se aplican medidas paliativas, multiplicará los efectos contaminantes y desestabilizadores como resultado de los piensos y la concentración de residuos orgánicos.