De los postres a las tapas. En un rincón de 40 metros cuadrados en el Born de Barcelona, la familia Bubó emplazó un pequeño local anexo a la conocida pastelería. Nacida en 2005, sus excelentes chocolates y unos dulces-joya únicos han dejado huella en Barcelona. La empresa ha formado a varios pasteleros que luego han abierto negocio propio y tienen seis pastelerías en la ciudad y han acabado viajando hasta los Emiratos Árabes y Japón. Pero la aventura no acababa ahí. Con Bubó Tapes la casa ofrece también tapas y platillos en un ambiente informal. Y parece que la fórmula funciona, porqué el grupo se marcó una facturación de más de medio millón de euros en el último ejercicio.
Tapas en el Born
Ernest Ameller y Francisco Muñoz son, al 50/50, las cabezas pensantes tras el proyecto al que hace unos años se le sumó el pequeño rincón en forma de restaurante. Bajo el sello Bubó Tapes, el local ha buscado en los últimos meses dar un giro culinario situando a Anna O’Flynn al frente. Asesora culinaria del espacio, esta irlandesa de nacimiento con un stage en el prestigioso Fäviken -el famoso biestrellado de Magnus Nilsson en Jämtland (Suecia)- ha hecho del pequeño restaurante su casa en la que Miguel Angel Palau ejerce de encargado y maestro de ceremonias.
El espacio de Bubó Tapes es escaso pero está bien aprovechado. Un local soñado, frente a Iglesia de Santa María del Mar con los que la propiedad facturó 640.000 euros en el ejercicio de 2018. Sólo caben seis mesas y el espacio que rodean está dotado de una alargada barra negra acristalada entregada en el extremo que da a la calle como vitrina colorista de las opciones dulces de la casa madre: Bubó. El espacio da para un diminuto restaurante con una oferta de platillos y tapas muy adecuada para la zona a la que se añaden algunos cocteles clásicos: “El moscow mule es el coctel estrella de la casa, servimos semanalmente unos 50 de ellos”, explica Palau. Carismática y viajera, su coctelera también se inspira en varios países y en algunos templos de cóctel barcelonés donde ha trabajado en el pasado: 41 Grados. Atención al vermut casero, infusionado con hierbas mediterránea, o al limoncello casero.
Un rincón para el postre
Entre los platos, destaca su versión de las omnipresentes patatas bravas; en este caso, unos boniatos bravos de los que aseguran vender unas “cien raciones semanales”, afirma Palau. Otros platos notorios de su nueva carta son el trío de patés de verduras (remolacha con nuez, zanahoria con chipotle y cilantro y berenjena ahumada), el steak tartar de ternera Km 0 con yema de huevo de codorniz, la tostada de caballa ahumada, las extraordinarias croquetas de pollo asado, la vieira con jamón ibérico bañada en salsa teriyaki o el pulpo a la plancha con una salsa de mojo picón.
Aunque las plazas son limitadas (para fiestas de empresa acogen hasta 20 comensales) y la calle es más que concurrida, por el establecimiento llegan a pasar unos 1.500 clientes mensuales, apunta la dirección. Y son diez los trabajadores que atienden en su extenso horario de servicio de 9 a 1 de la madrugada.
Vayamos con prisas callejeando para dar con los tesoros medievales de la Barcelona más antigua o paseemos como locales por este punto caliente de la ciudad de Barcelona, en este caso sí manda esa frase que dice que hay que dejar sitio para el postre. Aquí sí: en versión individual podréis optar por postres de diseño a los que da pena hincar el diente. Atención al Jade cake, al sablée de cacao, al Opera café (finas capas de bizcocho, crema de mantequilla al café, chocolate y una pipeta rellena con chocolate) y al espectacular surtido de macarons.
Bubó Tapes
Dirección: Carrer de les Caputxes, 10, Barcelona
Teléfono: 932 68 72 24
Precio medio: 25 euros