Casa Leopoldo vuelve a reabrir sus puertas

Clásico entre los clásicos del Raval (abrió puertas en 1929), CasaLeopoldo (Sant Rafael, 24) vuelve a reabrir. Una vez más. Y lo hace con renovadas ganas y una nueva dirección que ha puesto todo el empeño en que esta institución recupere su esencia de barrio y la ofrezca –de nuevo- a propios y ajenos. SofíaMatarazzo y BrunoBalbás, el matrimonio tras el grupo Banco de Boquerones, han comprado el establecimiento con la intención de volverlo a hacer brillar. 

Sofia Matarazzo y Bruno Balbás, el matrimonio detrás del grupo Banco de Boquerones, han comprado Casa Leopoldo

Las muchas vidas de Casa Leopoldo

Interior de Casa Leopoldo | Cedida

La mejor época de todas fue cuando a sus mesas se sentaban ManuelVázquezMontalbán, MarujaTorres o EduardoMendoza, entre otros escritores. Allí se debatía sobre política, sobre libros y sobre la vida. ¿Qué duda cabe? Gentes que salían del Liceo y quería cenar algo en los alrededores del Raval encontraban aquí su sitio. Cuando el rabo de toro al vino tinto estaba de moda y un capote en la pared no escandalizaba a nadie. En suma, en los últimos años y desde la jubilación de su carismática dueña, RosaGil, nieta de sus fundadores, Casa Leopoldo ha vivido muchas vidas. La última que recordamos fue su reapertura como restaurante chino después de que los chefs y empresarios RomainFornell y su socio, OscarManresa, decidieran coger las riendas del restaurante en 2020. Una pandemia se llevó por delante la ilusión y el esfuerzo que pusieron en recuperar un local emblemático como este y, a partir de ahí, ya fue agua de otra fuente. 

Conservando la autenticidad

Ahí siguen las mesas de hierro forjado y mármol, los cuadros, la emblemática barra de madera y los azulejos portugueses que enmarcan el espacio. La nueva dirección ha querido respetar el ambiente de un sitio como pocos quedan en estas calles. Pero han remodelado los espacios. Una sala de matices verdes, la sala Vázquez Montalbán, “se ha pensado para 18 comensales”, comentan desde el establecimiento. Otra, la sala rosa que homenajea a Rosa Gil “se deja llevar por el color de las medias de los toreros y quiere ofrecerse como club de lectura”. En uno y otro rincón se recuerdan las corridas de toros que definían a la familia fundadora y no se esconde cierta querencia por esta práctica hoy día ya superada, pero parte también fundamental de la historia barcelonesa. El interiorismo, sin embargo, ha cambiado para que todo siga igual y BarbaraLange ha querido buscar ese toque clásico de la época. 

Barbara Lange ha querido buscar este toque clásico de la época

El arroz Parellada y las albóndigas con sepia

Albóndigas con sepia de Casa Leopoldo | Cedida

Esta nueva etapa comienza con ganas y con una propuesta de carta que vira del tapeo más tradicional, a platos clásicos del restaurante que se han recuperado. Se puede comer una deliciosa ensaladilla rusa con ventresca de atún y piparras troceadas en su interior (7,60 euros), unas croquetas de jamón ibérico de buen tamaño (2,60 euros) y un plato de jamón ibérico (13,70 euros) acompañando a algún platillo de chup chup como las clásicas albóndigas con sepia y guisantes (19,80 euros). 

Los segundos siguen a la zaga y se dividen en carnes –¿qué tal una butifarra con alubias del gantxet (18 euros) o unos pies de cerdo ‘sense feina’ con foie, hinojo y manzana verde (21,30 euros)? - o pescados -el clásico bacalao a la llauna de la casa (23 euros), el suquet de rape (25,80 euros) o el pulpo parmentier (22 euros)-. En el apartado de arroces (para dos), no falta el arroz de senyoret (Parellada) (23 euros) coronado con vieiras, entre otras propuestas. En los fogones, el chef ejecutivo del grupo, AlbertPineda, ha querido mostrar “un recetario muy tradicional, fácil, que guste a todo el mundo”. 

Es una carta asequible y bien provista que busca una etapa de calma después de tanto ajetreo

Es una carta asequible y bien pertrechada que busca una etapa de calma tras tanto ajetreo. Matarazzo y Balbás han dado la vuelta con bastante éxito a otros establecimientos en el mismo barrio - ejemplos notorios son Casa Ràfols, la antigua ferretería en la Ronda Sant Pere, y Can Framis, un auténtico colmado del siglo XIX- y todo hace apuntar que esta nueva vida puede dar algunas alegrías al Raval. Las necesita.