
El pasado mes de noviembre, la Agència per la Competitivitat de l'Empresa catalana (Acció) celebró el Beyond Catalonia, una jornada que midió por primera vez el impacto de la victoria de Donald Trump en las elecciones a la Casa Blanca. De entre todas las reflexiones expuestas, fue la advertencia de Alicia García-Herrero, directora jefa de Asia-Pacífico en Natixis, la que más atención acaparó. "Si se reedita el acuerdo EE.UU - China de 2019, quien perdería es Europa", avisó.
García-Herrero es una referente en Europa cuando se trata de analizar la economía asiática. Su presencia en think tanks tan importantes como Bruegel o el Real Instituto Elcano así lo constatan. Ahora bien, desde sus palabras a finales de 2024 se inició una tormenta comercial que este miércoles Trump preveía retomar. Todo ello ha marcado un punto de inflexión: si bien el noviembre pasado García-Herrero no descartaba la reedición del acuerdo China-EE.UU, hoy las cosas han cambiado.
Recientemente hemos visto un acercamiento entre Estados Unidos y China. ¿Qué posibilidades hay de ver un gran acuerdo comercial entre las dos superpotencias?
El acuerdo no es nada. Es igual que lo hablemos después de Ginebra, de Londres o de ahora. No son acuerdos. La gente está esperando algo como en diciembre de 2019, es decir, un acuerdo grande y estructurado, pero eso no ocurrirá.
¿Por qué?
Porque si entonces la relación entre Estados Unidos y China ya era mala, ahora es peor. Además, Washington parte de una posición mucho más débil que la de 2019. Cuenta con un déficit muy superior y se tiene que financiar con el resto del mundo, mientras que la credibilidad de Trump es absolutamente baja porque la gente ya lo “conoce”. Esto hace que China vaya obteniendo algunas cosas, como reducir sus aranceles. Eso sí, nunca a cambio de nada. Por otro lado, EE.UU sufre problemas que antes ni existían, como el de los controles chinos a las exportaciones. Parece mentira que ahora hablemos más de esos que de los americanos. Hasta ahora, la tecnología americana era la que bloqueaba a China. Pues ahora sucede al revés. Es Pekín quien bloquea con sus materiales o minerales críticos.
China va sacando provecho y Estados Unidos va cediendo, porque, además, con estos aranceles lo único que consiguen es más inflación. No les aportan nada, solo los utilizan como moneda de cambio, pero como China ya sabe que la moneda de cambio no les aporta, no les dejan obtener nada. Esta es la situación, y por eso continuaremos viendo estos pequeños acuerdos, que en realidad son concesiones de Estados Unidos. China ha cedido muy, muy poco. Prácticamente nada en ningún ámbito.
¿Y cuánto puede durar esto?
Trump puede mostrar fuerza, tal como ha hecho con Irán. Que, por cierto, esto ya es un cambio. Lo que le queda a Estados Unidos es el ámbito militar y la moneda, pero también les puede salir mal. La jugada de Irán no les ha ido muy bien. Por eso ahora tendremos estos miniacuerdos, según la fuerza que tenga EE.UU. Esto dependerá o bien del hard power o de determinadas situaciones, como puede ser un conflicto más extenso en Oriente Medio, lo cual convertiría nuevamente el dólar en un refugio. Pueden pasar muchas cosas, e incluso a favor de Estados Unidos. No todo está decidido, pero sin duda China está arañando concesiones con estos acuerdos.
"No se puede estar fuera de China. No es bueno ni para las empresas catalanas ni para ninguna otra. Lo que no veo bien es depender de ellos"
Hay otro gran conflicto comercial que es el de Pekín - Bruselas. ¿Han provocado los últimos hechos que cambie la forma en que Asia mira a Europa?
China en particular tiene especial capacidad de sustitución de nuestras importaciones, por motivos obvios. Ahora mismo compiten con Europa en muchísimos sectores: química, automóvil... Podríamos coger muchísimos casos. Por ejemplo, el sector del material hospitalario, tan importante en Catalunya, hasta ahora solo tenía una dirección: de Europa hacia China. Pues hace unos días la Comisión Europea (CE) abrió un caso en el que prácticamente vetaba la participación de productoras chinas de material hospitalario en subastas públicas de hospitales europeos. Según Bruselas, es un tema de reciprocidad. Es decir, nosotros abrimos nuestras subastas públicas si el otro país también nos las abre a nosotros.
En China esto lo ven proteccionista, aunque yo no lo comparto. Excepto en contados sectores como el lujo, en el que China no puede suplir el producto europeo, ellos abogan porque los hospitales del país utilicen material chino. Hay una presión estatal muy grande en muchos sectores. En el caso de los automóviles, por ejemplo, ningún gobierno local puede tener un coche extranjero.
Y en el caso del sudeste asiático, ¿ocurre lo mismo?
Aquí el problema ya no es que no quieran producto europeo, sino que los precios a la exportación de China hace años que caen. Además, su moneda se ha depreciado un 12% respecto al euro solo en 2025. ¿Quién puede aguantar esto? Por otro lado, muchos de los países del sudeste asiático son dependientes de China, y esto hace que Pekín tenga mucha fuerza a la hora de dirigir la demanda importadora. En realidad, por motivos diferentes, la situación es similar. No es porque en el sudeste asiático quieran productos chinos o no los puedan sustituir, sino porque China les ofrece precios absolutamente competitivos que nos dejan fuera de mercado.
Entonces, ¿cuál debe ser el posicionamiento de Catalunya hacia China? ¿Ha llegado el momento de marcharse?
Tienes que estar en China. No se puede estar fuera. No es bueno ni para las empresas catalanas ni para ninguna otra. Lo que no veo bien es depender de ella, o que suponga una cuota de mercado muy importante para ti. Ellos utilizan el leverage de manera muy astuta, como hemos visto ahora con la exportación de tierras raras. Hay que diversificar, porque si piensas que tu futuro dependerá de China, esto siempre te jugará en contra en cualquier negociación. Soy pesimista con China por esta circunstancia, pero también hay que reconocer que su crecimiento se reducirá un 2,3% hasta 2035.
"Tened empresas catalanas unos 10 años, pero después, si China ya es excesivamente competitiva y hay exceso de oferta en todo, imaginad con un crecimiento del 1%. No saldréis vivos"
¿Lo dice por el gran envejecimiento de la población?
No, esto solo está sucediendo en las zonas rurales y no en las ciudades. China todavía no ha terminado el proceso de urbanización, aunque no les quede mucho. Cuando esto suceda será el golpe definitivo, como le ocurre hoy a Corea del Sur. Entonces la productividad se reducirá mucho porque no hay oferta de trabajo. Hemos estimado que la reducción del crecimiento será entre un 1%-1,3% adicional al año. Siempre digo que China será Japón a partir de 2035. Tened empresas catalanas unos 10 años, pero después, si China ya es excesivamente competitiva y hay exceso de oferta en todo, imaginad con un crecimiento del 1%. No saldréis vivos.
No es que sea negativa, sino que vivimos lo que se llama un mercado maduro. Si vendo un artículo de lujo, Japón es un mercado increíble y China es siete veces mejor, aunque crezca el 1%. Pero no todo el mundo vende eso. Hay gente que se forra en Japón, pero el mercado no crece. En el caso de China, no digo que no sea para nadie, pero a partir de 2035 solo prosperarán los sectores que cubran economías maduras. Y cuidado, porque tendrán muchísima más competencia que en Japón.