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Alemany, la miel catalana que esquiva los aranceles y triunfa en el mundo

La empresa de Os de Balaguer ya ha burlado un gravamen del 20% en Corea del Sur y trabaja con su importador en EE.UU para reducir el impacto de las tasas

Fábrica de Alemany en Os de Balaguer| Cedida
Fábrica de Alemany en Os de Balaguer| Cedida
Carlos Rojas | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
09 de Julio de 2025 - 05:30

En un comercio mundial repleto de preguntas, Alemany parece tener todas las respuestas. Esta productora catalana de turrones y miel se ha convertido en un referente en esquivar el conflicto arancelario iniciado por Donald Trump. Los casi 150 años de historia que acumula le han dotado de un pedigrí a la hora de salvar situaciones de máxima dificultad. Este 2025 confían en facturar unos seis millones de euros, es decir, un incremento del 10% interanual. Lo harán, además, con una política de exportación diversificada, segura e innovadora. Dicho de otro modo: mientras el mundo contiene la respiración con las barreras de Trump, Alemany prevé crecer sí o sí.

 

Esto no quiere decir, sin embargo, que sean ajenos a las noticias que llegan desde la Casa Blanca. Estados Unidos se encuentra entre los tres principales compradores de la compañía de Os de Balaguer (Lleida), junto con Corea del Sur y el Reino Unido, históricamente su principal mercado internacional. Sin embargo, ninguno de los tres países comparte continente con el otro. Una estrategia de diversificación que va en sintonía con la premisa de "no poner todos los huevos en la misma cesta" que defendieron tanto el conseller de Empresa i Treball, Miquel Sàmper, hace unos días en VIA Empresa, como este miércoles la directora en jefe de Asia-Pacífico en Natixis, Alicia García-Herrero.

Hasta ahora, otro rasgo en común era la estabilidad que imperaba en los tres países. Pero, entonces, llegó el terremoto Trump. "Desde entonces hay un poco de nervios", reconoce a este diario Ferran Alemany, propietario de la empresa leridana. Dicha intranquilidad tiene que ver con la inquietud que inducen los aranceles. Hasta ahora solo son un fantasma que planea por el comercio mundial, sin ninguna especificación.

 

Por ejemplo, Alemany desconoce qué sucederá si el 1 de agosto se impone un nuevo arancel y al país norteamericano llega un pedido acordado días atrás. "Tenemos una gran incertidumbre. No sabemos si se deberá pagar un tributo y de qué grado consistirá", reitera Alemany. Será su cliente importador norteamericano quien se lo deberá notificar, una vez la miel que exportan pase por la aduana estadounidense. Como muchos, el empresario vive esta circunstancia con un desasosiego que le lleva a pronosticar que todo esto "no puede ir bien de ninguna manera".

Alemany prevé un "pequeño descuento adicional" a sus importadores de miel estadounidenses, los cuales suponen poco menos de un 5% de su facturación

Por esta razón, Alemany ya se prepara para un hipotético nuevo escenario comercial. No han querido hacer ningún estudio ni estimación porque "Trump hace muchas cosas radicales" y ya no se creen sus zigzagueos. Más bien, han planificado su reacción una vez lleguen las nuevas tarifas. La empresa balagariense tiene contactos por todo el país, ya que acude frecuentemente a ferias como la Expo West, que les ha proporcionado clientes con quienes mantienen una estrecha relación. "No lo hemos pactado aún, pero si realmente se aplican aranceles de volumen, haremos un pequeño descuento adicional para ayudarles", revela.

Es una solución para evitar frenar el ritmo de ventas. EE.UU supone poco menos del 5% de la facturación total de Alemany, pero es un mercado en constante crecimiento y que estaba a punto de convertirse en su principal comprador extranjero. "Si el importador tiene la incertidumbre de cuáles serán los costes, no podrá dar un precio adecuado a sus clientes y, por lo tanto, esto frenará el futuro", concluye el empresario. El objetivo es evitar que el consumidor final note lo menos posible el impacto de los aranceles.

Corea del Sur, el gran referente

Si bien muchas empresas catalanas se tendrán que enfrentar a un dilema similar al de Alemany, esta compañía familiar es un referente en cuanto a soluciones innovadoras para esquivar barreras comerciales. El gran ejemplo es Corea del Sur, uno de los 15 países a los que exporta la firma leridana. No obstante, la gran idea la encontraron el año pasado, cuando un cliente surcoreano conoció su miel en Alimentaria e hizo una compra "muy bonita" de cara a Navidad. Este 2025 la ha repetido.

El problema se encuentra en los aranceles del país asiático. Con el objetivo de proteger a los apicultores locales, Seúl aplica un tributo del 20% a la miel importada del extranjero. A partir de las 400 toneladas, sin embargo, la tasa se dispara al 200%. Con un matiz: ambos gravámenes están impuestos únicamente a la miel pura.

Una vez supo de esta particularidad, Alemany propuso una idea. En lugar de ofrecer únicamente miel, intentarían vender un abanico de productos que aportaran un "valor añadido" a la materia prima: desde una crema de almendra hecha con miel y cacao (y sin ningún aditivo) hasta un complemento alimenticio que mezcla miel y propóleos de abeja, además de un vinagre que lleva miel como condimento. "Estos productos les encajaron. Se llevaron una muestra hace unas semanas y parece que será una referencia muy interesante de cara a Navidad", explica el propietario.

Gracias a productos derivados de la miel, como una crema de almendra, un vinagre o un complemento alimenticio con propóleos de abeja, Alemany ha conseguido esquivar los aranceles de Corea del Sur

La idea ha permitido a Alemany mantener su ritmo de facturación en Corea del Sur y ahorrarse, además, el coste de las barreras. Es decir, no se les aplica ningún arancel. La empresa no ha renunciado a venderles miel pura, pero tiene muy presente el tope marcado por el gobierno nacional y está explorando presentar más productos derivados de la materia prima en un futuro próximo. De este modo, podrán comprometerse a seguir aumentando la facturación anual.

Aunque innovadora, esta medida no se puede replicar en Estados Unidos. "El arancel surcoreano está pensado para proteger la miel local, mientras que el norteamericano aplicará indistintamente a todos los productos de alimentación", aclara Alemany. Sin embargo, la solución sí que se puede aplicar en países como México. Allí la política es similar a la de Seúl, de forma que el concepto puede funcionar igualmente. Ya es toda una receta de éxito probado para endulzar el incierto futuro del comercio mundial.