Cambio de temporada

El nuevo escenario de calor extremo y sequía, indicios evidentes del cambio climático que avanza, modifica las temporadas de vacaciones, el ciclo de los productos alimentarios y los hábitos de vestir

Imagen de archivo de un termómetro | ACN - Ana Ferràs
Imagen de archivo de un termómetro | ACN - Ana Ferràs
Barcelona
10 de Octubre de 2023

Las playas se pueden aprovechar este mes de octubre (y quizás más allá) del mismo modo que durante los meses de verano. La vendimia se ha avanzado y otras cosechas, cómo la de los cereales, las olivas o el arroz, han alterado sus conductas habituales, la calidad y la cantidad de la producción. Si antes se disfrutaba de cuatro temporadas por la ropa y se pasó a dos, pronto quedará una de sola. El nuevo escenario de calor extremo y sequía, indicios evidentes del cambio climático que avanza, modifica las temporadas de vacaciones, el ciclo de los productos alimentarios y los hábitos de vestir. Es un cambio definitivo de temporada. Quien no lo vea, que se ponga gafas. Por estas fechas, en la mayoría de las casas ya se había realizado la mudanza de la ropa; la de invierno se sacaba de los armarios y se llevaban a la lavandería las piezas de verano que, una vez recogidas, se guardaban hasta el año que viene rodeadas de bolas antipolillas y perfumadas con sacos de lavanda.

 

Excepto en algunos microclimas de aquí o en otros continentes, poca gente se bañaba en la playa en octubre. Por el contrario, ahora el verano se prolonga en todo el litoral. Las playas de Sitges, la Costa Brava o Cambrils, por poner tres ejemplos, disfrutan estas semanas de condiciones climáticas óptimas para el baño, cómo desde el mes de mayo. Si en los últimos setenta años las temporadas de verano se habían circunscrito a los meses de julio y agosto -con alguna prolongación a junio y septiembre- hasta el punto de crear tendencia vacacional en toda Europa, el nuevo escenario del clima traspasa estas fechas e inunda todo el año. No somos de labrador, pero en el Delta de l'Ebre o en el Empordà hemos podido distinguir claramente estos últimos días la línea divisoria entre las tierras que disponen de agua y las que no se han podido regar.

"Excepto en algunos microclimas de aquí o en otros continentes, poca gente se bañaba en la playa en octubre. Por el contrario, ahora el verano se prolonga a todo el litoral"

Las altas temperaturas y la falta de líquido están haciendo inservible el capítulo del Calendario de los Labradores que habla de las prácticas agrícolas, siembras y plantaciones; justo es decir que el resto del almanaque -datos astronómicos cómo las lunaciones y los eclipses, la sabiduría popular y las tradiciones, el santoral, las ferias, los mercados y las fiestas mayores- todavía son indispensables; por toda esta información, la publicación se ha ganado ser la más antigua editada ininterrumpidamente en catalán desde 1861.
Justo se acaban de presentar las colecciones de primavera-verano, pero la mayoría de los diseñadores de moda están pensando en otra cosa. Inicialmente había cuatro ciclos. Se simplificaron en dos: primavera-verano y otoño-invierno. Ahora la moda está cerca del final de las temporadas. Toda la industria busca diseñar piezas que llamen la atención momentánea del público, para producirlas en pocas semanas, modificando ligeramente las telas más cálidas o más frescas según el momento del año o las características climáticas del país. La pasión por lo casual que no distingue entre las temporadas ha rematado la jugada.

 

Jerarquizar
la mutabilidad de las condiciones climáticas obliga a cambios decisivos en la gestión del negocio del sol y playa, de los alimentos y de la ropa, y de los otros. Doscientos años de uso intensivo de muchas materias primeras y de aplicación de sistemas de producción contaminantes nos han conducido al callejón oscuro. Es verdad que hay otras causas que cooperan a agravar la situación: la invasión rusa de Ucrania, determinados factores geopolítico Este-Oeste, el estrés de las cadenas de suministro... y, no hay que decirlo, la incorporación de las nuevas tecnologías digitales que modifican sustancialmente los modelos de negocio -solo hay que haber seguido de cerca el lenguaje de la BNEW, que se acaba de celebrar en Barcelona-. En los grandes transtornos que se han producido a lo largo de la historia han coincidido muchos fenómenos que ha habido que jerarquizar: en este caso, la respuesta al cambio climático, en el que tendrá una influencia determinante la transformación digital. Es la que marcará las próximas décadas.
Las orcas atacan los barcos.

Un incendio de una discoteca mata 13 personas; había legislación clara sobre la materia, pero no se cumplía. Directivos de un sector dan por buenos los horarios de 10 o 12 horas de sus empleados, mientras se quejan de no encontrar gente para trabajar. El coche perfecto se estropea sin saber el motivo. Los más ricos del mundo poseen el 75% de la riqueza, mientras los más pobres, el 2%. El año pasado se redujo un 7,5% el número de desahucios, pero todavía se realizaron más de 38.000 en toda España. Se trata de contradicciones cotidianas que desgraciadamente continuarán reproduciéndose.
Afrontar el gran escenario del enderezamiento del clima requiere dos actitudes. La primera, de lucha radical desde todas las instancias sociales para revertir la degradación del medio ambiente; no solo para disminuir el impacto en la naturaleza, sino para crear las condiciones de un entorno sostenible.

"En los grandes transtornos que se han producido a lo largo de la historia han coincidido muchos fenómenos que ha habido que jerarquizar"

Salvo que Dubai, ciudad organizadora de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas a finales de noviembre, se saque un conejo del sombrero de copa, no hay demasiadas expectativas que en 2030 se cumplan los objetivos del Acuerdo de París de reducir dos grados el calentamiento global. El hecho es que no se mantiene el ritmo de aumento de la capacidad renovable, ni se dobla la eficiencia energética, ni se encuentra el sistema para financiar los terceros países para que suban al carro. Y la segunda, de busca de las oportunidades que se generan en un entorno diferente. Se puede retardar el ritmo de lucha contra el cambio climático cómo lo pide la industria del automóvil, algo nada conveniente, pero las mejores ocasiones de negocio se presentan en los grandes momentos de transformación.