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La digitalización de la construcción: una tarea pendiente con muchas puertas por abrir

Las metodologías BIM lideran una transformación digital con adopción irregular y resistencias en parte del sector

    Un trabajador en las obras de can 60 de Barcelona | Laura Guerrero / Imatges Barcelona
    Un trabajador en las obras de can 60 de Barcelona | Laura Guerrero / Imatges Barcelona
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    Periodista
    L'Hospitalet de Llobregat
    22 de Mayo de 2025
    Act. 22 de Mayo de 2025

    Hablemos del sector que hablemos, la digitalización es un fenómeno transversal que busca hacerse un hueco en todas partes. Una tendencia al alza, tanto en la organización interna como en la misma ejecución de las actividades, con una adopción irregular según la economía a quien preguntemos. Consulta que, en el caso de la construcción, se responde con un “work in progress”. Así se ha denotado en una sesión coordinada por Barcelona Activa en la 24ª edición de Construmat, el ya clásico evento organizado por Fira de Barcelona que ha tenido en la tecnología uno de los protagonistas del congreso celebrado entre el 20 y el 22 de mayo.

     

    La adopción irregular de las herramientas digitales que observamos cuando comparamos varios sectores también está presente dentro del mismo sector de la construcción, especialmente cuando se filtra en función del tamaño de las empresas. “La pequeña empresa todavía está muy poco digitalizada. Muchas no tienen softwares ERP de gestión, y la mayoría funcionan con Excels y papeles arriba y abajo”, corrobora el director de tecnología de Techtiva, Marc Martínez. Su empresa se encarga del diseño de programas específicos para la planificación de obras, elaboración de presupuestos y control de costes de la construcción. “En la mediana empresa, algunas, por necesidad, sí que se han digitalizado en algunos puntos, pero muchas veces con Excels superestrambóticos”, continúa Martínez, quien cierra el repaso afirmando que las grandes compañías “están digitalizadas desde hace mucho tiempo, y ahora buscan automatizaciones más concretas y complejas”.

    Martínez: “La pequeña empresa todavía está muy poco digitalizada. Muchas no tienen softwares ERP de gestión, y la mayoría funcionan con Excels y papeles arriba y abajo”

    Esta última afirmación es confirmada por Begoña Martín, responsable de Construcción Digital, ESG y Sostenibilidad de Comsa, empresa catalana centenaria especializada en obra civil e ingeniería industrial que supera los 5.000 trabajadores. “Estamos digitalizados desde hace años, pero no hemos terminado”, remarca Martín, quien señala que el enfoque que tienen ahora es “automatizar flujos más concretos, sobre todo con mucho enfoque en la obra”. Una tarea que es considerada un “reto” por las complicaciones de integrar todas las informaciones y datos en proyectos en los que intervienen múltiples agentes: “El objetivo es no poner los datos más de una vez para evitar errores y mejorar la eficiencia”.

     

    El incremento de la complejidad en la coordinación de los diversos agentes es uno de los tres grandes cambios que ha aportado la digitalización en el sector de la construcción, según ha señalado el director de innovación digital del despacho de abogados Batlleiroig, Toni Durán. El segundo es la aceleración que han experimentado los proyectos, que “cada vez van más rápidos en contratación, en redacción y en ejecución”, y el tercero es el “punto de tensión” que existe entre el auge de la digitalización y la creciente conciencia medioambiental: “Hay que encontrar el equilibrio entre las tecnologías que aplicamos y los recursos que consumimos y mantener un ecosistema sostenible socialmente y económicamente”. 

    El BIM, el rey de la fiesta

    Son múltiples las tecnologías digitales que han ido abriéndose paso dentro del mundo de la construcción, pero si hay una que destaque por encima de las demás, claramente es el modelado de información de construcción, conocido como metodología BIM por las siglas en inglés. Estas técnicas consisten en diseñar de manera digital las infraestructuras físicas que más adelante se construirán físicamente. A pesar de que el concepto se remonta hasta los años 70 del siglo pasado, su implementación moderna no se ha estandarizado hasta las últimas décadas, y todavía presenta cierta reticencia en algunos ámbitos de la construcción. “El BIM es el nexo de unión que deberíamos tener”, considera Martínez, quien se ha encontrado en múltiples ocasiones como esta tecnología es percibida como “una imposición, una cosa negativa” dentro del sector. “En el mundo del cual vengo yo, el de la informática, nos hicimos el BIM muy nuestro y ahora es imposible trabajar de otra manera, pero en el mundo de la construcción cuesta mucho”, constata.

    Para el profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y director técnico de la consultora de innovación tecnológica Coloma+Armengol, Eloi Coloma, este fenómeno sucede por la concepción que el sector de la construcción tiene de las nuevas tecnologías: “Hay mucha conciencia para hacerlas servir para una utilidad inmediata, pero poca para preguntarse por qué sirven”. Durán coincide en el hecho de que se trata “de un tema de concepción mental”, el cual es más fácil de implementar cuando se cuenta con el apoyo de los promotores. Por su parte, la responsable de la unidad de Barcelona de Accés Group, Aurora Vázquez, también se muestra de acuerdo: “Sí que hay todavía una cultura del ‘siempre lo hemos hecho así’, aunque cada vez hay más conciencia de que la digitalización mejorará los procesos, reducirá los costes, hará que todo sea más ágil… Pero cuesta, y para una pyme, la inversión que tiene que hacer supone un coste importante”.

    A pesar de las reticencias en ciertos ámbitos, las metodologías BIM avanzan en su adopción al territorio, y uno de los grandes impulsores en Catalunya ha sido la misma Generalitat. Desde 2023, el Govern estableció la obligatoriedad de emplear estas técnicas en todos los contratos públicos de obra civil y edificación impulsados por administraciones de la Generalitat que igualen o superen los dos millones de euros, y este año se ha aprobado la Estrategia BIM, que quiere potenciar todavía más la transformación digital de la construcción.

    Un ejemplo claro de esta visión es el nuevo edificio de consultas externas del Hospital Vall d’Hebron, diseñado por los arquitectos Diego Nakamatsu y Lluís Moran y el socio fundador y director técnico de la empresa de ingeniería Sugar Solution, Antonio Recio. La ampliación del hospital, que tiene previsto empezar las obras este verano, consta de un edificio de 56.000 metros cuadrados, 120 metros de largo y 35 de anchura, y 14 plantas, cuatro de ellas subterráneas. El proyecto entero se ha diseñado de manera digital empleando técnicas BIM, pero el equipo ha decidido ir una paso más allá e introducir la realidad virtual como un elemento más del proceso. “Desde que empezamos el proyecto lo hemos utilizado para enseñar el edificio, para entrar dentro del modelo y pasearte por dentro”, comenta Moran. Esto les ha permitido no solo enseñarlo de manera más atractiva, sino también “encontrar errores a cosas que solo ves que están mal cuando caminas por hasta, porque la visión es muy diferente”. Esta iniciativa también ha posibilitado implicar de manera mucho más activa a los médicos y enfermeros de Vall d’Hebron en el diseño de los espacios, lo cual les ha permitido “avanzar hacia un modelo de común acuerdo” que tiene más en cuenta las necesidades y usos diarios de los espacios. Moran lo ejemplifica con las salas del hospital de día, las cuales tienen que ser espacios más íntimos y lo suficientemente agradables para que los pacientes puedan pasar varias horas sentadas sin preocupaciones.

    L'enginyer Antonio Recio fa una demostració de la navegació amb realitat virtual per l'interior del model del nou edifici de Vall d'Hebron | Marc Vilajosana
    El ingeniero Antonio Recio hace una demostración de la navegación con realidad virtual por el interior del modelo del nuevo edificio de Vall d'Hebron | Marc Vilajosana

    Una transformación que reclama nuevo y viejo talento

    Toda esta transformación digital implica unos cambios en los procesos de trabajo que requieren necesariamente una adaptación de los profesionales de la construcción. Las metodologías BIM han hecho surgir un nuevo perfil cotizado, el de los BIT managers, los cuales son definidos por Martín como los “capitanes del barco” de esta nueva tecnología, ya que indican “cómo tenemos que hacer las cosas nuevas en un lenguaje que entendamos”. Este es, sin embargo, uno de los pocos nuevos perfiles que ha impulsado la transformación digital, la cual no demanda personas dedicadas exclusivamente a esta temática, sino una comprensión global a toda la empresa. “Con cada nueva tecnología aparece un nuevo nicho, pero el cambio y reto que afrontamos cala a fuentes a todos los estamentos”, asegura Durán. 

    Desde el punto de vista de las constructoras, Martín cree que hay que perder el miedo: “Sí que es cierto que, si lo puedes hacer de forma digital, serás más eficiente y harás más cosas con menos esfuerzo, pero tenemos que continuar haciendo lo que hacíamos hasta ahora. El jefe de obra continúa haciendo de jefe de obra”. “Podemos ser arquitectos 1.0, 2.0 o 3.0, pero sobre todo somos arquitectos, constructores o jefes de obras”, replica Durán.

    Durán: “Podemos ser arquitectos 1.0, 2.0 o 3.0, pero sobre todo somos arquitectos, constructores o jefes de obras”

    Aun así, los ponentes han hecho notar las dificultades con que se encuentran a la hora de buscar nuevo talento para incorporar a la empresa, y ven en las formaciones digitales una oportunidad para captar nuevos profesionales. “Hay que trabajar para romper el arquetipo de qué es la construcción”, reivindica Coloma, quien cree que si se visibilizan las nuevas actividades que aparecen con las tecnologías digitales, se puede conseguir que el sector sea atractivo para más gente. Una nueva formada de trabajadores que incluye las nuevas generaciones, de las cuales Martín valora positivamente que “la digitalización les viene sola”, ya que “quizás no conocen el software concreto, pero lo aprenden de forma muy rápida”. Pero no exclusivamente: Coloma ha hecho valer los perfiles séniores, aquellos que ya disponen de experiencia anterior al sector de la construcción u otros colindantes y que les interesa aprender sobre digitalización. “Es una oportunidad muy buena para reciclarse y cambiar de sector”, remarca.