
En este carrusel que es la vida, uno a menudo tiene la sensación de transitar de forma recurrente por los mismos escenarios, como en un déjà-vu periódico, o como en aquellos dibujos animados que empleaban el llamado repeating background, una técnica que hacía que los personajes se deslizaran sobre un fondo sin fin para ahorrar costes y horas de dibujo. Cómo no sentirse el Maguila Gorila o Pedro Picapiedra en un país donde políticos y medios confabulan para ir poniendo de moda temas de manera cíclica, para acabar aplicando aquello de quien-día-pasa-año-empuja y que nada cambie.
Si hace poco estaba sobre el mostrador de las ideas revenidas uno de estos asuntos guadianescos como es el traspaso de Rodalies, ahora toca volver a poner sobre la mesa el tema de la ampliación del aeropuerto de Barcelona cuando, por cierto, ni siquiera está finalizado el último proyecto de reforma (recordemos que la terminal satélite nunca pasó de ser un dibujo precioso sobre un papel). No es el objetivo de este escrito analizar pros y contras del proyecto de ampliación porque es un reto sumamente abstruso y nos haría falta hablar de vecinos de Gavà Mar y también de controladores aéreos, cosa que requiere cierto entrenamiento y alguna cobertura legal. Lo que nos interesa hoy es hablar del propietario del aeropuerto de El Prat, la empresa semipública Aena. Hace cerca de cinco años dedicamos esta pieza a hablar del entramado que es Aena y su máximo accionista, el ente público ENAIRE. Pasan tantas cosas, que ya es momento de actualizar aquel texto. La Aena de hoy es heredera del antiguo gestor Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, un ente del todo público que gestionaba aeropuertos y centros de control aéreo. En 2015 se privatizó parcialmente mediante una salida a bolsa que permitió al Estado captar 4.400 millones de euros a cambio de ceder el 49% del capital. Desde aquella salida, la acción se ha revalorizado casi un 275% (un 14% anual compuesto) o, lo que es lo mismo, el precio se ha multiplicado por 3,75 veces. Añadido a esto, entre 2015 y 2023 han repartido casi 4.900 millones de euros en dividendos, el 51% de los cuales han ido a los bolsillos del Estado. La propiedad de Aena, el Estado la ejerce a través de una empresa llamada Entidad Pública Empresarial ENAIRE, de la que es propietario único. Es el mismo estatus que tiene el operador ferroviario Renfe.
Según las cifras oficiales facilitadas por la misma Aena, en 2024 han facturado unos 5.800 millones de euros, para ofrecer un beneficio final de 1.934 millones. Lógicamente, la principal partida de los ingresos son los aeronáuticos (unos 3.200 millones, el 55%), pero no podemos olvidar los conceptos de carácter comercial, que son unos 1.800 millones de euros (duty free, restaurantes, tiendas, párquines, etc.). Hay que decir que Aena no sólo gestiona aeropuertos en España, porque también tiene unos cuantos en Brasil y uno en el Reino Unido (Luton). En cuanto al número de pasajeros, el aeropuerto líder es Madrid-Barajas, con 66,2 millones, por encima de los 55 millones de Barcelona. Aquí hay que decir que se sabe que una parte importante de los pasajeros del aeropuerto de la capital del Estado pasan porque están haciendo un tránsito, de manera que en realidad el aeropuerto de Barcelona lo supera si hablamos de destinos finales. No hay datos públicos, pero las estimaciones apuntan a que un 40% de los pasajeros que aterrizan y se elevan de Madrid están haciendo un enlace aéreo, mientras que en la capital catalana sólo son un 20%. Por detrás de Barcelona está el aeropuerto de Mallorca, con 33,3 millones de pasajeros, pero como Aena ofrece agrupadas las cifras de los ocho aeropuertos canarios (52,8 millones), los baleares caen al cuarto lugar del ránquing. El total de pasajeros de Aena es de 309,3 millones, por lo que entre El Prat y Son Santjoan totalizan casi un 30% de los desplazamientos.
Sería interesante analizar la cuenta de resultados aeropuerto por aeropuerto, así como el volumen de pasajeros de punto a punto (es decir, pasajeros totales restando los que se ven obligados a pisar aquel aeropuerto para hacer un tránsito), pero por alguna razón que se nos escapa, Aena no publica estos datos desde hace años (el presidente de la compañía, Maurici Lucena, dice que es para no dar pistas a la competencia, pero parece un argumento bastante extraño). Para conocer las cifras con este nivel de detalle, hay que viajar hasta el año 2014, la última vez que las publicaron. En aquel momento, los ingresos del aeropuerto de Barcelona eran de 722 millones de euros, con un beneficio de 340 millones. Por su parte, el de Mallorca ingresaba 277 millones con 159 de beneficios, mientras que Madrid-Barajas facturaba 934 millones, para ganar 28. El agregado de todo el sistema aeroportuario tenía unos ingresos de 3.122 millones, con unos beneficios de 652, por lo que se puede concluir que más del 75% de los beneficios los generaban exclusivamente Barcelona y Palma.
En 2014, el agregado de todo el sistema aeroportuario tenía unos ingresos de 3.122 millones con unos beneficios de 652, por lo que más del 75% de los beneficios los generaban exclusivamente Barcelona y Palma
Dejando los números y echando un vistazo a la parte política de la empresa, vemos que su consejo de administración está formado por las siguientes personas:
- Maurici Lucena Betriu, como presidente y consejero delegado. Designado por el gobierno como accionista mayoritario de la empresa
- Jaime Terceiro Lomba, como vicepresidente primero. Consejero independiente
- Javier Marín San Andrés, como vicepresidente segundo. Consejero ejecutivo
- Beatriz Alcocer Pinilla, consejera por parte de ENAIRE
- María Carmen Corral Escribano, consejera por parte de ENAIRE
- M. del Coriseo González-Izquierdo Revilla, consejera independiente
- Manuel Delacampagne Crespo, consejero por parte de ENAIRE
- Ángel Faus Alcaraz, consejero por parte de ENAIRE
- Leticia Iglesias Herraiz, consejera independiente
- Amancio López Seijas, consejero independiente
- Angélica Martínez Ortega, consejera por parte de ENAIRE
- Ainhoa Morondo Quintano, consejera por parte de ENAIRE
- Juan Río Cortés, consejero independiente
- Ramon Tremosa i Balcells, consejero independiente
- Tomás Varela Muiña, consejero independiente
Recordemos que se llaman consejeros dominicales los que han sido designados por alguno de los accionistas importantes, los independientes son los que no tienen vínculos con los accionistas, sino que son miembros del consejo por méritos profesionales, mientras que los ejecutivos son profesionales que trabajan en la empresa.
A final del año natural 2024, el máximo accionista de Aena, como ya se ha dicho, era el ente público ENAIRE, con un 51% del capital. El segundo máximo accionista, con un 6,3% de la empresa era Christopher Anthony Hohn, como responsable del fondo de inversión TCI Fund Management (proviene de The Children's Investment Fund Foundation, una entidad benéfica destinada a los niños y a combatir el cambio climático que fundó el mismo Hohn junto con su mujer, Jamie Cooper-Hohn). El fondo gestiona un patrimonio de unos 44.000 millones de dólares. El tercer máximo accionista, en la fecha indicada, era el fondo BlackRock, con un 3,8% del capital. Ninguno de estos fondos ha nombrado consejeros a la compañía.
Más allá de los detalles del gestor aeroportuario, y volviendo al aeropuerto de Barcelona, ahora lo que toca es estar atentos a las decisiones que se tomen o dejen de tomar sobre esta supuesta ampliación de las pistas. Cuesta vislumbrar si el debate es fundamentado, o bien el proyecto volverá a pasar como una calentura más de este verano que se acerca.