
El mismo año en que Barcelona se ha coronado como la ciudad más masificada de turistas del mundo, a los catalanes les resulta más difícil que nunca viajar por su propia casa. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), en solo cuatro años, los hoteles españoles han aumentado un 55,4% sus precios. Un repunte que aún se nota más en el territorio: de los 158 euros de media estatal, en Barcelona la tasa roza los 200 euros (195 euros por noche). Y no es una dinámica exclusiva de la capital, porque en Cadaqués el precio de alquiler de un piso de 50 metros a la semana ya sube hasta 1.500 euros por los 1.200 que costaba hace solo un año, según Tecnitasa. Además, el alojamiento rural catalán también se encuentra un 13% por encima del dato español, tal y como recoge un informe de Toprural.
En el caso de los residentes del Estado que buscan veranear en Catalunya, hay que sumar otra complicación como es el precio del avión. La agencia de viajes Destinia calcula que ha repuntado un 22%, mientras que encontrar un alojamiento es un 30% más caro que antes. Con todo, veranear hoy en Catalunya se ha convertido prácticamente en un lujo en contraste con ir de vacaciones al extranjero. No se trata de ninguna moda, sino de la alternativa para aquellos que no pueden costear viajes de este tipo.
"Hablas con los hoteles y te explican que no están tan llenos como años anteriores, pero nosotros estamos haciendo más viajes", asegura a VIA Empresa Pau Sendra, CEO de Waynabox. Esta empresa catalana se dedica a organizar paquetes de viajes sorpresa al extranjero y confirma el cambio de preferencia entre su cliente nacional, el principal perfil de consumidor del que disponen.
Más allá de grandes reclamos como Oporto, Londres o Milán, Waynabox también ofrece vacaciones en ciudades costeras. Es decir, allí donde se concentra el 50% del turismo internacional de todo el planeta, tal como explicaba este jueves Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco. En estos lugares la tendencia es totalmente opuesta. "Sale más barato ir al extranjero. Hemos conseguido precios un 4,5% más baratos en julio y un 5% en agosto", explica Sendra, que atribuye el hecho a los acuerdos que ha alcanzado su empresa con ciertos establecimientos. Ahora bien, no lo considera un caso aislado en el sector: "Quizás nosotros hemos mejorado a la hora de negociar, pero no habría sido posible si los precios hubieran aumentado un 30%".
Valls considera "muy bueno" que el importe de las vacaciones en Catalunya aumente siempre que se traduzca en un incremento de la calidad
Por su parte, el profesor y periodista Josep-Francesc Valls recuerda que la forma de reservar el viaje entre lugares extranjeros y catalanes lo determina todo. "El modelo de viaje al extranjero más habitual es hacerlo a través de agencia o turoperador", señala. Es una diferencia que se puede observar no solo a la hora de buscar un alojamiento, sino en las mismas actividades. "Cuando cogemos un bus para visitar, por ejemplo, la costa Amalfitana, acabamos turoperizando indirectamente, porque lo hacemos con un grupo, aunque no lo hayamos escogido. Todo ello sale más barato que hacer el viaje por tus propios medios", agrega.
Valls considera "muy bueno" que el importe de las vacaciones en Catalunya aumente siempre que se traduzca en un incremento de la calidad. Una condición sine qua non que defiende que se está cumpliendo. "Los servicios de turismo interior en Catalunya están mejorando en sí mismos; por lo tanto, considero que está muy bien que se incrementen los precios", concluye.
El pago fraccionado, otra alternativa
Pero no todo el mundo está dispuesto a renunciar a unas vacaciones en la Costa Brava. Por eso, hay quien recurre a otra moda: la financiación. La forma en que reservamos las vacaciones ha ido cambiando con el paso de los años. "El cliente de aquí ha reservado con más antelación, de forma que se ha asegurado unos precios mejores. Nuestra media es de nueve semanas, el doble que hace dos años", explica Sendra. Nuevamente, no es un caso aislado.
Por otro lado, según un estudio de la Universidad Internacional de Valencia, el 20% de los residentes en el Estado que van de vacaciones las han financiado. En Waynabox duplican la cifra: en un año, han pasado de un 23% al 40%. "Incluso, la cifra ya supera la del cliente italiano (30-35%), que tiene más cultura de financiación que el español porque este método se introdujo allí antes", remarca Sendra.
Sendra (Waynabox): "Hoy en día, la generación Z y los millennials lo financian todo: a veces, incluso un café"
Fuentes del sector turístico apuntan a VIA Empresa que todo ello podrían ser "pequeñas pistas" de una crisis cercana. "Se está hablando bastante en el sector de que está subiendo bastante el negocio de los micropréstamos y hay más microeconomía en cash", comentan. Sendra está de acuerdo: "Hoy en día, la generación Z y los millennials lo financian todo: a veces, incluso un café".
Quien no coincide del todo es Valls. El profesor sostiene que el endeudamiento "no prosperará extraordinariamente", aunque concede que el turismo se ha convertido en un "bien de primera necesidad" desde principios de siglo. "Cuando tienes un bien de necesidad, al principio le dedicas un 12-15% de tu presupuesto. A medida que no llegas, no te lo cargas, sino que lo vas reduciendo", explica. Este ahogo por poder pagar unas vacaciones ha derivado en préstamos que tan bien funcionan en las agencias de viajes. Hoy por hoy, el único salvavidas del turismo catalán... para los catalanes.