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Benson y Bill: la caída de los hermanos Ford

El miedo a que los Ford fueran desplazados de la empresa había producido una estructura defectuosa que amenazaba con socavar el liderazgo de Henry II

En esta cuarta entrega de la familia empresaria Ford, salen con dramatismo las tensiones latentes | Europa Press
En esta cuarta entrega de la familia empresaria Ford, salen con dramatismo las tensiones latentes | Europa Press
Jordi Tarragona | VIA Empresa
Consejero de familias empresarias
13 de Agosto de 2025 - 05:30

Benson dijo: "Tengo que salir de aquí. Todo el mundo está esperando que mi abuelo se muera". Permaneció sentado, aceptando alegremente ser dominado, al igual que de pequeño, por Henry II. Cuando su hermano Bill cumplió 21 años, visitó al abogado de la familia Ford para informarse sobre su situación financiera. Había un fideicomiso hasta que cumpliera 35; exigió el dinero y lo obtuvo. Eleanor le dijo: "Henry, por ser el primogénito, probablemente será el jefe. Pero Benson y yo nos sentaremos a su lado: su mano derecha y su mano izquierda, sus hermanos menores, en quienes podrá confiar". Sin embargo, este tipo de arreglo estatutario no tenía mucho atractivo para Henry II, que ya había comenzado a sentir el poder de su nombre.

 

En Henry II, el aspecto reprimido de su temperamento —festivo y amante de las diversiones—, continuaba emergiendo súbitamente. Tenía un carácter mucho más similar al de su abuelo que al de su padre y se veía obligado a actuar como si fuera mayor de lo que era en realidad. En el fondo, sin embargo, mantenía una vulnerabilidad: una falta de madurez no resuelta. Continuó la tradición de su abuelo, haciendo de anfitrión en un desayuno diario de mesa redonda en la Rotonda.

Bill intentó hablar con Henry en una reunión familiar, pero Henry II no le ofreció ayuda; era como un «dios relojero» de la compañía: había dado cuerda y se había sentado, dejando girar los engranajes y esperando el resultado.

 

Resultaba irónico que, justo en el momento en que las acciones de la Ford se vendían al público y la empresa se reorganizaba según los patrones de la General Motors —finalizando así su trayectoria como negocio familiar en el sentido que lo había sido durante más de medio siglo—, el drama familiar que conducía al aislamiento de Benson y Bill llegara también a su desenlace. Ambos observarían ahora los acontecimientos de la empresa desde la periferia, sosteniendo un trago mientras se dejaban deslizar hacia el alcoholismo.

Bill, el de las grandes realizaciones dentro de la familia, inició el camino hacia una larga noche del espíritu, en la que llegaría a conocer sus límites más bajos. En 1957, Benson sufrió, con 39 años, un ataque al corazón que, según los médicos, tenía origen en un defecto congénito; pero los amigos de la familia creían que había sido provocado por su convicción de que, fueran cuales fueran los cargos honoríficos que Henry le ofreciera en el futuro, su carrera en la Ford estaba acabada.

Justo cuando las acciones de la Ford se vendían al público y la empresa se reorganizaba según los patrones de la General Motors, el drama familiar que conducía al aislamiento de Benson y Bill también llegó a su desenlace

Cuando Eleanor preguntó a Bill y Benson por qué no ayudaban más a Henry, respondieron: "Porque no quiere que le ayudemos".

Henry II había cargado sobre sí la tarea de salvar la compañía para su familia y purgarla de una personalidad directiva. Pero había terminado por apartar a su propia familia y por llenar la empresa con su personalidad. El miedo a que los Ford fueran desplazados de la firma —superior al temor de que un único Ford reinstaurara el culto a la personalidad— había producido una estructura defectuosa que amenazaba con socavar su liderazgo. Se había resignado al hecho de que la compañía nunca volvería a poner en peligro real a su rival.

Benson carecía de toda influencia real y ocupaba una degradante posición como presidente de la Junta de Política de Distribución. A pesar de tener poco más de 40 años, tenía un corazón débil, bebía demasiado y, en palabras de un amigo, "se estaba simplemente pudriendo". Sin perspectivas en la empresa, se refugió en el yate. Todo lo que quería estaba en la compañía, y no podía tenerlo. Eso era lo que le carcomía.

Podemos plantear cuestiones como: ¿es antes la empresa o la familia? ¿Tenemos un liderazgo autoritario o colaborativo? ¿Qué consecuencias familiares pueden tener las decisiones empresariales?

Bill fue nombrado director del Departamento de Diseño, cuya importancia e influencia era equivalente a la de Benson. Comprendiendo que siempre tendría el camino cerrado dentro de la empresa, optó por retirarse. Era alcohólico, al igual que Benson, pero con una diferencia: su entrega a la bebida fue un proceso consciente. Cuando era joven, siempre había pensado que la Ford Motor Company era su destino. Ahora la veía como un hado maligno contra el que se sentía impotente.

Solo quedaba Henry II. Era el único Ford.

En esta cuarta entrega de la familia empresaria Ford, surgen con dramatismo las tensiones latentes. Henry II asume un liderazgo mesiánico, en vez del colaborativo que deseaba la madre; la empresa familiar se convierte en fuente de angustias personales; la empresa crece a costa de la familia. Podemos plantear cuestiones como: ¿es antes la empresa o la familia? ¿Tenemos un liderazgo autoritario o colaborativo? ¿Qué consecuencias familiares pueden tener las decisiones empresariales? ¿Tiene la primogenitura preferencia en el relevo?