Biogen y Reata, a la caza de las dolencias minoritarias

El gran reto de las dos empresas es encontrar la solución al Alzheimer

Imagen de un laboratorio | iStock Imagen de un laboratorio | iStock

A menudo se dice que las dolencias raras son el pariente pobre de las patologías, porque la mayoría de los recursos a la investigación, con un criterio economicista, van a parar a las dolencias que afectan un número masivo de personas. Pero no siempre es así, porque, en los últimos días, el sector farmacéutico está muy movido por una oferta multimillonaria que una compañía que busca la manera de curar patologías muy conocidas cómo es el Alzheimer, ha hecho para quedarse una de más pequeña que trabaja en el ámbito de las dolencias raras. Los protagonistas de la historia son las firmas Biogen y Reata Pharmaceuticals, a las que presentaremos a continuación. La primera de ellas es la empresa resultante de la fusión, en 2003, de la Biogen original (fundada en Suiza en 1978) con un spin-off de la University of California-San Diego llamada IDEC Pharmaceuticals.

A menudo se dice que las dolencias raras son el pariente pobre de las patologías, porque la mayoría de los recursos a la investigación, con un criterio economicista, van a parar a las dolencias que afectan un número masivo de personas

Gracias a la fusión nació la tercera compañía del mundo de biotecnología, valorada en aquel momento en 6.800 millones de dólares (formalmente, la compra fue una adquisición de Biogen por parte de IDEC). En la actualidad, su campo de investigación es la neurología, la neuropsiquiatría, la inmunología especializada y, en un grado más bajo, las dolencias raras. Su gran reto, y parece que van por el buen camino, es encontrar la solución en la dolencia que hoy en día llena tantas páginas en los medios denominada Alzheimer. Estos adelantos en la lucha contra una patología tan temible se podrían ver frenados si el músculo financiero de la compañía flaquea, cómo parece que está sucediendo en la actualidad. Acaban de anunciar 1.000 despidos para mirar de adelgazar la estructura.

Al frente de la empresa hay Christopher A. Viehbacher, presidente y CEO, un fichaje reciente que podríamos calificar de estelar porque viene de ocupar cargos muy relevantes en dos gigantes del sector farmacéutico cómo son Glaxo y Sanofi. También ha fundado un fondo de inversión en biotecnología. Cómo es habitual en el mercado de los Estados Unidos, la firma tiene como principales accionistas a una constelación de fondos de inversión, liderados por Primecap Management, que posee un 10% del capital (se trata de un vehículo inversor fundado en la década de los ochenta en California y que gestiona 117.000 millones de dólares). Sus ventas están alrededor de los 10.000 millones de dólares (un 80% procedente de la venta directa de fármacos y un 15% correspondiente a productos licenciados) y consiguen beneficios por encima de los 2.000 millones. Antes hablábamos de sus expectativas contra el Alzheimer, y es que a comienzos de este año el regulador americano (la FDA) les aprobó un fármaco llamado Lecanemab (Leqembi cuando se comercialice), que han desarrollado conjuntamente con los japoneses de Eisai. Este nuevo producto está indicado para las fases tempranas de la dolencia e intentará triunfar donde otros han fracasado, es decir, en la eliminación directa de los grumos que forman la proteína beta amiloide, causante del mal.

Reata Pharmaceuticals es una compañía fundada en el año 2002 en Texas y con el paso del tiempo se ha especializado en la investigación de fármacos antiinflamatorios y antioxidantes

Antes hemos dicho que Biogen opera tangencialmente en el ámbito de las dolencias raras y es aquí donde encaja la compra de Reata Pharmaceuticals, especialistas en este tipo de patologías. Esta es una compañía más joven, porque fue fundada en el 2002. Con sede en el estado de Texas, ellos se han especializado en la investigación de fármacos antiinflamatorios y antioxidantes. En la actualidad están del todo focalizados en una patología llamada Ataxia de Friedreich, de carácter neurodegenerativo y que normalmente se manifiesta por herencia genética. Se cree que afecta unas 22.000 personas en todo el mundo. Su producto, ya aprobado por la FDA, se llama Skyclaris y tanto él cómo sus prometedoras líneas de investigación son los que han provocado que Biogen se haya decidido a pagar 7.300 millones de dólares para quedarse con la totalidad del capital de la empresa. Para hacerlo (la oferta ya ha sido aceptada) ha habido que convencer los accionistas de Reata mediante una prima muy generosa del 59%, es decir, el comprador abona a los accionistas el precio a qué Reata estaba cotizando en bolsa, más un 59% adicional. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de accionistas de la compañía son fondo de inversión, la principal voluntad de los cuales es obtener una buena rentabilidad, todos ellos han visto con buenos ojos la oferta y han decidido vender, sobre todo porque Reata solo factura 50 millones de dólares y, de momento, no hace más que perder dinero. Ojalá el olfato de los gestores y estrategas de Biogen sea el correcto y la firma que han comprado esté en el camino de empezar a encontrar solución en las dolencias raras sobre las cuales hace investigación.

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