
Las plataformas de movilidad Cabify, Uber y Bolt han afirmado que "todos pierden" con la propuesta de ley de transporte en vehículos de hasta nueve plazas presentada en Catalunya, conocida como ley del taxi, registrada este jueves en el Parlament con la previsión de que entre en vigor en 2026.
A su parecer, los ciudadanos "van a ver cómo empeora la endémica escasez de alternativas de movilidad en Barcelona", y han alertado de los 4.000 puestos de trabajo directos que el sector asegura que se perderían si el texto se convierte en una realidad, informan en un comunicado publicado también este jueves. "Los VTC no compiten con el taxi: lo complementan. La mejor prueba de ello es que taxis y VTC conviven en nuestras plataformas ofreciendo un gran servicio a ciudadanos y turistas que cada vez más huyen de la mano alzada y optan por pedir su viaje a través de una aplicación móvil", han argumentado las tres plataformas.
Los firmantes han destacado que en la capital catalana "no sobran VTCs, sino que faltan taxis y VTCs", alegando que Barcelona es, textualmente, la ciudad con un menor ratio de VTCs y taxis por 1.000 habitantes de Europa (3,4 vehículos). Esta cifra es 2,1 puntos por debajo de París (5,5), menos de la mitad que Lisboa (8,5) o Amsterdam (8,5) y muy lejos de la oferta disponible en ciudades como Nueva York (12,3) o Londres (11,9), llegando a triplicar los tiempos de espera.
Es por ello que han pedido al Govern y a los grupos parlamentarios que "reconsideren sus planes" sobre el texto, registrado en el Parlament por parte de PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP, y trabajar con el sector de los VTC en una ley que fomente la electrificación de las flotas y la llegada del coche autónomo.
Una ordenación del sector
La nueva normativa pretende ordenar el sector y establecer funciones en cada tipo de servicio: taxis, vehículos de transporte con conductor (VTC), limusinas y los vehículos de Alta Disposición, una nueva modalidad con una función similar a los VTC clásicos.
Da mucho más peso al taxi, considerándolo un servicio estructural para complementar el transporte público, con un régimen tarifario oficial fijado por las administraciones competentes y con la obligación de no rechazar el servicio excepto por motivos justificados.
Por contra, la nueva normativa comportará la desaparición progresiva de los VTC al no renovar las licencias que irán caducando y solo otorgar nuevos permisos temporales en caso de que los taxistas no puedan atender la demanda de los usuarios.
Otro de los aspectos que incluye la nueva normativa es la exigencia de un nivel mínimo de catalán a los conductores. En el texto base se comtempla un nivel equivalente al B1, pero algunos partidos políticos favorables a la ley, como ERC y Junts, buscarán subirlo hasta un nivel B2 a través de enmiendas.
Una ley celebrada por los taxistas
En la rueda de prensa celebrada este jueves para presentar la tramitación parlamentaria de la ley también ha participado el portavoz de Élite Taxi, Tito Álvarez, que ha celebrado que se trata de una ley "pionera en todo el mundo" que se ha logrado gracias a las movilizaciones constantes de los taxistas y al diálogo con los grupos parlamentarios.
Asimismo, ha defendido que no quiere que nadie se quede sin trabajo, al contrario, sino que aboga por que los conductores de VTC se conviertan en taxistas y trabajen bajo la misma regulación en un sector que ha definido como "digno", seguro y que respeta las condiciones laborales.