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Patatas fritas catalanas, un universo familiar

Una de las firmas catalanas estrella del ecosistema de la empresa familiar es el fabricante de 'snacks' Frit Ravich, de la mano de Judith Viader Codina

Frit Ravich cuenta con una plantilla de 1.200 trabajadores | ACN
Frit Ravich cuenta con una plantilla de 1.200 trabajadores | ACN
Roger Vinton
Escritor
19 de Septiembre de 2025 - 05:30

En los últimos años, una de las firmas catalanas estrella del ecosistema de la empresa familiar es el fabricante de snacks Frit Ravich, que de la mano de Judith Viader Codina (1968, segunda generación) ha experimentado un crecimiento muy meritorio. Es, sin duda, la marca que más resuena de este segmento, pero no es la única con sede en Catalunya, porque existe un pequeño núcleo de empresas dedicadas a este tipo de producto. Hoy hablaremos precisamente de esto.

 

A finales de la década de los ochenta se produjo una operación corporativa muy destacada en el sector que nos ocupa, cuando la histórica Rosdor, de la familia Seuba, fue adquirida por Fosforera Española, el brazo inversor e industrial del clan Fierro. El vendedor, Francesc Seuba -segunda generación de la empresa- cobró algo más de 1.000 millones de pesetas por deshacerse del 70% de la compañía. 

En aquel momento, la firma igualadina era la tercera del panorama estatal, con un 15% del mercado (el 25% en Catalunya), a mucha distancia del gigante Matutano, que copaba la mitad de las ventas del sector. Poco después, el paquete de Fosforera pasó a manos de sus socios de United Biscuits, una multinacional inglesa dedicada a la fabricación de galletas. En 1993, Seuba utilizó parte del dinero ingresado para crear una marca de paellas precocinadas, la muy conocida Paellador, habitual en muchos bares y restaurantes de la costa catalana. Pero esto es otra historia.

 

En 1993, Seuba utilizó parte del dinero ingresado para crear una marca de paellas precocinadas, la muy conocida Paellador, habitual en muchos bares y restaurantes de la costa catalana

Por su parte, Rosdor continuó su trayectoria, y una vez en manos de United Biscuits tuvo como accionista a Larios a través de una joint venture entre ambas. La empresa española de licores buscaba desesperadamente una manera de seguir anunciándose cuando llegaron las restricciones a la publicidad de bebidas alcohólicas. No fue este el último viaje, porque en 1995 la empresa pasó a ser propiedad de Galletas Siro, que con el tiempo acabaría cerrando la fábrica histórica de Igualada y diluyendo la marca entre su cartera de productos. 

Por cierto, antes hemos mencionado a Matutano, la compañía de la familia homónima y gran dominador del mercado durante décadas. Pues bien, también protagonizó una operación corporativa de grandes dimensiones, cuando en la década de los setenta fue adquirida por la multinacional americana Pepsico, mediante su participada Frito-Lay.

Otro clásico del sector, y aún familiar, es Leng d’Or, que está en manos de la familia Ruz. El negocio comenzó a andar en 1964, cuando Apolo Ruz Martínez se inició en la fabricación de snacks. Después de su muerte, en 2021, el negocio pasó a manos de su hijo, Apolo Ruz García. La sede de la empresa está en Castellbisbal (Vallès Occidental) y la facturación se eleva por encima de los 60 millones de euros, buena parte correspondiente a fabricación para terceros de todo el mundo. Curiosamente, a pesar de tener la sede en Catalunya desde hace más de seis décadas, la página web corporativa se encuentra en castellano, inglés, portugués y chino, pero no en catalán.

Si saltamos del Vallès al Garraf, nos encontramos con Patates Piqué, muy habituales en los lineales de los grandes hipermercados y que aparte de patatas comercializan otros componentes de los aperitivos, como cortezas, aceitunas, corazones de alcachofa, yemas de espárrago, conservas, vermuts, cerveza y algunos productos más. La empresa, que está en manos de la familia Ferré, crece cada año y ya tiene unas ventas de 2,8 millones de euros. El fundador, Marcel Ferré, había trabajado en la tienda de comestibles de su padre, un negocio que reconvirtió en una distribuidora de alimentación, donde más tarde nacerían las Patates Piqué. La denominación no tiene ninguna vinculación con la familia, sino que proviene de la antigua Cafès Piqué, de Reus.

Otro cambio de propiedad reciente es el de la berguedana Liven, que en 2022 fue adquirida por Paulig, una multinacional con sede en Finlandia con orígenes en 1876. Se da la circunstancia de que Liven son los titulares de la marca Kikos, denominación tradicional de uno de los aperitivos fritos más conocidos. Hasta la compra, los accionistas de la firma catalana eran las familias Montagut, Casals, Costa y Clavell. Hoy en día, las ventas de la empresa alcanzan los 85 millones de euros, a la vez que el negocio proporciona trabajo a unas 330 personas. Con la nueva propiedad, se ha mantenido en funcionamiento la fábrica de Berga, mientras que la sede se encuentra en Sant Cugat del Vallès.

Seis décadas más tarde, Frit Ravich es gestionado por la hija del fundador, Judith Viader, y sus ventas ya superan los 330 millones de euros

Y del Vallès, volvemos a la costa para visitar Patatas Torres, que tienen su origen en Premià de Mar (Maresme). Se trata de una empresa con raíces en 1969, cuando Manuel Torres y Ángeles Medel pusieron en marcha una pequeña churrería en el pueblo. En la década de los ochenta, la churrería original se transformó en un punto de venta porque la producción, para atender a las peticiones crecientes de la demanda, se tuvo que trasladar a una planta en un polígono industrial cercano. 

Si de algo pueden presumir en la casa, es del prestigio de su producto, que ha recibido un buen puñado de premios fruto de su calidad artesanal. Con el siglo XXI llegó la internacionalización y también la ampliación en la gama de productos hacia el segmento de los frutos secos. En la actualidad, la sede del negocio está en Montmeló (Vallès Oriental), facturan más de 10 millones de euros y dan trabajo a unas sesenta personas. Los accionistas son Jordi Garcia Lascorz y Ramon Llagostera Español, este último, propietario de la Bodega Mas Doix, del Priorat.

Para cerrar esta excursión por el mundo de los snacks, volvemos al principio de todo, a Frit Ravich, la empresa de más éxito del sector y que tiene la sede en Maçanet de la Selva. El negocio nació en 1963 fruto de la iniciativa de Josep Maria Viader y con la compañía de Ismael Viader, Joaquim Rey y Lluis Tornil. El objetivo era la fabricación y distribución de patatas fritas. Seis décadas más tarde, el negocio es gestionado por la hija del fundador, Judith Viader, y sus ventas ya superan los 330 millones de euros. La cartera de productos se ha ampliado con los snacks y los frutos secos. Como decíamos antes, Frit Ravich es a menudo puesta de ejemplo como modelo de éxito.