
Albóndigas con salsa, tortilla de patatas y cebolla o paella mixta son solo algunos de los numerosos platos que encontramos en el supermercado Mercadona cuando vamos a hacer la compra. La tentación está ahí, y cada vez más caemos en ella sin remordimientos. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el consumo de estos platos ya es un 90% superior a la frecuencia recomendada, y el 80% se consumen dentro de casa. La comida preparada ha dejado de ser un recurso esporádico para convertirse en un hábito de nuestra rutina alimentaria.
Este cambio de paradigma se refleja en los datos oficiales. El consumo de platos preparados ha crecido un 48% en solo dos años, según la consultora Kantar Worldpanel. En paralelo, el último Informe de Consumo Alimentario publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, señala que Catalunya lidera la clasificación estatal en consumo de comida precocinada. Durante 2023, cada catalán consumió, de media, casi 21 quilogramos de platos preparados, una cifra muy por encima de los 16 quilogramos de media estatal y más del doble que en Galicia, la comunidad con el consumo más bajo.
Los datos confirman que el fenómeno no es homogéneo en todo el Estado, sino que presenta diferencias territoriales significativas, probablemente vinculadas a factores como el ritmo de vida, la composición de los hogares, la cultura gastronómica o la densidad urbana. Este liderazgo catalán en el consumo de comida instantánea puede interpretarse como un indicador de cambio cultural, en el que la cocina tradicional cede espacio a la conveniencia, y el supermercado se convierte en un actor central en la gestión del tiempo y de la alimentación cotidiana.
El consumo de platos preparados ha crecido un 48% en solo dos años, según Kantar Worldpanel
Mercadona ha sabido leer esta tendencia con precisión quirúrgica, y desde el año 2018 convierte la comida lista para servir en un activo estratégico. Con 1.260 puntos de venta (1.200 en España y 60 en Portugal), el supermercado lidera el consumo de platos preparados, incluso compitiendo con gigantes como McDonald's: el 10,2% de las ocasiones de consumo de hamburguesa ya se hacen en Mercadona, solo por detrás del 19,5% de McDonald's, tal como afirma un informe de Kantar Worldpanel.
Lidl, Alcampo y Carrefour, a remolque
Superar con creces la tímida apuesta de otros supermercados e hipermercados que apenas comienzan a ampliar sus secciones de platos envasados, ha sido posible también gracias al auge de la era de la conveniencia. Juan Roig, presidente de Mercadona, ya lo dejó bien claro durante la última presentación de los resultados de la cadena: “La cocina desaparecerá de las viviendas a mediados del siglo XXI”, aseguró. Y aunque aún no hemos llegado a este extremo, lo cierto es que el segmento Listo para Comer ha crecido un 49% en valor en los últimos tres años y ya genera beneficios para la compañía, consolidándose como una línea de negocio rentable y estratégica.
Según un informe de la OCU, Mercadona destaca no solo por su amplia oferta de platos preparados, sino también por la calidad nutricional de algunos de sus productos estrella. La empanada de atún ha sido valorada como la mejor opción del catálogo, que reconoce su masa crujiente, relleno jugoso, ausencia de aditivos artificiales y una relación calidad-precio excelente. También sobresale el pollo teriyaki con arroz, carne tierna, salsa equilibrada y un perfil nutricional completo, ideal para quien busca sabor y practicidad sin renunciar a la calidad.
Pero como decía unas líneas más arriba, la cadena valenciana no corre sola en la carrera de la comida preparada. Hay otros como Lidl, Carrefour y Alcampo que han comenzado a reforzar sus estrategias para captar al consumidor que busca conveniencia, sabor y rapidez. Lidl, por ejemplo, lanzó su línea Listo para Comer en 2020, y desde entonces ha ampliado la oferta con platos calientes y fríos elaborados al momento. Según un comunicado de prensa de la cadena, el precio medio de sus platos se sitúa entre 1,19 euros y 2,99 euros, muy por debajo del coste de un menú convencional. Wraps de falafel, risottos vegetales o croquetas de jamón ibérico son algunos de los productos estrella. Además, la empresa destaca el uso de envases reciclables y la preparación diaria en la tienda como valor diferencial.
Catalunya lidera la clasificación estatal en consumo de comida precocinada. Durante 2023, cada catalán consumió, de media, casi 21 quilogramos de platos preparados
Carrefour, por su parte, ha apostado por una estrategia más diversificada. Según su Informe Trimestral Q1 2025, la marca propia representa el 38% de las ventas alimentarias en el Estado. La línea La cocina de Carrefour, también lanzada en 2020, incluye platos como wok de tallarines con pollo al curry, codillo de cerdo o ensalada rusa, y se ha reforzado con descuentos del 15% para los clientes que dispongan de la tarjeta PASS. Además, la compañía ha registrado un aumento del 19% en las ventas en línea de productos alimentarios, evidenciando una apuesta clara por la omnicanalidad.
A pesar de ser más discreto, Alcampo ha iniciado una transformación con el modelo El Bistró, una propuesta híbrida entre supermercado y restaurante. Los datos de la cadena francesa prevén un incremento de hasta el 20% en las ventas de platos preparados a lo largo de las campañas clave del año. Con platos como menestra de verduras, fideuá de marisco o pasta con salsa, Alcampo busca adaptarse a los gustos locales y ofrecer una experiencia gastronómica dentro del punto de venta que llegue a más de 30 hipermercados durante los próximos años.
Más allá de la conveniencia
Pero a pesar de su conveniencia, los platos preparados presentan desafíos importantes. Patricia Martínez, nutricionista de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), explica en un artículo que muchos de estos productos presentan un alto contenido en sodio, grasas saturadas y aditivos, y carecen de fibra y micronutrientes esenciales. Su consumo habitual puede contribuir a problemas como la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares. Además, el embalaje —mayoritariamente plástico— genera una huella ambiental significativa. Por ello, Martínez recomienda elegir opciones con etiquetado claro, priorizar ingredientes de calidad y combinarlos con alimentos frescos como frutas y verduras.
En definitiva, la frontera entre supermercado, hipermercado y restauración se difumina cada vez más con casos como Mercadona, Lidl, Alcampo o Carrefour. La era de la conveniencia no es solo un nuevo concepto que habría que añadir al diccionario de la gastronomía catalana, sino también una tendencia de consumo que reconstruye el mercado alimentario y desafía la cocina tradicional. El futuro no solo implica comprar alimentos, también pide comprar tiempo, comodidad y practicidad.