Exdecano del Colegio de Economistas de Catalunya

Catalunya 2050: nos estamos envejeciendo

17 de Octubre de 2025
Francesc Raventós | VIA Empresa

Catalunya tiene 8,1 millones de habitantes y una de las esperanzas de vida más altas de Europa: 81,3 años los hombres y 86,5 las mujeres. Una de las características de la demografía catalana, española y europea es el envejecimiento de la población. En 2001, el 17,4% de la población catalana tenía más de 65 años; en 2024, el porcentaje es del 19,5%, y se estima que en 2050 estará en torno al 29%. En España, por cada persona mayor de 65 años, hay 2,6 personas en activo; pero en 2050, por cada jubilado, se estima que solo habrá 1,6 personas en edad de trabajar.

 

El envejecimiento de la población responde básicamente a tres factores: el incremento de la esperanza de vida, la disminución de la natalidad y los flujos migratorios. Dada la baja natalidad a pesar de las políticas que intentaran fomentarla, Catalunya necesita que venga población de fuera en edades activas que aporten vitalidad a la sociedad, a la economía y enriquezcan la diversidad cultural.

Catalunya tiene una de las esperanzas de vida más altas de Europa: 81,3 años los hombres y 86,5 las mujeres

El alargamiento de la expectativa de vida es un éxito de la humanidad. Pero los datos demográficos nos dicen que el envejecimiento de Catalunya, España y Europa es inevitable, a pesar del fomento de la natalidad y los flujos migratorios. Y el envejecimiento tiene su coste. Según CaixaBank Research, el gasto público relacionado con el envejecimiento -sumando pensiones, sanidad y cuidados- pasaría en España del 20,3% del producto interior bruto (PIB) en 2022 al 25,5% en 2050.

 

La inmigración tiene un impacto positivo en la creación de riqueza, pero además rejuvenece, aporta vitalidad y visión global. Catalunya necesita la llegada de población extranjera joven, activa. Y cuanto mejor formada, mejor. Pero, el número de inmigrantes que hará falta dependerá de la coyuntura económica, de las demandas de la sociedad y de los sectores productivos, así como de la obligación moral de acoger por causas humanitarias. 

El envejecimiento de la población conllevará un cambio profundo en el funcionamiento de la sociedad, en la economía, el trabajo, el sistema educativo, el sanitario, el ocio, la atención a la infancia, a las personas mayores y a la cultura catalana que será más plural.

Para poder mantener en el futuro el actual modelo de bienestar, es necesario tomar medidas difíciles ya desde ahora mismo aprovechando que la economía está en una fase expansiva. Es necesario adaptar el modelo productivo, las políticas sociales, las de integración de los inmigrantes y disponer de la financiación necesaria para hacerlo. Esto quiere decir aumentar la productividad haciendo una fuerte inversión en capital humano, avanzar hacia los sectores productivos que crean más valor añadido y usar a fondo las nuevas tecnologías.

El objetivo es conseguir, ahora y en el futuro, una sociedad de progreso económico y social, cohesionada, que minimice las desigualdades y facilite la integración de los recién llegados a la sociedad catalana. Catalunya está envejeciendo, por eso necesita anticiparse a los cambios y tomar decisiones que nos garanticen un futuro de bienestar.