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Un 7% y subiendo... la factura oculta del tiempo perdido

02 de Noviembre de 2025
Cristina Salvador VIA Empresa

Las organizaciones hoy sufren una lacra silenciosa sobre la que cuesta hablar. Por ética, por sentimiento de culpa, para no generar efecto llamada, a veces también por impotencia. Esta lacra se llama absentismo.

 

En España, 1,7 millones de trabajadores no van al trabajo cada día. Ya estamos por encima del 7% de la población activa. En Cataluña –según un estudio de Randstad– superamos ya las 25 horas al mes de absentismo por persona trabajadora.

Los diagnósticos, en más de la mitad de los casos, se deben a salud mental o trastornos muscoesqueléticos. Hay una minoría crítica de trabajadores –por encima del 16%– que concentra dos de cada tres días de ausencia. Son pocos los absentistas habituales, pero cada día son de más larga duración y alto impacto.

 

En la mayoría de casos, detrás del absentismo se esconde una falta de engagement por un clima laboral poco saludable, una carga de trabajo poco sostenible o un liderazgo poco empático.

La industria –especialmente operarios– y las actividades sanitarias y sociales tienen tasas superiores de incidencia. Un factor también juega en contra. La congestión sanitaria. Una Seguridad Social colapsada no ayuda a agilizar las altas o verificar la veracidad de todos los casos.

"Detrás del absentismo se esconde una falta de 'engagement' por un clima laboral poco saludable, una carga de trabajo poco sostenible o un liderazgo poco empático"

Es esencial que las políticas de las organizaciones combatan activamente el absentismo y, al mismo tiempo, no se deben estigmatizar los casos, favoreciendo la gestión proactiva del retorno.

No hay una fórmula mágica para solucionar el absentismo, hay que abordar el problema de manera holística: liderazgo empático, clima de trabajo saludable y una buena comunicación interna, mentoría para la priorización de tareas y gestión del tiempo, programas de salud mental y bienestar, cuidado del cuerpo con pausas activas y soluciones ergonómicas...

Invertir en cultura y personas es la mejor receta para combatir una epidemia que está vaciando las empresas.