• Los retos del vino, la botella medio llena

Los retos del vino, la botella medio llena

Cellers Domenys, una respuesta valiente, de un sector con dificultades y muchas oportunidades a la vez

Un ejemplo centenario, nacido en Sant Jaume dels Domenys en el año 1917, es Cellers Domenys | Cedida
Un ejemplo centenario, nacido en Sant Jaume dels Domenys en el año 1917, es Cellers Domenys | Cedida
Xavier López | VIA Empresa
Especialista en cooperativismo y economía social
04 de Septiembre de 2025 - 05:30

Este mes de agosto, Oriol Amat, catedrático de economía UPF-BSM, ha publicado en el Barómetro Empresarial de VIA Empresa un artículo donde hace una afinada radiografía del sector vitivinícola catalán y de los retos que debe afrontar para sobrevivir a las dificultades y amenazas derivadas del cambio climático y las nuevas tendencias del consumo, entre otros, con propuestas que más allá de cultivar la viña implican a la vez cultivar, también, el talento, la colaboración y la creatividad.

 

Al finalizar el artículo, Amat, dice: “La historia del vino siempre ha sido una historia de resiliencia, y ahora es un buen momento para escribir un nuevo capítulo”. Especialmente, esta última frase, me ha hecho recordar un artículo que, en marzo del año 2022, publiqué también en Via Empresa bajo el título de Bodegas cooperativas, estrategia empresarial para el s. XXI. De hecho, empezaba hablando de los desastrosos efectos de la filoxera en la viña a finales del s. XIX y la resiliencia de un sector que quedó absolutamente arrasado. La innovación (el injerto de las viñas con cepas americanas inmunes a la plaga), la industrialización del vino con la creación de las bodegas cooperativas y el impulso de la Mancomunidad para hacerlo posible (cooperación publicoprivada) hicieron tener éxito (casi resucitar) de nuevo un sector que permitió que los agricultores se ganaran –de nuevo y mejor- la vida y a la vez crear riqueza, socialmente útil, en el territorio.

Desde entonces ha llovido mucho, aunque ahora la falta de lluvia sea, precisamente, una parte relevante del problema, y las cooperativas del vino, muchas de ellas centenarias se han ido adaptando y han sido instrumentos útiles. Sin embargo, como rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, hay que, efectivamente, escribir un nuevo capítulo, y afrontar decididamente los retos y aprovechar las oportunidades que, sin duda, también existen.

 

El resultado del DAFO del sector lo podemos leer como una botella medio vacía o una botella medio llena (nunca mejor dicho hablando del vino) y atendiendo a una visión optimista, sin dejar de lado el principio de realidad, nos decantaremos por la medio llena, ya que a pesar de las dificultades, de todo tipo, que amenazan al sector del vino, una parte muy relevante de la respuesta es responsabilidad y depende de las propias cooperativas que, eso sí, deben ser tan valientes como fueron sus pioneros ahora hace más de cien años.

La integración cooperativa, ahora más que nunca, es una necesidad imperiosa, ante una demanda fuertemente agrupada hay que agrupar la oferta. Las cooperativas son el instrumento, la causa es la renta del agricultor y la riqueza del territorio. Si para lograrlo hay que fusionar cooperativas hay que hacerlo, sin excusas de mal pagador, con liderazgo, generosidad y altura de miras. De hecho, la tesis doctoral del profesor Amat sobre el cooperativismo agrario en Catalunya en 1990 ya apuntaba en sus recomendaciones la necesidad de integrar y fusionar cooperativas para garantizar su competitividad. Han pasado casi 35 años y aunque se ha avanzado, hay que seguir haciéndolo aún más.

Un ejemplo centenario, nacido en Sant Jaume dels Domenys en 1917, es Cellers Domenys

Un ejemplo centenario, nacido en Sant Jaume dels Domenys en 1917, es Cellers Domenys que, predica con el ejemplo, desde hace un grupo de años, habiendo integrado en una sola cooperativa, en sucesivos procesos de fusión de las cooperativas de Sant Jaume dels Domenys, Banyeres del Penedès, Blancafort, Bellvei, la Bisbal del Penedès, Pira, Rocafort de Queralt y Rodonyà. No en vano, no es casualidad que su eslogan sea “ocho pueblos y una cooperativa”.

Sin embargo, la concentración de cultivo, elaboración y comercialización, siendo condición necesaria, no es suficiente. Hay que aportar más valor y es así como Domenys está promoviendo, también, dos proyectos estratégicos que deben dar respuesta a los retos de la cooperativa desde una perspectiva a largo plazo.

En primer lugar, el proyecto promovido por la Fundación Domenys -creada en 2021 con el apoyo de Cellers Domenys- tiene por objetivo preservar el patrimonio histórico, artístico y cultural del territorio. Impulsa iniciativas que fortalecen el arraigo, la memoria colectiva y una agricultura sostenible como herramienta de desarrollo local y calidad de vida. Consiste en la rehabilitación de la Bodega Modernista de Rocafort de Queralt (la catedral del vino, nombrada las tres naves por su forma arquitectónica) con el objetivo de convertirlo en el Centro Cultural del Vino, del Cooperativismo y de la figura del arquitecto Cèsar Martinell, discípulo de Gaudí que participó en el diseño y construcción de una buena serie de las bodegas, ahora centenarias.

El proyecto promovido por la Fundación Domenys -creada en 2021 con el apoyo de Cellers Domenys- tiene por objetivo preservar el patrimonio histórico, artístico y cultural del territorio

El segundo proyecto, impulsado por Cellers Domenys, prevé la construcción de una nueva microbodega subterránea en Rocafort de Queralt para la elaboración de vinos de calidad y alto valor añadido, bajo la marca Domenio.

Ambos proyectos aunque independientes, jurídicamente, comparten ubicación, estrategia de desarrollo. La rehabilitación de la bodega modernista responde a la vocación cultural y patrimonial de la Fundación Domenys, mientras que la construcción de la nueva bodega tiene un objetivo económico y enológico vinculado a la diversificación y a la creación de productos de alta gama (ambos se retroalimentan).

Los tiempos cambian y cuando esto ocurre, hay que adaptar, poner mayor énfasis en las estrategias exitosas que aún tienen recorrido (como las integraciones para generar escala) y apostar por nuevas de valor añadido dando respuesta a los nuevos retos. Nuevas respuestas, para un mismo propósito, aportar valor compartido y sostenibilidad a personas y territorio. Esto es lo que desde hace más de cien años hace Cellers Domenys y hay que seguir haciendo, con más fuerza si cabe, para seguir siendo útiles a la sociedad.