El Garraf está de moda, inmoderadamente

En diez años, las afiliaciones a la Seguridad Social han crecido un 25,4%; mientras que los puestos de trabajo lo han hecho en tan solo un 13,7% y la cifra de empresas ha subido un 1,8%

El litoral de Cubelles, en el Garraf | iStock
El litoral de Cubelles, en el Garraf | iStock
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Coordinador general de la Mancomunidad Penedès-Garraf
31 de Diciembre de 2025 - 04:55

Al sur marítimo de la región metropolitana encontramos un territorio abracadabrante. El topónimo nada eufónico no disimula la economía más estrambótica del país, a caballo del no mucho y del todo un poco.

 

El Garraf podría ser ejemplo de una geografía minúscula y descompensada. Difícil de entender. Salvemos los muebles solo porque se vive muy bien; tanto es así que está muy de moda como destino residencial. Y no para de crecer, la población.

Entre septiembre de 2016 y septiembre de 2025 el número de residentes se ha incrementado un 13% hasta alcanzar los actuales 165.000. No es el aumento más relevante de Catalunya, pero sí el que ocasiona mayores desequilibrios.

 

En clave laboral y en la última década, el número de afiliaciones a la Seguridad Social ha crecido un 25,4%; mientras que los puestos de trabajo lo han hecho en tan solo un 13,7% y el número de empresas ha subido un 1,8%.

Los datos revelan que hay un estancamiento notorio en la cifra de centros de cotización, que no se corresponde con el auge de la dinámica poblacional. Además, resulta evidente que cada vez hay más ciudadanos en ejercicio laboral que tienen su trabajo fuera de la comarca; lo que se llama tasa de autocontención. El 43,4% de los trabajadores y las trabajadoras que viven en el Garraf dependen de empresas de otras comarcas.

Esta es la comarca de Catalunya con la brecha más acentuada entre puestos de trabajo disponibles y personas afiliadas. Este barranco estadístico acentúa con severidad los déficits de movilidad -sobre todo, el transporte público- y la falta de inversiones en infraestructuras y equipamientos que respondan a las necesidades de una ciudadanía de rutinas durmientes y hábitos semovientes.

El Garraf es la comarca de Catalunya con la brecha más acentuada entre puestos de trabajo disponibles y personas afiliadas

El dinamismo residencial al alza y la precariedad de suelo disponible para la actividad económica han hecho de este trozo de mundo un enclave inmoderado. El Garraf es la comarca de Catalunya con una incidencia más alta del sector Servicios: los últimos datos de los VAB territoriales destapan un 84,1% de la actividad proveniente de los servicios; solo superada por el oasis del Barcelonès (89,2%) y a enorme distancia de la tercera y cuarta posición, el Arán (81,6%) y la Cerdanya (80,1%).

El distrito con capital en Vilanova i la Geltrú muestra un mosaico del todo descompensado, como resultado de un 0,2% de la actividad económica radicada en los oficios Primarios, un 6,4% dedicada a la Construcción, un 9,3% relacionada con la Industria y -como ya advertíamos- un 84,1% capitalizado por los Servicios. La amenaza de este modelo de economía local la encontramos en su vulnerabilidad a los ciclos depresivos. Es como una anatomía con poco músculo y exceso de grasa.

La comarca que más se acerca al tejido del Garraf es la del Maresme. Aun así, esta última mantiene el pulso de la Industria (13,9%) y a duras penas contiene los Servicios (78,6%); sin caer, sin embargo, en la fragilidad paroxismal del Garraf. En la meridional de la provincia de Barcelona, la disección del cajón de Servicios viene a corroborar que cerca del 30% se concentran en la administración pública y otro 30% corresponden al comercio y la hostelería, mientras que las actividades inmobiliarias, técnicas, administrativas y financieras provocan un 40%.

Un PIB per cápita muy inferior a la media catalana

Mirado desde otro punto de vista, si el número de empresas se ha estancado y la población continúa creciendo se hace obvio que el predominio aplastante de los Servicios está orientado al consumo final; en concreto, al pentámero del comercio, la hostelería, la cultura, la salud y el ocio.

Por todo y por tanto, la fotografía nos deja entrever un territorio basado en una economía de desgaste, poco contributiva y exageradamente dependiente de la capacidad adquisitiva de los particulares. ¡Alerta! El PIB per cápita en el Garraf es inferior a los 26.000 euros; lejos de la media catalana (37.259 euros). No vamos bien.

Vilanova i la Geltrú és la capital del Garraf i una de les locomotores econòmiques de la comarca | iStock
Vilanova i la Geltrú es la capital del Garraf y una de las locomotoras económicas de la comarca | iStock

El contrapunto nos lo propone el Índice de Competitividad Territorial que edita la Federación Empresarial del Gran Penedès. Según este informe anual, el Garraf se encuentra en la 9ª posición como comarca más competitiva de Catalunya; justo por detrás del Maresme (8ª) y por delante de Osona (9ª).

Según el Índice FEGP, el Garraf sobresale en los epígrafes de accesibilidad a los mercados de clientes y proveedores y a la información (de nuevo, únicamente superada por el Barcelonès); volúmenes de mercado y actividad; espíritu emprendedor y dinamismo empresarial y, finalmente, cualificación académica de la población y recursos para la educación y la formación profesional. Resulta que estos son sus atributos más potentes.

El distrito del macizo balconero al mar es una geografía paradójica, ciertamente. Las ventajas competitivas no tienen correspondencia con un necesario crecimiento sostenido y un exigible equilibrio entre los vectores poblacionales y el dinamismo económico. Cuando se reconoció la crisis del 92, alguien calificó el Garraf como una boya en medio de un naufragio; era la excepción. Hoy parece que la deriva nos lleva a la inestabilidad.

El Garraf es particularmente propicio para la atracción de inversiones orientadas a las actividades de transformación avanzada

Ante este diagnóstico, las administraciones locales -todas a una- deberían poner en marcha directrices para armonizar los incrementos y provocar el establecimiento de empresas de componente tecnológico. El entorno es particularmente propicio para la atracción de inversiones orientadas a las actividades de transformación avanzada. Hay un socio de lujo muy cerca como es la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y su Escola Politècnica Superior d’Enginyeria con sede en Vilanova i la Geltrú.

Activar o poner en valor las potencialidades de la comarca del Garraf pasa por una apuesta coral en la que se establezcan complementariedades y se reivindiquen como perentorias las mejoras de la movilidad y la dotación de infraestructuras y equipamientos que respondan al escenario de emergencia.

Quien llora con sus ojos es víctima de un pleonasmo. Todo acaba en llantos, y también las lágrimas se secan.