
Se llama Superlocal y fue uno de los primeros restaurantes que abrieron en el renovado Port Olímpic de Barcelona; un local basado en la sostenibilidad con una apuesta de cocina autóctona en el que los proveedores se han seleccionado en un radio de 99,99 km. Esto quiere decir que cada ingrediente que encontráis en el plato es un ingrediente no viajado. Y con este simple gesto se reduce considerablemente la huella de carbono y se apoya el comercio local. “Se trata de trabajar los productos de temporada que son típicos de nuestra región y realzar su valor en la cocina”, señala Ramón Rodríguez, CEO de Pantea Group, el conglomerado detrás del negocio y con otros 6 restaurantes más en la ciudad, tres de ellos con el sello distintivo de Barcelona Sustainable Gastronomy otorgado por Turismo de Barcelona. No hay aguacate a la vista. De momento.
Un interiorismo con materiales reutilizados
El espacio se ubica frente al mar, con una extensa terraza cubierta y un interior con una capacidad para 250 comensales sentados y 500 de pie. La sostenibilidad también impregna el interior, donde destaca una impresionante lámpara de techo elaborada a partir de botellas recicladas. “Las mesas ovaladas construidas con desechos de carpintería y el mobiliario, hecho de madera y acero inoxidable reciclado, están diseñadas para ofrecer alta durabilidad y bajo impacto ambiental”, explica Dimas Newey, responsable del espacio. Cada detalle del interiorismo subraya el enfoque en la economía circular.

Una carta con ingredientes a 99 kilómetros a la redonda
Las ostras (en su versión al natural o aliñadas como un suave ceviche), uno de los primeros bocados más populares, son uno de los ingredientes más viajados, a 188 km desde el Delta de l'Ebre. Cada plato en carta viene acompañado de esa indicación: cuantos kilómetros a la redonda se ha desplazado el producto para aparecer en nuestra mesa. Sirve también focaccias y pan de masa madre con mojo verde, tomate de colgar y alioli suave de ajo, elaborado con harinas del campo de Girona. Entre los entrantes destacan las ensaladas -el espacio no esconde una querencia por el público healthy con varias opciones en carta enfocadas a los vegetales y la huerta. Decidimos probar en esta vista el tartar de atún rojo Balfegó (l’Atmetlla de Mar) que viene bajo un impecable huevo frito de Pagés con su puntilla.
Cada plato en carta viene acompañado de esta indicación: cuántos kilómetros a la redonda se ha desplazado el producto para aparecer en nuestra mesa
De granjas cercanas a Barcelona, de entre 11 y 49,3 kilómetros, vienen algunos de los productos cárnicos: la presa de cerdo ibérica, que se presenta ligeramente braseada al Josper aliñada en su jugo y con emulsión de ajo asado en carpaccio con salsifí rallado (un tubérculo de sabor acuoso y textura suave).
El apartado de pescados y mariscos se nutre de la costa catalana con algunas opciones locales como los mejillones del Delta de l'Ebre, el calamar de Vilanova y la gamba de Palamós, aunque mantienen la lubina a la brasa con verdes o a la donostiarra que -admiten- no se ajusta a sus 99 km, pero vale la pena mantenerla “por aclamación popular”. En este caso, miramos el apartado de pastas y arroces (del prestigioso Molí de Rafelet) donde sobresale un arroz meloso de pulpo de Sant Carles de la Ràpita a la brasa, puerro confitado y un toque de mantequilla y alioli de ajo asado.

La carta de referencias vínicas también se concentra en el kilometraje inicial, con algunos vinos competentes a copas. Aunque, reconocen: “tenemos que pagar el peaje de que estamos en Barcelona y parte de nuestro público extranjero busca botellas con un apellido muy claro: Rioja”. No lo esconden y seleccionan tres referencias para contentar a ese comensal: un tempranillo de Malpastor, un albariño de Miña Ruliña y el verdejo de Tortuga veloz.
Para los postres, lo mejor es probar la tarta de tres quesos catalanes sobre base de galleta crujiente y acompañarla con alguno de los cocteles con clásicos reinventados en la casa como una Paloma, un Sunny Mary o un Bitter Port Symphony. Una excusa perfecta: La terraza más grande del Port Olímipic para despedir el verano con sabor local.
Superlocal
Dirección: Balcón Gastronómico, Moll de Gregal (Local 5).
Horarios: de lunes a domingo cocina de 12.00 h a 23.30 h, restaurante de 12.00 h a 2.00 h.
Tel.: 936 11 72 38 Menú: superlocalbcn.com
Precio medio: 40-50 euros.