Los catalanes que han llevado la escalada a miles de niños

Geckowalls surgió por la necesidad de Toni Zamora de emprender un nuevo camino y ahora tiene el objetivo de transformar los patios de las escuelas

Escola Joaquim Ruyra lHospitalet de Llobregat 1 Escola Joaquim Ruyra lHospitalet de Llobregat 1

Toni Zamora era director comercial de una empresa cuando empezó a pensar en un cambio de rumbo a su vida. La familia de su mujer, Baru Marcikovà, de origen checo, le enseñó el mundo de la escalada y esta fue su apuesta. Hasta que en 2016 crearon Geckowalls, un proyecto para llevar la escalada a las escuelas. Siete años después, sus rocódromos ocupan paredes más de 600 escuelas catalanas y han abierto nuevas líneas de negocio cómo los parques infantiles.

Toni Zamora: "Estaba un poco quemado y angustiado con mi trabajo y decidí hacer un cambio de rumbo".

"Estaba un poco quemado y angustiado con mi trabajo y decidí hacer un cambio de rumbo". Así resume Toni Zamora su voluntad de poner en marcha un nuevo proyecto, a pesar de tener un trabajo estable. Y en una visita a la familia de su mujer a la República Checa todo fue cogiendo forma: "Allí hay mucha tradición escaladora y me comentaron de hacer algo relacionando la escalada y la educación".

Este pensamiento que le inculcaron fue cogiendo forma hasta que finalmente decidió dejar su trabajo. En aquellos momentos, prácticamente no había ninguna iniciativa de llevar la escalada a las escuelas de Catalunya y pensó que era una buena oportunidad.

Predicando en el desierto

"Al principio fue complicado, de llamar a muchas puertas y dar a conocer el proyecto y explicar lo que puede ofrecer la escalada como deporte en las escuelas", destaca Zamora. De hecho, fueron a hablar con el Departament d'Educació de la Generlaitat, que los animó a salir adelante, a pesar de que no podían darlos ningún tipo de apoyo al ser una empresa privada. Era uno proyecto muy innovador pero lo tenían que sacar adelante ellos solo y yendo escuela por escuela.

La idea era sencilla: aprovechar paredes en las escuelas e instalar presas para hacer un rocódromo. Un rocódromo con poca altura y con un suelo apto para caídas, que permitiera que todos los niños lo pudieran utilizar. Y el 2016 colocaron el primero en la escuela Pureza de María, en Sant Cugat.

Y poco a poco fueron llegando a más centros, hasta estar presentes en más de 600 en Catalunya. Con esfuerzo y puerta a puerta y mostrando el potencial y las virtudes de este deporte.

Zamora: "Fomentas la autoestima, la concentración, la psicomotricidad, el compañerismo, la motivación y la capacidad de superación"

La idea de llevar la escalada a las escuelas va mucho más allá del deporte. Así lo resume Zamora: "Fomentas la autoestima, la concentración, la psicomotricidad, el compañerismo, la motivación y la capacidad de superación". Y de este modo han llevado a los niños catalanes un deporte de valores, ancestral por los humanos, y también con historia en Catalunya con rincones mágicos cómo Montserrat o Siurana.

Hasta entonces, ninguna empresa había llevado la escalada a las escuelas: "En el sector educativo no se había implantado. Las estructuras eran de gran altura y cuerda vertical, que no pueden ir a una escuela. Nosotros desarrollamos una idea que facilitara la entrada de pequeños y grandes a la escalada, que no fuera de mucha altura, con un pavimento de seguridad y que fuera económico y soportable por la economía de la escuela".

Amor al arte

Pero el concepto de Geckowalls dio un paso más allá de la escalada. Bien pronto vieron que el arte también podría jugar un papel muy importante, y sus rocódromos ahora van siempre acompañados de un mural artístico. De hecho, en su plantilla cuentan con artistas.

"Intentamos unir arte y escalada. Y siempre personalizamos el tipo de mural e interactuamos con la comunidad educativa para saber qué temática o qué elemento singular quieren", apunta Zamora. Todo ello ofrece una transformación en las escuelas, que también han llevado más allá de Catalunya.

Los Juegos Olímpicos como impulso

A partir del 2019 abrieron fronteras y ya cuentan con proyectos em Madrid, Andalucía, Valencia, Islas Baleares y Aragón. Además, los Juegos Olímpicos de Tokyo, donde Alberto Ginés ganó una medalla de oro en escalada, supuso un fuerte impulso de este deporte en el estado. Todo ello en un momento en que la gente volvía a salir al aire libre después de la pandemia.

"La escalada cogió mucha más dimensión. Desde el 2016 llevábamos trabajando mucho, pero cuando ves un campeón olímpico de escalada, la gente se lo mira con más ganas", destaca.

De la escalada a los juegos infantiles

Justamente con la Covid vieron que tenían que ampliar la línea de negocio y empezaron a llevar su concepto a parques infantiles y patios de las escuelas. Más allá de la escalada, trabajaron con estructuras y elementos que fomentan el juego y la movilidad de los niños. Esto los llevó a trabajar con más de una veintena de ayuntamientos y reforzar su presencia en las escuelas.

"Trabajamos por renaturalitzar y hacer más habitables los patios de las escuelas, fomentando el hábito deportivo a través de la escalada", resume el fundador de Geckowalls. Así, crearon cúpulas y todo tipo de estructuras que ya se encuentran en muchos patios que quieren eliminar el cemento y volver a los orígenes.

"Escalar es natural para el humano: trepar un árbol o una roca, lo llevamos implícito, desde muy pequeños nos gusta". Esta es la filosofía de Geckowalls y que ya llevan a centenares de escuelas. En un mundo de pocos movimientos y de conexión permanente con el entorno sin moverse del sofá, los niños vuelven a escalar gracias a ellos.

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