Quien entre o salga de Barcelona por la ronda de Dalt o por el tramo sur de la Diagonal, al llegar a la zona de los Tres Molinos (antiguamente una sala de fiestas y hoy en día un supermercado de la cadena alemana Lidl) verá que el paisaje se ha modificado mucho en los últimos años. Se trata de una parcela que se extiende a lo largo de un considerable pendiente entre el pie de Sant Pere Màrtir (aquel cerro que está coronado por una antigua antena de Televisión Española) y la avenida Diagonal y la ronda de Dalt. El plan de urbanización de la zona, Finestrelles, nació a principios de la década de los noventa y justo ahora se encuentra en el tramo final de la construcción de los espacios previstos, tras superar todo tipo de obstáculos. No solo hubo una fuerte oposición vecinal, sino que la planificación se vio afectada de lleno por la crisis de 2008, que detuvo un gran número de inversiones inmobiliarias.
El proyecto fue conocido inicialmente como Plan Caufec, dado que los terrenos, en el municipio de Esplugues de Llobregat, pertenecían a la compañía eléctrica Fecsa (hoy totalmente absorbida por Endesa) y esta había montado una sociedad con la firma francesa Cauval para edificar allí. El pistoletazo de salida se dio cuando Fecsa soterró las líneas de alta tensión que atravesaban la parcela y que hacían inviable cualquier tipo de construcción. Con el paso del tiempo, la sociedad Caufec ya ha dejado de estar activa y el proyecto pasó a llamarse Porta de Barcelona y más tarde, Porta Diagonal.
Los primeros interesados en edificar en la parcela fueron los Sanahuja, conocidos promotores barceloneses propietarios de la empresa Sacresa (Sociedad Anónima de Construcciones Reunidas Sanahuja). A principios del año 2000 pagaron 20.000 millones de pesetas (unos 120 millones de euros) para conseguir estas 40 hectáreas de terreno. Algunas de las obras más destacadas que han hecho los Sanahuja son los pisos del Turó de la Peira (Nou Barris, Barcelona), que años más tarde darían muchos problemas a causa del cemento aluminoso que se había utilizado, el centro comercial Illa Diagonal, donde fueron socios de la aseguradora francesa Axa o la reforma de la plaza de toros de Las Arenas. Más tarde fueron protagonistas de una estruendosa quiebra producto de la crisis inmobiliaria y financiera del 2008, de la que se han podido recuperar. En La gran teranyina, libro publicado en 2017, hablamos de ello de manera detallada.
A lo largo de la dilatada maduración del proyecto Caufec-Porta de Barcelona, los Sanahuja han tenido diversos socios, entre los que destacan la familia Lara, Florentino Pérez, los Cuatrecasas, o el empresario de Badalona José Elías, con quien han construido una de las dos grandes torres que presidirán el complejo. Por cierto, ha pasado tanto tiempo desde el proyecto inicial, que cuando miramos quién fue el primer arquitecto que debía diseñar estas dos torres, descubrimos que se trataba de Ricard Bofill, que murió hace cerca de cuatro años.
Los Sanahuja han tenido como socios a la familia Lara, Florentino Pérez, los Cuatrecasas o el empresario badalonés José Elías
En estos momentos, lo que ya se ha construido es la llamada Torre One, que tiene función hotelera y donde Elías es uno de los socios. Próximamente, veremos cómo se eleva su hermana, otra torre de también unos 100 metros de altura y que estará destinada a oficinas. Paradójicamente, no se llamará Torre Two, sino Innovation Tower. En esta inversión participa Emesa, la empresa patrimonial de la familia Cuatrecasas. Por otra parte, todas las viviendas ya hace tiempo que están acabadas y se han vendido bajo la denominación comercial de Diagonalt, que las diferencia de la marca de la zona de oficinas, que es Porta Diagonal. Al final, el número de pisos construidos ha sido inferior a las primeras cifras que se dijeron, pero son todos de lujo, con precios a partir de un millón de euros.
El resto de edificios del proyecto, que aún están pendientes, son el Centro de Medicina de Precisión (neurociencia, genética e investigación de enfermedades minoritarias), vinculado al hospital de Sant Joan de Déu, el llamado ahora mismo Building by Emesa, con un uso aún por definir, pero que será hábil para oficinas, viviendas, restauración y comercio, y finalmente, estará el Green Building, con oficinas corporativas, centros de investigación y comercio. También vinculado a este proyecto está la parcela que queda por debajo de la ronda de Dalt, donde Sacresa fue el promotor inicial del centro comercial Finestrelles, que incluye una residencia de estudiantes.
Más allá del Pla Caufec, en aquella zona del área metropolitana ha habido históricamente algunos equipamientos curiosos que pueden generar sorpresa a los lectores, sobre todo a los más jóvenes. Justo en la zona donde se están construyendo las torres, hasta 1991 existió un circuito de motocrós de mucho prestigio, el Circuit Ciutat Diagonal. Una instalación permanente inaugurada en 1968 y donde se celebraron numerosas competiciones de ámbito internacional. La razón de que el circuito estuviera ubicado allí hay que buscarla en la propiedad, y es que el dueño de la instalación era el fabricante de motocicletas Montesa, que tenía la fábrica muy cerca.
Esplugas City era un poblado del 'far-west' donde se hacían rodajes de westerns de la productora de la familia Balcázar
Pero si la presencia de un circuito de motocross dentro del área metropolitana puede sorprender, aún lo hará más la existencia del llamado Esplugas City. Pero, ¿qué era Esplugas City? Pues ni más ni menos que un poblado del far-west donde se hacían rodajes de westerns de la productora de la familia Balcázar. La ubicación inicial del decorado era justo sobre el trazado previsto de la B-23, motivo por el cual en 1967 se tuvo que desplazar unos metros más allá, justo donde ahora está el instituto La Mallola.
El complejo ocupaba casi una hectárea y estaba formado por tres calles y una cuarentena de casas del oeste. Se rodaron decenas de películas y cuando ya se había decidido su derribo, en el año 1972, se aprovechó para filmar un gran incendio que lo engullía todo y que forma parte del metraje de la última película que rodaron allí, Le llamaban Calamidad.