La sanidad privada tiene una gran implantación en Catalunya, en buena parte debido a la tradición que arrastra el país de mutualismo obrero, un movimiento iniciado a finales del siglo XIX. A pesar de la expansión del sistema público de salud desde la democracia, muchos catalanes (y ahora también extranjeros) recurren a los hospitales de gestión privada dispersos por la geografía del país.
Lo más destacado del sector en los últimos tiempos es el proceso de concentración que se está produciendo en cuanto a la propiedad de los centros hospitalarios y que, por el momento, tiene un claro ganador como es el grupo Quirónsalud. Si echamos un vistazo a los propietarios del mayor número de camas hospitalarias, el número uno indiscutible es el mencionado Quirónsalud, que es propietario de establecimientos tan relevantes como la clínica Dexeus (fundada por la familia de médicos homónima y ahora ubicada junto a la Maternidad, cerca del Camp Nou) o la Teknon, esa clínica que parece salida de un episodio de Miami Vice y que montó en 1994 el financiero Javier de la Rosa, casi como un regalo para su esposa, Mercedes Misol.
El grupo Quirónsalud controla cerca del 50% de las camas de la provincia de Barcelona
Algo que poca gente sabe es que la denominación "Teknon" de la clínica no era nueva, sino que proviene de un prestigioso centro pediátrico que había en la calle Lázaro Cárdenas de Barcelona desde la década de los sesenta y que De la Rosa compró a mediados de los años ochenta. La antigua Teknon, dirigida por Misol, experimentó un gran crecimiento y por eso en 1994 se trasladaron a la torre Vilana, el espectacular centro que aún ocupan hoy. Dentro de la capital catalana, el grupo Quirón también es propietario del espectacular Hospital Quirónsalud Barcelona, ubicado en la plaza de Alfons Comín (por cierto, dedicada al padre del exiliado Toni Comín) y que cuenta con casi 200 camas repartidas en más de 55.000 metros cuadrados de instalaciones. Con todas estas posesiones, el grupo Quirónsalud controla cerca del 50% de las camas de la provincia de Barcelona.
Dentro de los hospitales gestionados en Cataluña por este grupo, no podemos pasar por alto un caso singular, como es el del Hospital Universitario General de Cataluña, por su historia realmente curiosa. En la década de los setenta, el sistema sanitario público estatal aún no había despegado como lo hizo con la consolidación de la democracia y es por eso que surgió una iniciativa de carácter privado para intentar poner en órbita un hospital de calidad para las clases medias. Detrás de la iniciativa estaban Carles Soler Durall (médico y director general del hospital de Sant Pau) y Leoncio Domènech Closas (concejal del Ayuntamiento de Barcelona en la época franquista). Desde 1975 iniciaron una campaña publicitaria muy intensa en la prensa catalana para tratar de captar socios para un futuro hospital que estaría ubicado en Sant Cugat del Vallès.
Después de conseguir unos cuantos miles de socios agrupados bajo el paraguas de una Sociedad Civil Particular, en 1979 se formó una sociedad anónima que gestionaría el hospital; los órganos rectores de ambas entidades estaban repletos de personajes influyentes de la época y miembros de la burguesía: Joan Piqué Vidal, Joaquín de Muller y de Abadal, Fèlix Millet Tusell, Agustí Pujol Soliano, José Antonio Pich-Aguilera Girona, Narcís de Carreras Guiteras, Jaume Carner Suñol, Casimir Molins Ribot, Albert Folch Rusiñol, Andreu Ribera Rovira, Pau Riera Sala, Domingo Valls Taberner...
En 1983 y con unos 65.000 socios, el gran hospital comenzó a andar. Es necesario mencionar que, en general, los socios tenían derecho a asistencia vitalicia, por lo que los números no terminaban de cuadrar. La esperanza de los promotores, entonces, era entrar en el sistema público de salud y recibir dinero de la Seguridad Social, pero esto no salió adelante y el hospital hizo una sonora suspensión de pagos en 1993 que desembocaría en quiebra seis años más tarde. Una vez saneado, se buscaron nuevos propietarios, que estuvieron a punto de ser la firma General Lab, de los Sumarroca, y Cetir, una firma de diagnóstico nuclear que había sido fundada en los años sesenta por los doctores Setoain y Domènech; pero, finalmente, en 2001 quien se quedó con la pieza (que tenía el gran atractivo de llevar aparejado un concierto con la Seguridad Social) fue Catalana de Diagnósticos, que iba de la mano del fondo de inversión CVC.
Por cierto, todos los que pasen por la autopista B-30, en Bellaterra, comprobarán el aspecto de caja de plástico que tiene el hospital, una característica que proviene de que la fachada la construyó la empresa Hypar S.A., que en aquella época estaba especializada en utilizar un material de poliéster llamado GRP. Dado que en Hypar participaban los arquitectos Josep Maria Fargas Falp y Enric Tous Carbó, podemos ver este material en la fachada del edificio del paseo de Gracia que fue sede de Banca Catalana y que hoy ocupa el Hotel Royal.
Quien también tiene mucha historia es este conglomerado sanitario, el grupo Quirónsalud, porque nació en 1961, cuando el empresario Publio Cordón Munilla (1935-1995) lo creó mediante la apertura de una primera clínica en Zaragoza, ya con el nombre de Quirón. Se da la circunstancia de que el término de la mitología griega quiron está muy relacionado con el mundo de la medicina, pero también tiene bastante similitud con el apellido del fundador (Cordón), y quizás de aquí vino la idea de bautizar así a aquel primer hospital. El emprendedor Cordón también fundó la aseguradora sanitaria Previasa (Previsión Sanitaria S.A.) a partir de una antigua mutua de Zaragoza.
El 1995, mientras hacía deporte, Cordón fue secuestrado por un comando del grupo terrorista Grapo
Más tarde, esta aseguradora acabó en manos de la multinacional alemana DKV, que la adquirió en 1998 en unas circunstancias bastante especiales, como fue la desaparición, tras un secuestro, del propio Cordón. El caso es que en 1995, mientras hacía deporte, Cordón fue secuestrado por un comando del grupo terrorista Grapo (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) y, aunque la familia pagó un cuantioso rescate, unos 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros), el empresario nunca volvió a aparecer. Si hacemos caso de la versión de los secuestradores, Cordón murió al caer por una ventana intentando escapar del cautiverio. En 2012, la justicia declaró muerto al empresario, aunque el cuerpo nunca ha aparecido.
En 2016, el entramado hospitalario Quirón fue adquirido por la multinacional alemana del mundo sanitario Fresenius, que pagó ni más ni menos que 5.760 millones de euros en la transacción a su propietario, el fondo de inversión CVC. El paquete incluía 43 hospitales repartidos por todo el Estado, además de 39 centros de consulta, todo ello con 35.000 trabajadores. El comprador es un gigante del mundo sanitario, con unos 40.000 millones de euros de facturación, que no solo se dedica a gestionar hospitales, sino que también es fabricante de maquinaria sanitaria y productor de nutrición vinculada a la salud. El máximo accionista es una fundación vinculada a la familia Fresenius, artífices de este gran grupo empresarial.
Dejando de lado el grupo Quirónsalud y su accionista Fresenius, en Barcelona también encontramos un gran hospital que se mantiene independiente, como es el Hospital de Barcelona, ubicado en la parte alta de la avenida Diagonal y que es propiedad de Scias, la cooperativa asociada a la firma Assistència Sanitària Col·legial. El destino inicial del edificio era convertirse en un hotel de la cadena Hilton, pero al final acabó cumpliendo esta función hospitalaria.
En estos últimos años también ha puesto pie en Cataluña el grupo HM Hospitales, de carácter familiar y con sede en Madrid. Son los propietarios de la Clínica Delfos, en la zona de Vallcarca, y de la histórica Clínica Sant Jordi, de Sant Andreu de Palomar. Para terminar, no podemos olvidar otra enseña clásica del país, como es la Clínica Corachán, que fundó el doctor Manuel Corachán García en 1921. En la actualidad, los propietarios son la familia Moll, los mismos que hace unos años compraron El Periódico de Catalunya a través de su empresa, Prensa Ibérica.